Carlos Blanco, a ND: Propuesta de MCM no implica sentarnos a esperar una invasión de marines por Güiria
La salida de Nicolás Maduro de Miraflores siguiendo la estrategia propuesta por María Corina Machado y otros solo puede lograrse a través de la concertación de fuerzas internas y externas. Y esto pasa por un liderazgo opositor decidido.
Así lo explicó el analista político Carlos Blanco, quien en una entrevista exclusiva con ND, afirmó que la protesta y el quiebre militar son condiciones internas pero que se cumplen si se percibe que la situación “a punto de melcocha”.
También se refirió a la invocación del artículo 187-11 constitucional como otro elemento de la estrategia pues da el marco jurídico para activar el artículo 8 del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR) que establece varias medidas entre ellas una fuerza militar de paz. «No son los marines invadiendo por Güiria”.
No obstante, dijo que aun invocando y aplicando el TIAR el tema castrense es difícil de considerar pues “si dentro de Venezuela la dirección política representada en Guaidó está hablando con el régimen para lograr entenderse para unas elecciones; ¿qué país del mundo se va a plantear más allá de eso?”.
“Ningún país se va a plantear ir más allá con relación a Venezuela de donde vaya su dirección política interna, y la dirección interna está representada por Guaidó. Uno puede gustarle o no, lo que sea, pero él es el que la representa. Entonces, ningún país irá más allá de donde el gobierno interino y las fuerzas democráticas quieran ir”, precisa.
A continuación nuestra entrevista:
Queremos explorar a fondo las ventajas y problemas de la propuesta defendida por María Corina Machado, usted y muchos otros, denominada Operación de Paz y Estabilización en Venezuela (OPE).
En varios de sus artículos en ND usted ha hablado sobre el tema. En uno de ellos usted reitera que no se propone una invasión de fuerzas militares de EEUU. Que eso es falso. Que “lo que se plantea es que hay medidas políticas y militares, convergentes con procesos domésticos civiles y militares, que pueden obligar a la salida del régimen”.
Pregunta.- ¿Qué significa esto en el plano interno? ¿Usted cree que todavía es posible un quiebre militar?
Respuesta.- Después del Informe de la ONU y las declaraciones del secretario general de la OEA, Luis Almagro, donde se configura la responsabilidad específica de Maduro, Padrino López y Reverol al lado de figuras de diferente nivel en los organismos de represión responsabilizándolos de la comisión de delitos de lesa humanidad en Venezuela, la única opción viable es la salida del régimen y de quienes lo encabezan.
-Los componentes necesarios para que esta salida del régimen se produzca se conforma con la creación de lo que hemos llamado una amenaza creíble, que es una fuerza tal que disuada.Y si no salen, esa fuerza creíble, importante, tiene que ejecutar las operaciones para que ese régimen salga. Si no lo hace de buen grado que lo haga por la fuerza.
-Esa fuerza tiene varios componentes: nacionales e internacionales. Los nacionales son, por una parte, la organización de la sociedad civil para ese propósito y la organización de los militares venezolanos dentro y fuera del país para conseguir ese propósito. La información disponible es que la inmensa mayoría de los oficiales, suboficiales y personal militar están en contra del régimen y así se ha evidenciado a lo largo de los años recientes.
-Ha habido en Venezuela protesta civil por montones, protesta militar por docenas, desde los días lejanos del 2002-2003; hasta fechas muy recientes. Y ha habido operaciones internacionales como esta que despliega EEUU, y otras operaciones policiales y militares.
-¿Qué es lo que ha caracterizado a esas operaciones? Su descoordinación. Cuando la protesta civil ha estado en la calle más fuerte, la protesta militar no ha existido. Y cuando la protesta militar se ha hecho evidente, la civil no la ha acompañado.
-Es necesario pensar y diseñar la coordinación de todos estos factores y es una coordinación que debe encabezar el liderazgo democrático venezolano. Incluso, tiene la necesidad de ser quien reordene y realinee a los factores internacionales. No al revés. No pueden ser los factores internacionales los que dirijan la lucha de los venezolanos, porque, además de razones de patriotismo; los tiempos de otros países son los tiempos de sus problemas y los tiempos de Venezuela son otros.
P.- Habla de organización en la sociedad civil. ¿No cree usted que la gente está cansada de manifestaciones que luego son reprimidas salvajemente, tal y como lo recoge el Informe de la Misión de la ONU publicado el miércoles?
R.- Para ese tipo de protestas sí. La gente sale a la calle cuando cree que puede alcanzar el cielo en dos o tres días. Pero esos son momentos estelares en la historia en los que la gente cree que puede alcanzar el objetivo. Pero la gente no va a salir a protestar porque un dirigente se lo pida. La gente va a protestar si el momento del país parece que está a punto de melcocha, como decimos nosotros.
-Yo creo que la gente aprendió dos cosas. La primera es que puedes salir por centenas de miles y la segunda es que no va a salir inútilmente. Puede ocurrir que la represión en una acción se calle de desarrolle, pero no va a salir conscientemente para que eso ocurra. Lo que yo creo es que está planteada una necesaria forma de organizar la protesta social como una resistencia organizada con objetivos específicos en cada caso.
-Esto significa que (…) es necesario un trabajo de organización muy profundo de la sociedad civil, para la resistencia, que la gente salga a la calle, a las actividades fuera de sus hogares cuando los objetivos que se planteen sean posibles de alcanzar. No que sean seguros, pero que exista la posibilidad de alcanzarlos.
-Esto requiere, fundamentalmente, una dirección política.
P.- Justamente hablando de direcciones políticas, ¿Qué rol le asigna usted, en esta situación interna desesperada, al liderazgo de Guaidó y el llamado G4?
R.- Uno habla del G4 como si fueran entidades muy fuertes y poderosas. Todos los partidos, como todos en Venezuela, están mal. Estaban mal antes de Chávez y en estos 20 años son partidos deteriorados y la evidencia es que están fracturados, fragmentados; porque en un régimen autoritario y en el marco de una corporación criminal, los partidos no tienen oxígeno para existir.
-En consecuencia, lo del G4 es una ficción producto de la fotografía de la AN del 2015, donde unos partidos por obra de un conjunto de situaciones y maniobras y el control que la MUD ejercía sobre la oposición tomaron la mayor parte de los puestos de la AN.
-Yo creo que en manos de Guaidó y de Leopoldo López, como segundo a bordo, se ha perdido una inmensa oportunidad desde el año pasado y eso se ve en los estudios de opinión.
-Yo creo que Guaidó, si quisiera, podría retomar una posición; pero eso requeriría una ruptura muy importante con las fuerzas que lo atan. Eso requeriría ponerse al frente del cese de la usurpación.
-Eso no depende de que sea presidente de la AN. Depende del lugar en que ya se ha colocado en la opinión pública nacional e internacional y él bien podría cumplir ese papel de líder aun cuando decaiga la AN que él preside. Ahora, ¿estará en disposición de hacerlo? No parece, porque él dice que va a hacerlo, pero los pasos que da son muy sectarios. Convoca gente que no es del G4 para informarles lo que él quiere hacer y les pide apoyo, pero no elabora estrategias con aquellos con quien tiene diferencias.
Descreimiento en la sociedad y el cisne negro
Para Blanco, en Venezuela se está dando un fenómeno que es más importante que la misma aceptación del G4 o del liderazgo de María Corina Machado: Un descreimiento generalizado.
“Un fenómeno que es todavía más importante, es el de los ciudadanos que no creen en nadie. Que se están desmarcando de todo, que aparecen en encuestas que no son de nadie, pero que están expresando una situación de descreimiento frente al panorama político y mucha gente ha pensado: “esto se lo llevó quien lo trajo”.
Sin embargo, valoró que en una situación caótica como la venezolana y en el marco de varios procesos internacionales, sobre los cuales pesa la pandemia del Covid-19, surge un “cisne negro” que para él es el informe de la Misión ONU sobre Venezuela.
“Se evidencia en una voz independiente como la comisión de la ONU que hay crímenes de lesa humanidad registrados con nombre y apellido y la responsabilidad directa de Maduro, Padrino y Reverol, como autores y coautores de estos crímenes. Esto cambia el juego”, dijo.
Más críticas al G4 y el TIAR
P.- Otra de las críticas contra Guaidó y el G4 ha sido no haber activado el TIAR a través del art. 187 #11. ¿Por qué esto es importante?
-La petición de la invocación del 187-11 es lo que ayuda a dar marco jurídico a la aplicación del TIAR, que ya fue aprobado por la OEA, pero ha sufrido tropiezos, no tanto por los países miembros sino por la oposición interna en Venezuela que no le ha dado seguimiento y no ha trabajado su puesta en vigencia en toda su extensión.
-La aprobación por parte de la AN del R2P y por otro lado, del 187-11 es para que los mismos países que en virtud de la Constitución reconocen a Guaidó como presidente interino, puedan aplicar el artículo 8 del TIAR en el cual se establecen una serie de medidas hasta llegar al tema militar, que por cierto es muy complejo, porque algunos dicen que se está esperando la salida de afuera y que esa salida sea una invasión de marines entrando al país. Es una cosa hecha para desconocer el apoyo internacional requerido.
P.- Pero ningún país de la región ha anunciado que participaría en una intervención contra Venezuela, al menos públicamente. Aun así, en el mismo artículo usted habla de la necesidad de una fuerza de paz. Si la premisa de la pregunta es correcta, ¿Cómo se le ve entonces el queso a la tostada en la aplicación del TIAR?
R.- Como a toda tostada. Para verle el queso hay que meterle el queso. Es decir, no puedes aspirar un apoyo si tú no lo buscas.
-El año pasado cuando Guaidó dijo: la ayuda humanitaria entra sí o sí a Cúcuta se desplazaron jefes de Estado de distintos países, Luis Almagro, congresistas; y se inició la avalancha de apoyo internacional porque se vio una dirección política nacional que estaba dispuesta a salir del régimen de Maduro y en septiembre del año pasado, en ese marco, a pesar de las vacilaciones del diálogo; se aprobó la aplicación del TIAR para Venezuela. Pero no es que se aprobó enviar a la 7ma Flota, sino iniciar el desarrollo de las medidas contempladas en el artículo 8.
-Ahora, si dentro de Venezuela la dirección política representada en Guaidó está hablando con el régimen para lograr entenderse para unas elecciones; ¿Qué país del mundo se va a plantear más allá de eso?
-Ningún país se va a plantear ir más allá con relación a Venezuela de donde vaya su dirección política interna, y la dirección interna está representada por Guaidó. Uno puede gustarle o no, lo que sea, pero él es el que la representa. Entonces, ningún país irá más allá de donde el gobierno interino y las fuerzas democráticas quieran ir.
-Yo creo que las fuerzas democráticas deben ponerse de acuerdo alrededor de promover las actividades internas del movimiento civil y militar y de estas fuerzas internacionales que hay que trabajar. Los 60 países, lo que es clarísimo, es que muchos de esos, algunos de los más entusiastas, ya no están viendo a Venezuela como una de sus prioridades. Primero por este proceso político interno errático y por el drama global de la pandemia.
-Entonces, es necesario retomar una visión más completa y compleja sobre lo que hay que hacer para lograr que la dirección opositora democrática sea capaz de convencer al mundo de la necesidad de aliarse con esas fuerzas para producir el cambio del régimen.
-Todo pasa por una estrategia que tiene que ser concedida y desarrollada desde la dirección opositora venezolana. Ahora, esa dirección tiene que reconstituirse, porque hay un sector que se fue para el régimen con las parlamentarias, hay otra oposición que no está por las parlamentarias pero que no está por la salida de Maduro, sino por algún tipo de arreglo y cohabitación con el régimen; y hay una oposición que está procurando salir del régimen.
-Yo pienso que es un momento riesgoso pero que tiene unas aristas prometedoras, en dos sentidos. Porque hay que entender que la unidad está siempre precedida por la división, es un hecho lógico (…) y porque la unidad no es un hecho abstracto. Vamos a ver qué hacemos y alrededor de objetivos precisos nos unimos.
P.- ¿Qué rol y en qué momento actuaría la fuerza de paz? Esta fuerza de paz es una fuerza militar, según la definición del TIAR…
R.- La fuerza de paz tiene dimensiones militares que son variadas. Militares y policiales. La acción contra factores del narcotráfico, puede ser una acción policial, con fuerzas especiales. Hay en el plano militar acciones de carácter logístico, de inteligencia, de provisión de recursos, de operaciones especiales, y hay una fuerza, un apoyo indispensable que es necesario, que es clave, para los militares venezolanos que están en el exterior y que son miles, que deben jugar un papel en lo que el gobierno legítimo de Venezuela, que está encabezado por Guaidó, concierte en una acción para que estos factores puedan entrar al país.
-Creo que es posible que haya muchas acciones de carácter militar que no implique precisamente poner tropas extranjeras en la frontera venezolana.
P.- Ustedes han hablado de la necesidad de una amenaza creíble contra Maduro. Si no es creíble no tiene impacto. ¿Cree que las sanciones no son suficientes? ¿Qué más hace falta en esta área? ¿Más aislamiento?
R.- Las sanciones han funcionado muy bien en varios sentidos. Primero a los funcionarios del régimen les afecta muchísimo porque uno piensa que a Padrino López no le interesa salir del país; pero no es solamente eso. Los familiares, amigos. Estos personajes están convertidos en parias internacionales y sus conocidos están experimentando restricciones. Ese nivel de sanciones son eficientes.
-Las sanciones internacionales yo pienso que estaban diseñadas para la salida del régimen en un plazo corto, pero que no haya salido, afecta a la población en general porque la falta de gasolina le elimina ingresos al gobierno, producir petróleo y crea impedimento estructural para la industria petrolera, pero también afecta a los ciudadanos.
-Yo creo que eso va a seguir así. Las sanciones se han convertido en un instrumento de asfixia del régimen.
-Lo que hay que hacer es acelerar el cambio. No hay otra opción. El país democrático tiene que concentrarse no en elecciones, sino en el cambio del régimen y yo creo que una de las cosas que ha dañado más al interinato son las acusaciones de movimientos irregulares. Hay señalamientos que deben ser respondidos.
P.- Finalmente, sin protesta interna no hay TIAR que valga. Pero sin TIAR, no hay protesta que valga. ¿Cómo se rompe ese círculo?
R.- Ante la coordinación y la concertación entre las fuerzas internas y las fuerzas externas. No hay más. No es posible. No va a ocurrir que las fuerzas externas liberen a Venezuela salvo un acontecimiento que no sabemos, alguna locura que cometa Maduro adicionales a las que ya cometido.
-Lo que sí creo que es posible plantearse es que lo de adentro sin lo de afuera no va, y lo de afuera sin lo de adentro no sirve. Todo debe ir en armonía dirigido por las fuerzas democráticas internas.