Guillermo T. Aveledo: Las élites y el liderazgo no se percataron de los peligros que acechaban la joven democracia venezolana

Política | enero 25, 2022 | 11:14 am | .

La democracia venezolana entre 1958 y 1998 era joven y tenía carencias pero era un sistema democrático “con todas las medidas”. Sin embargo, la falta de compromiso  de las élites y el que el liderazgo democrático no se haya dado percatado de los principales enemigos de la democracia – que la llevaron al chavismo.

Así lo asegura el Dr. en Ciencias Políticas, Guillermo Tell Aveledo, durante el foro:  La Respuesta Civil a la Crisis de la Democracia, organizado por la Fundación Tomás Liscano, la Facultad de Estudios Jurídicos y Políticos de la Unimet y Analitica.com, a propósito del 23 de enero de 1958 y de cumplirse 106 años del nacimiento de quien es considerado como uno de los padres de la democracia: Rafael Caldera.

Al final de su intervención, Aveledo se permitió una cita de  Caldera, correspondiente al discurso de marzo de 1989, en el que advertía sobre la amenaza que corría la democracia.

«En el primer período, el pueblo trabajador, el protagonista del sistema democrático, salía a la calle, protestaba, votaba por partidos democráticos, pero el sistema era la garantía. No debemos dejar que esto se pierda, porque cuando se pierde la relación entre el pueblo y sus dirigentes,  es difícil recuperarla. Y se corre el riesgo de que demagogos y especuladores, que no llevan una sana intención de beneficio nacional, tomen el poder».

Para Aveledo esto se traduce en que en ese momento (año 1988) era el tiempo de rectificación, pero que «esa relación rota fue lo que permitió que demagogos y ambiciosos tomaran el poder».

Caldera fue fundamental para la democracia

Aveledo exploró el papel fundamental que tuvo  Caldera en la instauración de la democracia en Venezuela, tras la caída de Marcos Pérez Jiménez,  alertando que no debería ser catalogado como «calderista», Aveledo destacó una y otra vez sus logros, pero también  sus fallas.

Rafael Caldera nació un 24 de enero de 1916 en San Felipe, estado Yaracuy y este lunes fue la oportunidad de que la Fundación Tomás Liscano, la Facultad de Estudios Jurídicos y Políticos de la Unimet y Analitica.com, realizaran el Foro: La Respuesta Civil a la Crisis de la Democracia, para conmemorar los 106 años del natalicio de quien fuera presidente de Venezuela en dos períodos, además de abogado, educador, académico, estadista y líder e ideólogo de la Democracia Cristiana.

Para Aveledo la democracia es un sistema en peligro, en riesgo y lamentó que la era democrática venezolana haya terminado con el chavismo y todavía esto no se haya podido revertir. «Lo decimos en broma, decimos que venimos del futuro, pero somos profetas de lo que pasó con una democracia joven, con carencias, pero en todo caso era un sistema democrático, bajo todas las medidas. No pudimos evitarlo ni revertirlo, pero aun así ha sido la mejor forma de gobierno justamente porque la democracia existe como promesa en la Constitución», comentó durante su ponencia vía Zoom.

La democracia es un “sistema delicado», que requiere de formación cívica, pero también de una gran moderación de aspiraciones y pretensiones de susintegrantesa, explicó el docente universitario y analista político.

«La democracia que ese instaura en el año 1958, que es una corrección de la democracia del trienio de 1945-1948 y presidido por un gobierno cívico militar con Rómulo Betancourt a la cabeza-, tiene en esos famosos 40 años, que hace 20 años eran criticados y  despreciados tanto por la intelectualidad, como por las élites y por el poder que tomó ese tiempo esas posiciones; habría entrado en crisis. Crisis es transformación, oportunidad, pero también puede ser fin».

A juicio de Aveledo, Caldera fue un líder fundamental del proceso histórico de la democracia en nuestro país. «Tenemos el paréntesis autoritario de la década militar, pero la dirección de la democracia estaba allí: el Programa de Febrero que le da al Estado la tarea de abocarse al desarrollo nacional, humano, la salud, vivienda, educación desde el Estado. Le dio unas tareas al Estado que no tenía. Rafael Caldera tuvo un rol durante el tiempo de López Contreras y luego el Plan de Barranquilla».

Describió a Caldera como una figura «periférica» en su juventud, pero central en su adultez: «no se puede negar el rol que tuvo Caldera» y subrayó que fue activo en la instauración de la democracia, el primer sistema pluralista donde la oposición pudo llegar a la presidencia, no solo con Caldera, sino con Luis Herrera, Jaime Lusinchi, Carlos Andrés Pérez, todas fueron victorias de las oposiciones, personas contrarias al criterio del gobierno. Ese tiempo, con sus puntos grises, fue el de mayor apertura política», resaltó.

Democracia en peligro

El modelo democrático implicaba una mejora de la sociedad, la participación del electorado. Caldera fue protagonista esencial en la redacción de la Constitución de 1961 y del gobierno del Pacto de Punto Fijo. Sin embargo, Aveledo distinguió que estos mismos líderes democráticos no se percataron de sus principales enemigos: la corrupción, la represión y la violencia de quienes querían trasgredir el sistema: la ultraderecha y la ultraizquierda.

«La democracia no es un pacto suicida, pero tenía problemas del propio modelo de desarrollo que empezaban por el variable compromiso de las élites con la democracia, el cómo aportar al desarrollo del país y la corrupción que se convirtió en el gran morbo».

En este sentido, Aveledo sostuvo que Caldera se convirtió en una voz crítica, y en 1982 propuso medidas de reformas administrativas a las que muchos reaccionaron de forma conservadora. «El Dr. Caldera se plantea frente a la crisis, en el año 1988, un proceso de transformación, y hay un desencuentro entre la visión de Caldera y el sector modernizador del país, debido a su  convicción de que él podría liderar un consenso nacional más grande».

«Hay que ver esa conducta y los aportes de Caldera para tratar de salvaguardar una perspectiva de defensa y armonizar la apertura económica: con la reforma de la Ley del Trabajo (1990), quería una apertura del mercado laboral, pero también del mercado económico y también, de manera crucial en el año 1992, la reforma constitucional que preside Caldera desde el Congreso. Esta reforma habría dado una válvula de corrección al sistema, con la descentralización, la participación social y  sin el hipercentralismo».