Luego de cuatro meses de espera los familiares de Andry Hernández pudieron abrazarlo este miércoles 23 de julio en Capacho Nuevo, estado Táchira. El estilista es uno de los 252 venezolanos que estaba confinado en una cárcel de máxima seguridad en El Salvador desde marzo, cuando fueron deportados por EE. UU.

Luego de más de 24 horas de viaje Hernández cruzó el marco de la puerta adornado con globos alusivos a los colores del tricolor y en medio de llanto y alegría se fundió en un abrazo con Alexi Romero y Luis Felipe Hernández, sus padres.

Andry, como se le conoce ya no solo en su tierra Capacho, estado Táchira, sino en Venezuela y en el plano internacional, regresa de El Salvador, de la llamada megacárcel, luego que Estados Unidos lo deportó a ese país, acusándolo de ser integrante de la pandilla El Tren de Aragua. 

El viernes fue devuelto a Venezuela por negociaciones del Gobierno venezolano con EE. UU. El joven fue recibido además de sus padres, familiares, amigos por periodistas locales, nacionales e internacionales, reseña La Nación. 

Andry, integrante de la fundación Reyes Magos de Capacho, en cuyo honor se hizo tatuajes, tampoco ocultó la emoción al ver sus padres y notar que lo esperaban además de amor con muchos detalles, entre ellos la comida que más le gusta disfrutar en familia: un suculento sancocho, preparado para el día martes pero que este miércoles degustaron.

Ahora Andry comenzará a narrar la odisea que vivió al ser señalado de ser un peligroso criminal por el hecho de tener tatuajes. Marcas que se hizo en honor a los Reyes Mayos de Capacho, una de las tradiciones con más de 100 años en su Capacho natal.