El agravamiento postcolombia
¿De qué ha servido la cumbre colombiana para abordar la crisis política en Venezuela? Para absolutamente nada útil, simular un acto civilista mientras Maduro, Petro y Lula hacen lobby internacional pro “nuevo orden”. El régimen chavista ha sido una vez más enfático a través de sus petitorios que jamás permitirá elecciones apegadas a la ley, a la democracia, sencillamente porque conoce cuál sería su destino. Sus exigencias son fantasiosas, pero si vamos más allá, las de la “oposición” también, pareciera ambos juegan a mantener todo tal como está persecula seculorum ¡No hay sorpresa!
El régimen aún cuenta con una puerta abierta, un escenario donde, antes de la sentencia de la Corte Penal Internacional, acepte un final de la crisis abriendo paso, tras un pacto que incluya garantes internacionales, a la democracia, a la constitucionalidad, negociando tanto su salida como paraderos. Pero, si se produce la sentencia estando en el poder ilegal e ilegítimamente los escenarios serán más lúgubres a los de hoy.
Lamentablemente, el panorama no es alentador. Cuando la CPI emita su fallo el chavismo se radicalizará mucho más (nunca ha dejado de hacerlo), complicando nuestra crisis a niveles de los escenarios 2002, 2014 y 2017 o incluso peores, pues se aferrarán como nunca al poder, saben que si lo pierden los pondría en una situación de minusvalía como perseguidos mundiales.
El punto débil para el chavismo son sus socios mundiales, veamos por qué: Imaginamos las sanciones se recrudecerán notablemente, siendo expandibles a quienes apoyen comercial y financieramente a Venezuela. Petro (Colombia) y Lula (Brasil), así como todos los gobiernos de la región, deberán sopesar en la balanza si arriesgan sus economías por fines netamente ideológicos o se repliegan, abandonando apoyos al chavismo. La aventura de un nuevo orden económico mundial es riesgosa y a largo tiempo… después de todo, es lo económico lo que determina las relaciones internacionales.
Rusia tiene sus graves problemas propios, la invasión a Ucrania le está consumiendo tiempo y recursos que no previeron, así como sanciones que la ha arrastrado a convertirse en una nación dependiente de la interesada China, por eso intentan reconquistar al África, imponiendo el rublo tras condonación de deudas y otros ardides. China también atraviesa momentos difíciles post covid, su economía se estanca y las tensiones con Taiwán se incrementan. Rusia y China no tienen fácil sus metas expansionistas en América, tal como la tuvieron en la era de la guerra fría.
Ahora bien, el oscurantismo venezolano que nos arropa desde 1999 suma elementos políticos perturbadores, así, es menester de los venezolanos sobreponer la racionalidad, concretamente, en la elección de una oposición real que salga de la agenda del régimen de diálogos furtivos donde negocian elecciones inconstitucionales a cambios de favores diversos. Urge una oposición real que se oponga al chavismo y sea enemiga acérrima de elecciones sin institucionalidad.
Opinamos, vienen momentos más álgidos, la naturaleza castrista del chavismo así lo demanda. Las debilidades del régimen son las ventajas de los venezolanos y viceversa. Deseamos se entienda definitivamente lo siguiente: El chavismo jamás permitirá elecciones constitucionales ni realmente democráticas porque las perdería abrumadoramente, jamás se someterá a ese humillante escenario, antes preferiría irse so cualquier otro pretexto, pero para que ello ocurra la presión internacional, pero sobre todo, la presión social debe doblar sus piernas… antes es impensable imaginar el anhelado punto final a la peor era de nuestra historia. @leandrotango