Mateo Manaure, nació en el Orinoco y aprendió en el Sena

Opinión | octubre 21, 2022 | 6:20 am.

En el pueblito de Uracoa, al sur del estado Monagas, Venezuela, el 18 de octubre de 1926, en las riberas del Río Orinoco nació Mateo Manaure, un hombre que nunca olvidó su terruño, un enamorado que sintió una gran evocación por su pueblo, por su gente.

Cuando conocía o se encontraba con un monaguense gustaba hablar de los indígenas Waraos, de la Isla de Guara, El Chispero, del morichal largo, de las bocas de Uracoa, del caño Manamito, y de los caños y ríos que desembocan en el Delta del Orinoco.

Mateo Manaure fue un artista moderno venezolano. Es considerado el maestro del abstraccionismo. Fue un artista plástico de emblemáticas obras patrimoniales, murales, policromías y vitrales. Creó el mural vítreo más grande del mundo. A los 21 años de edad va a estudiar a París. Cuando veía el río Sena, que atraviesa la ciudad luz, recordaba su caudaloso Orinoco.

En el Moma, Museo de Arte Moderno de Nueva York, actualmente se encuentran dos obras del muralista venezolano Mateo Manaure: Columnas policromadas, Proyecto para un mural (1954) y la otra es una pieza sin título del lapso 1968 – 1969. Falleció en Caracas el 19 de marzo de 2018, a los 91 años de edad

El mágico río Orinoco fue su fuente de inspiración

Se inicia en la pintura a la edad de 12 años. Siempre hizo mención  del mágico río Orinoco, que fue su fuente de inspiración y lo acompañó hasta el último de sus días.

A la edad de 15 años está residenciado en Caracas, corría el 1941 cuando comienza sus estudios en la Escuela de Artes Plásticas y Artes Aplicadas (actual Escuela de Artes Visuales Cristóbal Rojas) hasta el año 1946, era dirigida por Antonio Edmundo Monsanto. Estudió Artes Gráficas en el taller de Pedro Ángel González, de quien fue su alumno y asistente.

En París con Pascual Navarro a orillas del Sena

En 1947, ganó el premio Nacional de Artes Plásticas para Artistas jóvenes, que consistía en un viaje de estudio a París, Francia. Sale por primera vez a la capital francesa con su compañero de estudios y amigo Pascual Navarro, quien le había disputado el premio. Vuelve a Caracas al año siguiente y participa en la organización del Taller Libre de Arte. Regresa a París, estudia arte y crean el grupo “Los Disidentes”, junto a Pascual Navarro, Alejandro Otero, Perán Erminy, Rubén Núñez, Dora Hersen, y otros destacados artistas.

Según los críticos esta es la etapa que define el legado de Mateo Manaure, porque es en la década de los años 50, “donde se adhiere a la abstracción geométrica, creando dos obras magistrales que quedaron plasmadas, no sólo en la ciudad de Caracas, sino en el imaginario colectivo”.

En 1951, regresa a Caracas y funda la Galería Cuatro Muros, junto a Carlos González  Bogen, realizan la Primera Exposición de Arte Abstracto en Venezuela, con la participación de artistas nacionales y extranjeros. En París se compenetra con la abstracción lírica y explora las artes gráficas.

El año 1952, comenzó su colaboración con el proyecto de la Ciudad Universitaria de Carlos Raúl Villanueva (considerado el más importante arquitecto venezolano del siglo XX), además de aportar 26 de sus propias obras, surge como supervisor de las obras de arte.

“He moldeado mi vida en función del arte”

Mateo Manaure está sembrado en Venezuela, sus murales son icónicos, sus policromías y vitrales podemos verlos en la Universidad Central de Venezuela (en el hospital universitario, en la plaza cubierta del rectorado, en los pasillos, en las facultades). En la avenida Libertador de Caracas se encuentra el gran mural vítreo Uracoa, (le puso el nombre para conmemorar el pueblo donde nació, es el más largo del mundo mide tres kilómetros de largo y cuatro metros de altura), embelleciendo esa gran avenida de este a oeste de la ciudad caraqueña. La policromía en los bloques del barrio 23 de enero de Caracas.  Pasearse por la ciudad de Caracas, es sin duda ver el arte y la belleza de la obra de Mateo Manaure, sin duda uno de los artistas plásticos más importante del Caribe.

“He moldeado mi vida en función del arte”, escribió el maestro Manaure y explicó que en el contexto de esa frase, está su obra “que responde a un compromiso que ha asumido con responsabilidad tenaz desde que tomó su pincel”. Seguidamente señaló: “que todo lo que había realizado fue con la angustia de desarrollar un conocimiento nuevo y adquirir el contacto con otra cultura que está al margen de una sociedad inmoral, enferma e indolente”.

Dentro de los libros publicados por Mateo Manaure, encontramos “Ofrenda a mi raza” y “Arte y conciencia”.

Muchos amores y tres esposas

El poeta Manaure fue un hombre de muchos amores y tres esposas. La primera fue María Arilla (española) fue la madre de sus cuatro hijos: Mateo, José, Iván y María Isabel. En 1980, se casa con María Luisa Lizana (conocida como María Luisa Manaure) y viven 16 años como pareja. En mayo de 2016, se casó con Cora Álvarez, quien acompañó al gran maestro Manaure en los últimos días de su vida en la clínica Ávila de Caracas.

En el Moma, Museo de Arte Moderno de Nueva York, actualmente se encuentran dos obras del muralista venezolano Mateo Manaure: Columnas policromadas, Proyecto para un mural (1954) y la otra es una pieza sin título del lapso 1968 – 1969.

Museo de Arte Contemporáneo Mateo Manaure

El 19 de noviembre de 2008, fue inaugurado el Museo de Arte Contemporáneo Mateo Manaure en Maturín, Monagas. Su construcción se inició el año 1998 bajo el mandato del Gobernador Luis Eduardo Martínez, hoy diputado a la Asamblea Nacional. El proyecto fue ejecutado por un grupo de arquitectos dirigidos por Harry Frontado y Freddy Carreño.  Está ubicado en la calle Bermúdez, cerca de la plaza Miranda, es un edificio de 5 pisos, que tiene 15.000 metros cuadrados, consta de 4 salas para exposiciones.

Mateo Manaure donó al Museo 44 piezas de su obra, así como objetos personales y diferentes obras de arte, una escultura y tres reproducciones fotográficas de murales que están justo en los jardines de la Universidad Central de Venezuela, que tienen un gran valor artístico.

La Fundación Diego Cisneros y la Fundación de Museos Nacionales también han donado obras artísticas de otros autores.

Con Mateo Manaure en el “Bora Bora”

A finales de los años 80 y comienzo de los 90 del siglo pasado, el pintor Mateo Manaure y María Luisa Lizana de Manaure, deciden irse a vivir al terruño donde por primera vez vio la luz del sol ese nativo que se hizo universal, levantaron la carpa en el pueblito de Uracoa, en la rivera del caño del mismo nombre, donde se unen caños y ríos que caen todos al caudaloso Orinoco.

El artista construyó una churuata grande que era su habitación y a su vez era el taller de arte en plena selva, al que bautizó con el nombre de “Bora Bora”. Podrán imaginarse un ambiente de animales, monos, chigüires, pájaros, diversidad de plantas, disfrutaba el paseo en las curiaras entre los caños que van al río padre.

Recuerdo que la churuata tenía hasta una biblioteca. La conocí porque un día de ese entonces me encontraba en la finca de mi Familia, “Las Lagunas del silencio”, en el pueblo El Chispero, Maturín, en compañía del teniente Héctor Fleming Mendoza, quien me invita a visitar a su amigo Mateo Manaure (a 40 kilómetros de distancia aproximadamente de nuestra finca).

Fue grato ese encuentro. Ya lo conocía desde el “Gran Café” y el restaurant “Il Vecchio Molino” en Sabana Grande, donde había compartido algunos tintos con el artista plástico junto a Miguel Gómez Núñez, Francisco Martínez “El Bachaco”, Manuelito Peñalver, Manuel Felipe Sierra. Me preguntó por todos eran sus amigos. Grata conversación acompañada con unos vinos que llevamos y un almuerzo con Morocoto asado (pescado de río) y ocumo chino preparados por Mateo, nos comentó que lo visitaban sus amigos el gobernador Guillermo Call y también el doctor Cesar Suppini, otros que escapan a mi memoria. Visitar y  compartir con ese hombre de mundo, ese talento, en esa selva con su taller de trabajo, hablando con los pájaros y los animales es realmente inolvidable. Ese día le dije, Usted volvió al río que lo vio nacer, pero como hombre de agua fue a educarse al Sena en París, el hombre reía.  Salud Poeta, mi querido paisano donde quiera que te encuentres.

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