ONG del alma mía

Opinión | marzo 22, 2022 | 6:26 am.

En el planeta las organizaciones que más rápido crecen en número son las empresas privadas. Nada que no sea fácil intuir. Las segundas en crecimiento, en su número, son las organizaciones no gubernamentales también conocidas como las ONG.

Dentro de la lista de ONG grandotas está BRAC, (Bangladesh Rural Advancement Committee) destinada al microcrédito y que ha ayudado a más de 120 millones de personas con financiaciones mil millonarias en agricultura, reducción de riesgo climático y otras muchas. Se ha convertido en una de las de mayor impacto e innovación.

Pero hay de todo. Una llamada “Acción contra el hambre” ha creado una red de restaurantes solidarios. Otra de nombre “Bodas Solidarias” para que en vez de gastar en regalos para los novios ayudes a muchos en situación difícil.

Existen miles de ONG relacionadas con la protección de animales, desde perros, gatos y loros, hasta ballenas, tortugas y peces. Las denominaciones son curiosas, “animales sin nombre”, “Fundación de peludos protegidos”, “Por la paz animal”, “Mascotas de la calle”.

Y las hay para cualquier cosa se nos ocurra. “A vuelo de pájaro”, “Fundación de Ayuda contra la drogadicción”, “Payasos sin fronteras”, “Fundación niños con cáncer”, “La fundación Australiana del Koala” “Consorven, Confederación sordos de Venezuela”. Ponga usted la imaginación a volar escriba lo que desee en su buscador preferido y de seguro encuentra una ONG asociada. Hasta la extravagancia se hace presente. “Asociación de Parlamentarios taurinos”, “Asociación mundial de periodistas de vinos”, “Asociación de amigos de Raphael” y “Team Ratas” dedicada a salvar a las ratas y ratones usados en experimentos.

Existen millones de ONG y sigue subiendo el número con rapidez, pero la pregunta es porqué esto ocurre.

Ya hemos comentado en anteriores escritos las ideas de Friedrich Nietzsche referentes a esa especie de instinto del hombre en destacarse sobre la manada y que llama supravivencia. Es posible que esto sea la explicación real de las ONG como mecanismo de “ser visto” por los demás haciendo algo bueno y las oportunidades son casi infinitas. También podría colaborar en el aumento desbordado de las ONG el creciente nihilismo en el hombre moderno, como mecanismo de manejar el sin sentido existencial.

El asunto de las ONG es importante pues nuestra tendencia de crear grupos pequeños en donde nos sintamos importantes, representa un enorme escollo a la hora de ponernos de acuerdo para hacer algo juntos o en sintonía y solamente cuando un peligro excepcional se hace presente se rompen las ilusorias barreras de los grupos. La guerra en Ucrania es un ejemplo actual y vivo de cómo se compacta un pueblo para defenderse del invasor.

La aparente imposibilidad de unificar a la oposición venezolana tiene mucho que ver con este fenómeno del protagonismo individual. El placer que produce “ser el jefe” o ser reconocido por alguna fortaleza, es casi una droga para el político y hará lo que sea por tenerla. Cualquier título vale para distinguirse, “es el coordinador del municipio”, es el representante del partido en el barrio”, “es el jefe parroquial para el desarrollo agrícola”.

La unión es difícil no solo por el placer de ser el jefe sino, principalmente, porque no se percibe al régimen de Maduro como un peligro extraordinario. El régimen juega a la simulación democrática, hace elecciones y, de vez en cuando, finge perder, soborna bajo la mesa, tiene excusas para todo y ahora hasta coquetea con los gringos.

Mantener a la oposición lo más dividida posible es una línea estratégica del régimen y ha usado todos los elementos disponibles desde los repugnantes alacranes hasta el férreo y masivo control de los medios de comunicación, pero dejando diminutas rendijas de libre expresión para hacer confundir a la opinión internacional.

En nuestra opinión, independientemente de las grandes diferencias que existan entre los partidos, estos no deben olvidar que son los conductores políticos de la solución al problema venezolano y que con patriótico pragmatismo deben empezar a generar acciones en sintonía.

La mesa de negociación en México es una buena forma de demostrar sintonía apoyándola, la propuesta de una asamblea constituyente es otra oportunidad para sintonizarnos, construir una marcha gigante a Miraflores es un posible escenario y hay decenas de ideas que se deben evaluar.

No es muy difícil. Cada líder debe dar respuesta a la sencilla pregunta de quién es más importante, si él o la patria, y de seguida hacer lo que corresponda. Podemos continuar en la terca posición de “yo no me junto con to el mundo” pero lo único que eso logrará es el desprecio ciudadano.

Es hora de quitarse las coronas, de sentir el inmenso peligro que representa este régimen maleante para Venezuela y actuar en consecuencia. La sabiduría popular pide a gritos la unión y solo queda hacerlo.

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