Guaidó se rindió
En 2019 Juan Guaidó se convirtió en el político con mayor apoyo popular en toda la historia de la política venezolana, con una popularidad cercana al 80%, devolvió el optimismo a la política, a la nación, bajo su mantra de finalizar la usurpación del chavismo en el poder, instalación de un gobierno de transición que instaurara el orden constitucional/democrático y, finalmente, elecciones libres.
Cuando ya han pasado 3 años de su cuestionado interinato, su popularidad prácticamente ha desaparecido, comparable con la que ostenta Maduro, prácticamente de un solo dígito. Las razones son más que conocidas: Incumplimiento es su encargo y total inoperancia dentro de las fronteras del país.
Así mismo, la AN legítima (2015) y el TSJ legítimo han sucumbido a este desastre, la omisión ha sido su mal, han desatendido sus funciones contraloras y defensoras de la ley, la democracia, de nuestros recursos, el chavismo continúa obrando a sus anchas y estos “poderes” se mantienen de brazos cruzados incluso internacionalmente. Para colmo de males, el TSJ Legítimo amenaza con demandar a Guaidó por incumplimiento de pagos cuando el Chavismo es el cuarto régimen más corrupto del planeta en la actualidad, acusado de dilapidar la mayor fortuna en la historia de la humanidad luego de la segunda guerra mundial.
Las acciones internacionales del interinato, con relación a las sanciones y a las protecciones a activos de nuestro país hubiesen tenido lugar con o sin él, son acciones reservadas por naciones y bloques de ellas como reacción/reprimenda ante la ruptura del hilo constitucional y democrático en Venezuela, no es un logro propiamente de Guaidó, perdonen nuestra sinceridad.
Ahora bien, estas no son palabras ciegas. Desde hace mucho tiempo hemos advertido acerca de quién realmente es el chavismo, la lucha contra este flagelo no es fácil lo sabemos, sobre todo con una población traumada por traiciones de su dirigencia política a pesar de sus ingentes esfuerzos, por sí fuera poco, el levantamiento de otra oposición falsa (Alianza Democrática) complica aún más el panorama.
Lo criticable a Juan Guaidó es que ha reincidido en el mismo error de las “oposiciones anteriores”, ha seguido al calco la ruta del régimen, no ha influenciado haber tenido la popularidad más avasallante y la razón jurídica. Ha caído una y otra vez en los escenarios que prefabrica el castrismo venezolano para resguardar sus intereses: los presuntos diálogos, acuerdos y elecciones en condiciones absurdas.
Ahora bien, recientemente, Guaidó ha declarado que para el 2024 la oposición tendrá su candidato, es decir, ha anunciado su rendición, la usurpación quedará intacta, logrará su cometido y gobernará la otra mitad del periodo restante ¿Es justo para quienes dieron sus vidas por el rescate de nuestra libertad? ¡Ganaron quienes han destruido al país!
Lo más absurdo de todos los “líderes” políticos dizques opositores de llamar tan anticipadamente a las presidenciales 2024 es que creen, para esa fecha, el chavismo permitirá elecciones libres y justas… o son cómplices descarados o sencillamente idiotas irremediables.
Lo hemos dicho, la oposición que requiere el momento histórico debe ser una aguerrida, que a sabiendas del faraónico rechazo al régimen y de su inconstitucionalidad, sepa imponer la agenda política nacional, que sepa amalgamar nuevamente a los venezolanos y (así como lo hace el régimen) sepa hilvanar estrategias con sus aliados foráneos. Mientras se siga siendo democrático con quien no lo es, mientras se continúe siguiendo la agenda del régimen solo veremos desenlaces políticos donde el régimen se frota las manos.
@leandrotango