El marxismo en el siglo XXI

Opinión | septiembre 5, 2020 | 6:18 am.

Los primeros cristianos decían: todo lo mío es tuyo. Los socialistas dicen: Todo lo tuyo es mío» Sir Winston Churchill

Estudiantes, docentes, defensores de Derechos Humanos, dirigentes sociales y otro que se dicen conocedores de las Ciencias Sociales fallan comúnmente al no analizar la idea política que ofrece el «Paraíso en la Tierra». O son negligentes o mal informados, o son enfermos sociales dominados por el resentimiento social…

Aunque el sovietismo fue vencido desde su interior por un gran líder demócrata, Mijaíl Gorbachov, aún quedan remanentes de ideas retrógradas basadas en el comunismo o el llamado materialismo histórico. Durante el siglo pasado los partidos comunistas de Francia, Italia y Chile tuvieron una gran militancia, siendo considerados los más importantes de occidente.

En aquellos tiempos muchos creíamos en que la planificación central era irrevertible. Las creencias, en general, estaban arraigadas en la juventud de entonces. Creíamos que el capitalismo conducía solo a la explotación, a la miseria, y a la injusticia. Verdaderamente nunca conocí a un dirigente comunista o socialista pobre o miserable. Muchos, hasta hoy, piensan en lo mismo pero, no dan alternativas. Por ejemplo, en Chile, los comunistas y algunos socialistas, más los ultras, y algunos miembros de ONG de DDHH, quieren derrocar a como dé lugar al Presidente Piñera.

Karl Marx, quien nunca trabajó para nadie, escribió que una etapa intermedia terminaría con el capitalismo para pasar al comunismo; esta era el socialismo, para lo cual había que crear la “dictadura del proletariado” (como existe actualmente en Cuba, Nicaragua y Venezuela, en Latinoamérica y Corea del Norte, China, Vietnam y otros en Asia) que tendría como misión reeducar a los trabajadores. Para Marx y los actuales marxistas (aunque el historiador y profesor británico Gareth Stedman Jones (Londres, 1942), sostiene que el marxismo es una invención interesada que hicieron de su obra tras su muerte, de la que en mayo se cumplen más de 200 años), las bases de la sociedad capitalista son la moral, la familia, la propiedad, la religión, el consumo, la esperanza la costumbre y las tradiciones.

La posición de clase del ser humano, dice Marx, está determinada por su relación con los medios de producción; de esta manera, quienes son dueños de estos medios son los capitalistas que «explotan». Estos, a su vez, ofrecen su trabajo para sobrevivir. De esta manera se plantea, dice Marx, una lucha de clases irreconciliable cuyo clímax está en el derrocamiento de “los explotadores” por los trabajadores.

Para Marx y su sostenedor Federico Engels (importante industrial y filósofo alemán) el primer paso de la revolución era el ascenso del proletariado al poder, cuestión que nunca ha estado clara pues no se sabe, a ciencia cierta, en qué países o naciones ha sucedido. Para llevar a cabo sus ideas es necesario tomar medidas despóticas sobre la propiedad privada “que aunque de momento parezcan económicamente insuficientes e insostenibles, en el transcurso del movimiento serán un gran resorte propulsor, y de las que no puede prescindirse, como medio para transformar todo el régimen de propiedad vigente” (Marx y Engels, 2005, p.50). Es necesario considerar estas medida en el contexto de la época en que fueron escritas, pues en la actualidad no sirven debido a que las masas virtualmente han sido ganadas por el deseo de vivir en paz, libertad y democracia.

Otro de los planteamientos de Marx y Engels son: 1.- expropiación de la propiedad inmueble y aplicación de la renta del suelo a los gastos públicos; 2.- fuerte impuesto progresivo; 3.- abolición del derecho a herencia; 4.- confiscación de la fortuna de todos los emigrados y rebeldes; 5.- centralización del crédito en el Estado, por medio de bancos nacionales, con capital del Estado y régimen de monopolio; 6.- Nacionalización de los transportes; 7.- aumento de las fábricas nacionales y de los medios de producción, roturación y mejora de terrenos con arreglo a un plan colectivo; 8.- proclamación del deber general de trabajar, creación de ejércitos industriales, principalmente en el campo; 9.- organización de las explotaciones agrícolas e industriales. Tendencia a ir borrando gradualmente las diferencias entre el campo y la ciudad; 10.- Educación pública y gratuita para todos los niños. Prohibición del trabajo infantil, balo la forma actual. (Marx y Engels pp.50-51). (Manifiesto Comunista).

Debemos considerar que en los sistemas capitalistas o social demócratas se llevan a cabo algunas de las ideas planteadas por Marx y Engels pero sin necesidad de establecer una dictadura, como ellos proponen ni de destruir la familia. En muchos países se aplican los modelos 6.-9.-y 10.- pues lógicamente ayudan a establecer sociedades más igualitarias. Lo que es ilógico, y está probado es el manejo de las industrias, del campo, y el establecimiento de monopolios estatales han fracasado estrepitosamente en los países que los han instaurado. Ejemplos de ello sobran.

Muchos estudiosos del marxismo como Von Mises se preguntan: ¿son los planificadores centrales del socialismo (comunismo) capaces de racionalmente y efectivamente manejar los problemas diarios de la economía? Obviamente su respuesta fue no. Esto debido a que en la economía de mercado la producción es guiada por la expectativas del consumo y su demanda; además, quienes manejan las economías deben minimizar los costos de producción para satisfacer las necesidades del consumidor. Esto, obviamente, no significa que muchos productores y distribuidores no abusen alterando los costos o cobrando por sus productos más de lo debido, lo cual debe ser controlado por el Estado pues es el ente que representa al público en una sociedad democrática.

Todo lo anterior significa que la abolición de la propiedad privada significa el fin de la racionalidad económica. No habría competencia, la oferta y la demanda en un Estado socialista no pueden ser medidos pues el sistema es monopólico lo cual hace que los planificadores siempre cometan grandes errores de planificación estratégica. Esto finalmente produce inflación, caída en la producción, mercado negro, caída del valor monetario; en otras palabras, la economía actúa bajo una total ceguera.

PhD. – Docente – Chile

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