Naufraga fragata y zozobra nave del Estado

Opinión | abril 7, 2020 | 6:30 am.

…A duras penas puede aguantar tu quilla sin los cables, al cada vez más agitado mar. No tienes vela sana, ni dioses a quienes invocar en tu auxilio…. Este poema del gran Horacio viene a la memoria ante el naufragio de la fragata Naiguatá y la zozobra de la nave del Estado venezolano.


Cualquier barco puede hundirse por más que sus armadores consideren que son insumergibles. Sea por un error humano, como el del Titanic, o por el belicismo de algunos países como fue el caso del torpedo disparado en contra del Lusitania durante la primera guerra mundial.

Recientemente, dos fragatas naufragaron. Una por confusión de los responsables de la seguridad de navegación. Otro por estupidez del capitán de la nave. El primer caso fue en el 2018, cuando la fragata noruega Helge Ingstad se hundió al chocar contra el petrolero TS Sola en uno de los bellos fiordos del país escandinavo. El segundo fue el choque y consiguiente hundimiento de nuestra fragata Naiguatá al embestir al crucero Resolute.

Seguramente el capitán del Naiguatá pensó que el Resolute no aguantaría una cornada del barco de guerra. Quiso emular las agresiones de la Guardia Nacional, Policía Nacional y paramilitares rojos en contra de los indefensos ciudadanos que protestan en Venezuela. Esto es pan comido, debe haber analizado el estúpido capitán y, sin pensarlo dos veces, decidió arrinconar contra la costa al crucero tal y como hacen los jinetes en el rodeo que practican los chilenos. Lamentablemente le salió el tiro por la culata, al ignorar que el crucero tenía el refuerzo propio de un rompehielo. Quedó como un inepto e hizo el ridículo. Maduro y Padrino evidenciaron una vez más que son patrañeros y de los malos.

Quienes de facto están al frente de la nave del Estado cometen idioteces parecidas con el agravante de que en este caso quienes estamos en la nave que se está hundiendo somos todos los venezolanos. A Maduro y a su pandilla de narcotraficantes no les importa. Están decididos a proceder como el capitán del Graf Spee, acorazado de bolsillo nazi,que al verse acorralado decidió que era preferible hundirlo, decisión acertada en ese caso, pero criminal cuando se trata del presente y futuro de los venezolanos.

Con motivo de la pandemia, algunos bien intencionados, y otros no tanto, abogan por una tregua entre los demócratas y los totalitarios. Sin embargo no toman en cuenta que alimentos y medicinas tienen entrada libre por no estar sujetos a sanciones. No hay gasolina para que se desplacen médicos y productos agropecuarios porque los rojos destruyeron las refinerías. No hay agua para lavarse las manos porque no fueron capaces de mantener los embalses ni el sistema de distribución y tampoco construir nuevos ante el aumento de la población y que el sistema de generación, transmisión y distribución de electricidad está en el suelo, impidiendo la conservación de alimentos y el funcionamiento de los hospitales.

El presidente (e) Guaidó ofreció una solución respaldada por 44 países, que no es una tregua para que el régimen gane tiempo y siga sin resolver los problemas, sino un Gobierno de Emergencia Nacional que impida que se termine de hundir la nave del Estado. Ese salvavidas favorecerá a algunos indeseables pero impedirá que nos ahoguemos todos. Las fragatas Naiguatá y la Helge Ingstad no pueden reflotarse, pero con un poco de voluntad podemos achicar el agua que está hundiendo la nave en la que estamos todos. A Maduro se le ofreció un puerto, pero parece que prefiere hacerle compañía al Naiguatá.

Como (había) en botica: Tal día como hoy, hace 18 años, el presidente Chávez despidió por televisión a siete trabajadores de Pdvsa y filiales, y la directiva jubiló obligatoriamente a 14, como consecuencia del paro petrolero iniciado el 4 de abril en rechazo a la politización de la empresa. Este paro fue posible por la firme decisión de los Delegados de todo el país elegidos durante el conflicto que se inició el 25 de febrero. La marcha multitudinaria del 11 de abril en apoyo a los petroleros fue convocada por Carlos Ortega y Pedro Carmona, presidentes de la CTV y Fedecámaras, respectivamente. La masacre promovida por Chávez ocasionó su destitución y posterior renuncia. Un manejo inadecuado de la situación determinó que la Fuerza Armada lo regresará al poder. Supuestamente arrepentido, pidió perdón públicamente pero al poco tiempo volvió a las andadas. Lamentamos el fallecimiento de Frank Alcock, excelente profesional petrolero y gran caballero. Sigue la persecución a periodistas y al entorno de Guaidó. Nuestra solidaridad con Roberto Enríquez, presidente del Copei legítimo, que tiene tres años asilado en la embajada de España ¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!

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