El Chino Vollmer

Opinión | febrero 20, 2020 | 6:20 am.

Las conversaciones en los últimos días giraban en torno al tema relacionado con la propuesta formulada por Alberto Vollmer en nombre de un grupo que se define como “optimistas anónimos” que reúne a 39 hombres de negocios, banqueros e inversionistas venezolanos con un punto de vista diferente al de buena parte de los portavoces de las asociaciones del sector privado». En sus palabras señaló enfáticamente que «El país está maduro para adoptar el modelo chino».​

Comerciantes, industriales, pequeños y medianos empresarios y amplios sectores de la economía informal comentaban y se pronunciaban con respecto a este tema. Las cámaras de comercio de todo el país señalaban que el modelo chino es una mezcla de seudoeconomía de mercado, pero en la cual el mercado de capitales no opera libremente, sino que es sujeto a intervención por el Estado, el que, a su vez, ejerce una fuerte intromisión en el sistema financiero y hace inyecciones de liquidez a través del banco central, con un sistema político autocrático, regido por los principios del comunismo chino, ajeno a los valores democráticos que rigen en Occidente. En síntesis, es una combinacion de gobierno autoritario, partido único, con derechos ciudadanos limitados, así como restricciones para la participación en la vida política y en la propiedad de los bienes y las empresas. Los chinos no ven como valores la democracia, república, libertad, igualdad, fraternidad, y para nosotros sí existen esos valores.​

Un representante del sector industrial, jocosamente, opino que estos «optimistas anónimos» son pescadores en ríos revueltos. Con un juego de palabras, «El país está maduro…» tratan de esconder su identificación con el régimen y pretenden dorarnos la píldora para envolvernos en su aspiración de implantar un «socialismo totalitario de mercado liberal» .​

El Chino Vollmer y sus anónimos optimistas, permítanme esa calificación dijo el propietario de un pequeño negocio, sugieren que «el fin del control del mercado de divisas, la dolarización de la economía, la liberación de precios y el despliegue emprendedor de los talentos criollos en procura de la prosperidad pueden convivir, por ejemplo, con la incesante violación a los derechos políticos de los venezolanos expresada en la persecución, encarcelamiento o destierro forzado de decenas de representantes de oposición legítimamente elegidos». Eso, diría mi abuela, es mear fuera del perol. Democracia y dictadura son realidades opuestas. ​

Un economista, en representación de su gremio, opinaba que esos «optimistas» pasan por alto los graves problemas generados por este regimen: depresión económica, el PIB venezolano es uno de los mas bajos del mundo. Hiperinflación: En octubre pasado el Fondo Monetario Internacional proyectaba para 2020 una inflación de 10 millones por ciento. Déficit fiscal entre 15% y 20% del PIB anual. Deuda, calculada en más de $7.700 millones en cuotas vencidas acumuladas en bonos de Pdvsa y la República. Petróleo, la producción ha caído en picada en 20 años, se acerca al millón de barriles por día. A ese volumen hay que descontar los 400.000 que se envían a China para pagar deuda ya malgastada y los cerca de 300.000 que van a los chulos del regimen Cubano y otros aliados políticos. ​

No olvidemos la crisis del sector manufacturero, dijo uno de sus representantes: Según Conindustria, el gremio de la manufactura, 2019 terminó con solo 15% del parque industrial del país activo. Del total, el 45% trabaja a menos del 20% de su capacidad.​

No dejen por fuera a más de 4,7 millones de personas refugiadas y migrantes de Venezuela en todo el mundo y al 90 % de los venezolanos no tienen ingresos suficientes para comprar alimentos, señaló un buhonero en representación de la economía informal.​

A todo lo expresado solo faltaría agregarle, para que no le quede ninguna duda al Chino Vollmer y sus optimistas anónimos, que las sanciones del Departamento del Tesoro de Estados Unidos significan que ningún agente financiero va a exponerse a negociar o comprar deuda del chavismo porque sería sancionado a su vez con multas, cierres de cuentas o hasta acusaciones de apoyar un régimen dictatorial. Y con ello la escasez de casi todos los bienes básicos, de repuestos, maquinarias y equipos, especialmente los importados por el Estado.

Entonces, el modelo propuesto, solo podría exportar o importar mercancías o préstamos desde los regímenes chulos de Cuba o Nicaragua, ya que los chinos y rusos se aseguraron el pago de sus prestamos con petroleo, oro, coltan y uranio. Quedaría solamente Turquía, que solo va a servir para lavar el Oro de Sangre saqueado en nuestro territorio, dijo finalmente un hombre de pueblo que a diario lucha por restablecer la democracia en el país. Vayan a joder a otros con ese cuento chino.​