Alí Primera y la campaña de JVR 1973

Opinión | febrero 16, 2020 | 6:24 am.

Hoy 16 de febrero se cumplen 35 años del accidente automovilístico donde perdió la vida el cantautor Alí Primera, en la autopista Valle – Coche de Caracas. Alí fue mi amigo. Lo vi esa tarde en el apartamento del doctor Agustín Calzadilla (compartíamos Bufete) y su esposa Grisell Marroquín. Alí le llevó un documento para que se lo revisará. Compartiría con nosotros unos 15 minutos y tomó un roncito con miel de abeja. Se despidió porque iba a un ensayo, jovial como siempre. “Nos vemos Maturín”, como siempre me decía. No pensé que la despedida era para siempre. Avanzada la noche suena el teléfono y dicen que “Alí tuvo un accidente y está muerto en la autopista cerca de su casa”.

En días recientes fui al Cementerio del Este en Caracas a darle el último adiós a mi amigo el aguasayero José “Negro” Ramírez. Un pariente suyo, el periodista Cristóbal Pierluissi, después del saludo me dice: “Mario, la primera entrevista que dio Alí Primera cuando regresó de Rumania se la hice yo en la casa de tus padres en Maturín a finales del mes de noviembre de 1973. Era el cierre de la campaña presidencial de José Vicente Rangel. En un almuerzo preparado por tu señora madre se encontraban el candidato JVR, Pompeyo Márquez, Teodoro Petkoff, Miguel Gómez, Chichi Ávila, José Manuel Gómez “El Chingo”, Felipe Urbina, Ramiro González”.

Los Techos de Cartón y el cierre de campaña

El mitin de cierre de campaña del doctor José Vicente Rangel se hizo en el desaparecido Estadio 23 de Enero, que quedaba frente a la plaza Miranda. Fue un lleno total. Era la primera vez que Alí Primera iba a Maturín a un acto político. Era una innovación del MAS: presentar su primer candidato presidencial acompañado de un músico. Alí sube a la tarima y dio unas palabras para la generación de jóvenes rebeldes y contestatarios. Su primera canción fue Los Techos de Cartón, los gritos y la alegría se hicieron presentes. Siguió con Canción para los Valientes, No basta rezar, Los pies de mi niña, Mamá Pancha, y un largo repertorio. JVR cerró el mitin. Construyó un discurso que nos impactó. Denunció a Caldera y a Copei de los males del pueblo, y a AD de los crímenes cometidos contra comunistas y miristas en los centros de tortura de Cachipo y el TO4 de Cocollar.

Al día siguiente fue el mitin de cierre de campaña en Tucupita, Delta Amacuro, el candidato presidencial JVR, viajó en el vehículo del doctor Miguel Gómez, y Alí Primera me acompañó en mi Volkswagen.

En 1973, conocí a Ali Primera y a José Vicente Rangel

En septiembre de 1973, Ali regresa al país para la campaña electoral presidencial. Vivió desde 1969 en Rumania. Recorrió Europa con su canto. Participó en festivales, congresos estudiantiles y recitales, en la Unión Soviética, en la República Democrática Alemana, Italia, Checoslovaquia, Suecia, Hungría y otros países.

En esa época yo era dirigente estudiantil de educación media y estudiaba en el Liceo Miguel José Sanz. Formaba parte del comando de campaña. A pesar que mi padre era adeco, las puertas de la casa siempre estaban abiertas para los amigos de sus hijos. Nunca hubo reproches. Él les hizo a todos la mejor de las atenciones. Ese día conocí a Alí y al doctor Rangel. Nació una amistad que ha perdurado en el tiempo. A Alí Primera lo acompañé hasta su último día cuando falleció en la autopista; y con JVR he mantenido buena relación. Me dice su hijo Pepé, el alcalde de Petare, que su padre reaparece este domingo en su programa de Televen.

“Mis hijos, los quiero mucho… te adoro mi amor»

Una tarde de septiembre de 2014 me encuentro en el restaurant “El Caserío” de Sabana Grande, a mi amiga Sol Musset de Primera, quien se encontraba en compañía de los comunes amigos Luis Tellería y José Meléndez. Tenía tiempo que no la veía.

Como es normal hablamos de la familia y por supuesto de su esposo Alí Primera. Le hablé de nuestro encuentro en al apartamento del doctor Calzadilla. Me dijo: “hay cosas premonitorias en la vida, momentos en que presientes sucesos y sientes negatividad, Mario. Alí, ese fatídico viernes 16 de febrero de 1985, amaneció inquieto, se sentía contrariado por unas palabras con un amigo; pero hizo lo que le gustaba llevar y buscar a los muchachos a la escuela; andaba algo extraño, Juan Simón tenía tres meses y le preparó una sopita. Le dije por qué la hiciste si yo podía preparársela y contestó: tranquila mi amor, el día que crezca le dirás que yo le di la primera sopita de su vida. Luego le empareje la barba y el bigote. Me gustaba que se le vieran los labios; se cortó un bucle de su cabello y me lo entregó. Me dijo guárdalo por si algún día ya no estoy contigo”; me comentó Sol, “que se puso a llorar”, y le dijo “Alí, ¿qué te pasa viejo? Estás muy negativo hoy”.

Lo acompañaron hasta el ascensor, Sol, Sandino, Servando y Florentino, uno llevaba el cuatro, otro la agenda y el maletín. Alí, llamó el ascensor se montó y volvió a abrir la puerta, y le dijo a Sol, “de verdad no quiero ir, pero voy a cumplir el compromiso, no quiero embarcar los músicos… Bueno, qué vamos a hacerle. los quiero mucho ahí va un beso para cada uno”. “Vivíamos en el piso 12, del Edificio Savoy en El Valle, nos asomamos y desde abajo hacia gestos de saludos”. Alí gritó “Mis hijos, los quiero mucho… te adoro mi amor».

“Esa fue la última vez que lo vimos en vida, Mario”, me comenta. “Para nosotros Alí vive, y nos ha acompañado en todos los momentos y nos ha ayudado a salir de las situaciones y de las penurias que tuve que pasar para levantar a mis hijos”. Le comenté que esa tarde noche lo vi. Yo me encontraba en una reunión en el apartamento de Grisell Marroquí y el Dr. Agustín Calzadilla (con quien yo compartía Bufete), que es mi amigo y era el abogado de Alí. El cantor llegó con unos documentos, saludó y conversó aparte con Agustín, volvió, se tomó un roncito con miel de abeja y se despidió. Dijo que iba a trabajar. Luego llegó la llamada inesperada, esa madrugada fue el accidente fatal.

Alí, el Paraguanero, “El Cantor del Pueblo”

Ely Rafael Primera Rosell (ese es su nombre de pila) nació a las 12 de la noche del 31 de octubre de 1941 en la maternidad Oscar María Chapman en la ciudad de Coro, estado Falcón, de manos de la comadrona Mama Pancha, hijo de los agricultores Antonio Isidoro Primera y de Carmen Adela Rosell. Vivían en la calle La Paz, Nro. 33.

No pudo disfrutar a su padre, quien era funcionario de la policía en la cárcel de Coro. Don Antonio murió cuando Alí tenía 3 años de edad en un tiroteo cuando se estaban fugando unos prisioneros en la Cárcel. (Siempre lo llamaron Alí, se dice que por sus abuelos que eran árabes).

Doña Carmen quedó viuda. Tuvo que cargar a cuestas con sus 7 hijos; Alí, era el sexto y a los 3 años supo lo que es la vida sin un padre que lo guíe, y responda por el bienestar de su familia. Quedaron huérfanos. Vivieron en diferentes pueblos de la Península de Paraguana, de San José, se van para Caja de Agua. Alí vendió agua, leña, se terciaba una cesta de pan, limpiaba zapatos. Años después se reía y decía que el cajón de zapatero tenía un letrero que decía: ¨Hoy no fío, mañana sí¨. Como pudo terminó la primaria en una escuela de adultos; sigue el peregrinaje y se van al barrio Las Piedras, luego al Barrio La Vela, que queda más cerca de Punto Fijo. En La Vela de la costa paraguanera es donde pasan mas tiempo. Ahí está ubicada la refinería; ayuda a su madre en la venta de empanadas y pan dulce; su mama lavaba ropa de la calle; fue boxeador. La vida no le fue fácil, se levantaron con mucho sacrificio como lo ha hecho la gente humilde que se siente orgullosa, de cómo ellos y sus viejos han logrado sobrevivir e incluso triunfar en la vida.

El espíritu de superación y salir adelante siempre lo tuvo presente. Lo enseñó a tocar cuatro y guitarra su Tío Simón. Las composiciones musicales de Alí están impregnadas de pueblo, de sentimiento, reflejan el sufrimiento del pueblo, la desigualdad social, la pobreza. Alí Primera, sin proponérselo, se convirtió en «El Cantor del Pueblo». Hoy, sigue siendo el Juglar Latinoamericano.

Protestario y subversivo

A los 16 años es detenido en Punto Fijo repartiendo propaganda subversiva.

En 1960, Alí tiene 19 años de edad. Se viene a Caracas en una cola que le dio Chuto Navarro. Venía en búsqueda de un sueño, de un mundo mejor por el que siempre luchó; los primeros días llega donde su hermana María Antonia, vivía entre las esquinas de Truco a Balconcito en El Silencio. Estudia de noche en el Liceo Caracas, y se gradúa de bachiller. Ya era militante de izquierda. Siempre nombraba a su profesor Figueredo.

En 1964, se inscribe en la Escuela de Química de la Universidad Central de Venezuela. Se le abre el mundo a Ali, ya como estudiante era usual verlo en todas las actividades políticas y sociales, abraza las ideas izquierdistas. Su compromiso y su talento terminan convirtiéndolo en uno de los más importantes de la música social latinoamericana. Alí vivía en las Residencias Universitarias de la UCV. La universidad es allanada en 1966, y entre los presos se llevan a Aíi Primera. Va a dar con sus huesos a los sótanos de la Digepol y pasa tres meses presos; allí compuso y escribió la canción Humanidad.

Alí, el primer venezolano en cantar solo en el Aula Magna de la UCV

La Digepol lo tenía fichado. Una mañana se encuentra con su mamá en la Plaza España de Catia en Caracas, y le dice que tenía que irse, que seguía en su lucha. «Mamá yo me voy, no tengo alternativa o me matan o me meten preso». La vieja, con el dolor de madre llorando, le contestó: «Hijo, yo nunca le he quitado a ustedes sus vainas. Tú sabes lo que yo sufrí por Asisclo y por Monche. Lo que te encargo es que no olvides esta vieja». Alí dijo que esas fueron las palabras que más duro le habían pegado. Abrazado, llorando con su vieja, agarró la guitarra y le salió de la garganta a borbotones: «Madre, déjame llorar».

En 1967, en la Universidad de Los Andes (ULA), se realiza el Primer Festival de la Canción de Protesta. Alí, participa y interpreta «No basta rezar«. Ese día se catapultó, sintió el impacto del cambio. Los estudiantes lo hicieron suyo y siempre los acompañó; interviene con su canto en las elecciones estudiantiles de la UCV. Acompaña a Alexis Adams a ganar la FCU.

En 1969, el Aula Magna de la UCV se lleno de estudiantes para escuchar las canciones interpretadas por el joven cantautor paraguanero que había dejado atrás las noches serenateras y se había convertido en un ídolo de la juventud estudiantil y rebelde del país. Con ese auditorio lleno recibió un apoyo cálido, entendió que tenía un compromiso, un reto con la patria, y con ese pueblo olvidado. Fue en el primer venezolano en cantar solo en el Aula Magna. Desde ese momento se le convirtió en el nido más hermoso para su canción.

“La Marcha de los Claveles Rojos”

Recibí una invitación de los organizadores de la “Marcha de los Claveles Rojos”, que en honor a Alí Primera van a hacer los paraguaneros. Salir desde la casa de su “Mamá Adela” en el antiguo aeropuerto de Los Taques, hasta el Cementerio de Punto Fijo. El gran músico Luis Mariano Rivero, al referirse a Alí Primera, dijo: ese es “El Cantor del Pueblo”.

De Alí son muchas las anécdotas. Recuerdo el año 1975 cuando el MAS realizó unas jornadas políticas y propagandísticas en el país, llamadas “Mitin por la Patria”. La noche que se realiza el mitin en el Nuevo Circo de Caracas la modalidad era que hablaban, mitineaban los políticos, Teodoro Petkoff, Pompeyo Márquez, JVR, y Alí Primera cantaba.

Pero a Alí le gustaba hablar antes de cantar, y esa noche se monta en la tarima guitarra en mano para cantar, y no canta sino que comienza a dar un discurso y Teodoro entró en cólera. Le quita el micrófono y le dice: “tú estas aquí para cantar. No para dar discursos”. Alí protesta, lo empuja, y le dice: “entonces me voy para el carajo”, a lo que Petkoff le riposta: “agarra tu guitarra y te la metes por el c…”.

Esa noche terminó la relación política de Alí Primera con el Movimiento Al Socialismo. Ali fundó luego los Comité de Unidad Popular (CUP).

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