Una Feliz Navidad y los 30 años de aquella “Operaciòn Causa Justa”

Opinión | diciembre 19, 2019 | 6:16 am.

Quizás el tema que voy a desarrollar no sea el más conveniente para desearle una feliz navidad a mis lectores. Ni para ansiar que tengan un 2020 mejor que este 2019. Sin embargo, la referencia histórica que mencionaré como que resume un deseo agolpado de todo este año en mucha gente, que se volvió una angustia distorsionadora del razonamiento, que fue invocado desde la luna hasta el sol como diría el poeta, y exhibido cual espantapájaros en medio de la cotidianidad alocada en lo político, devastadora en lo económico y dramática en lo social que caracterizó el 2019.

Se trata de que el 20 de diciembre se cumplen 30 años de la “Operación Causa Justa”, realizada por los Estados Unidos de América para derrocar la tiranía de Manuel Antonio Noriega en Panamá.

La imagen inmensa del despliegue de tropa, en una acción que puso en jaque mate en cuestión de pocos días a las fuerzas armadas de aquel dictador militar, vuelve a replantearse 30 años después, pero esta vez en tierras venezolanas y en la imaginación de mucha gente durante este año 2019 en días que se perfilaron como decisivos para acabar con el régimen de Maduro por la vía de una acción desarrollada otra vez por la misma potencia que arrasó el país del istmo y sacó por las greñas a Noriega de su refugio en una embajada, para juzgarlo por narcotráfico y encerrarlo por muchos años dentro del dantesco sistema carcelario norteamericano. Por cierto, en ese más de 80% de la población que rechaza al régimen de Maduro, ¿cuántos no desean que Nicolás termine de esa forma?

Hace 30 años, “aviones fantasmas” sobrevolaron la tierra del canal interoceànico y dejaron una estela de destrucción y de muerte que oscila entre 5000 y 7000 fallecidos, quedando el barrio de El Chorrillo trasformado en carnicería y con el mensaje de que la fulana “Operaciòn” pudo haber sido “justa”, pero sanguinaria. Hace 30 años quedó la lección de que el injerencismo militar de los gringos en Latinoamérica, desde su invasión a México para robarle California, hasta nuestros días, no ha sido ni será benévolo; siempre será brutal porque así es todo imperio (metan ahí a Rusia y a China).

Sin embargo, tengo entendido que el panameño no está ganado a recordar el 20 de diciembre de 1989. Más bien es un desinteresado de ese evento y de cualquier otro que implique el recuerdo histórico. Hoy en día, Panamá significa dinero, mercantilismo duro y negocios jodidos. La Panamá de hoy es la Panamá de los “papeles”, del lavado de capitales, del narcotráfico. Aunque también me han dicho que después de esa invasión quedó un pueblo pujante, de oportunidades, de apertura económica. Lo que sí es cierto son las fosas comunes donde enterraron a las víctimas de la invasión, y cuyos cadáveres son de gente humilde. Lo que sí es cierto es que la historia de los pueblos puede ser idéntica, pero no se repite; puede tener similitudes, pero no es la misma. Venezuela no es Panamá, así muchos hayan soñado con eso durante todo el 2019.

Si me preguntan, ¿qué es lo que yo deseo que se repitiera en Venezuela de aquella invasión? Pues yo contesto que por supuesto no las bombas, sino la imagen del dictador buscando un escondite en la embajada del Vaticano y chantajeando al nuncio con estas palabras: “Si no me ofrece asilo, ordenaré una guerra de guerrillas”. Imaginen el de aquí temblando con su milicia.
Feliz navidad y prometedor año nuevo.

Vallejobelis3@gmail,com