El petro, la criptomoneda creada por el gobierno de Nicolás Maduro hace 7 años, ha perdido su ya limitada influencia en la economía de Venezuela y entró en desuso tras un escándalo de corrupción que salpicó a varios altos funcionarios del chavismo, según expertos.

“Así como apareció, de esa misma forma desapareció, como una posverdad, una improvisación”, dijo a la Voz de América el economista Carlos Ñáñez.

Anunciado en el 2018 por Maduro, que buscaba su primera reelección presidencial, el petro buscaba contrarrestar “el bloqueo financiero”, en referencia a las sanciones económicas impuestas durante la primera administración de Donald Trump.

Su fundamento serían las reservas petroleras de Venezuela, calculadas en más de 300.000 millones de barriles, especificó hace 7 años. Luego, el oficialismo dijo que estaba respaldado por “recursos naturales”, como el petróleo, el hierro y el oro.

El petro serviría para hacer transacciones financieras sin restricciones extranjeras y tener acceso a “nuevas formas de financiamiento internacional”, es decir, con criptomonedas, aseguró entonces Maduro. Corrían también los tiempos en que el gobierno venezolano lanzó el “bolívar soberano”, restándole cinco ceros nominales a la moneda nacional.

El petro nació como una medida «capricho” que nunca calzó del todo con los criterios de una criptomoneda, afirmó Ñáñez, también profesor y jefe del departamento de teoría económica de la Universidad de Carabobo.