Cuando fue ministro, El Aissami prometió 25 cárceles y terminó 3: Una Ventana a la Libertad

Nacionales | julio 11, 2023 | 8:35 am | .

La crisis carcelaria en Venezuela es estructural, pero durante los últimos años del Gobierno entre promesas incumplidas, corrupción y desatención a la población carcelaria, la situación es terminal. De acuerdo a datos de la ONG Una Ventala a la Libertad en calabozos policiales hay unos 60 mil privados que viven en condiciones inhumanas.

En entrevista concedida a El Universal, Carlos Nieto Palma, coordinador general de UVL, destacó que hay unos 400 Centros de Detención Preventiva en los que albergan unos 60 mil presos. “El problema de los calabozos policiales es muy grave, por hacinamiento, enfermedades, falta de espacio, desnutrición y allí no hay muchos cambios, a decir verdad se sacudieron el problema de estos calabozos”.

A mediados de 2022, Maduro nombró una comisión que tenía un plazo de 90 días para iniciar la transformación de ese sistema, “pero pasó el tiempo, ya va más de un año y no ha ocurrido nada”.

A juicio de Nieto Palma, el ministerio del Servicio Penitenciario es responsable del hacinamiento que viven los CDP, “ellos a través de la ministra Varela, prohibieron el traslado de reclusos a las cárceles, si el ministerio no lo autorizaba, por lo que los calabozos policiales, construidos para mantener a personas por 48 horas, terminaron convertidos en cárceles permanentes”.

Hoy la población de los CDP es mucho mayor que la de las cárceles, creemos que en los CDP hay alrededor de 60 mil recursos, sabemos que son muchos más, pero no cuántos, mientras que en las cárceles hay unos 40 mil. “El ministerio tiene la obligación de velar por los procesados, pero le encasquetaron esos miles de presos a las policías, que no tienen potestad legal, recursos, personal, comedores, ni asistencia médica para atender una población penitenciaria, es un problema que debe ser atendido responsablemente”.

Recordó la megacárcel construida en El Salvador, una cárcel que tiene todos los adelantos tecnológicos para evitar problemas, si cumplen con las funciones de reeducación de los presos y trato digno, podría ser excelente. Sin embargo, la experiencia en Venezuela nos dice que esas cárceles tan grandes son focos de conflictos, malos tratos, violaciones a los derechos humanos, son difíciles de controlar.

“Me parece interesante que hayan construido esa cárcel en seis meses, lo comparo con Venezuela, donde El Aissami prometió 25 cárceles y solo terminó tres; la ministra Iris Varela prometió cárceles para procesados en cada estado y no hizo ninguna, ver esa capacidad de cumplir planes causa envidia en países como este”.