El arte de dirigir ejércitos
Divide et impera (divide y domina), latinazo usado por Julio César para resumir su estrategia militar en la lucha contra los galos, también empleado por Napoleón siglos más tarde, es una escueta locución de profundo significado bíblico, una idea que alude en la Biblia a la debilidad de los cristianos por su división ante la unidad del reino de Satanás.
La expresión, también aprovechada por Filipo II de Macedonia, padre de Alejandro Magno, y motivo de larga reflexión de Nicolás Maquiavelo en El Príncipe y por Sun Tzu en El arte de la guerra, sintetiza en una suerte de proverbio de solo tres palabras una exitosa estrategia militar de conquista y preservación del poder que en términos modernos se ha trasformado en la más común: «divide y vencerás», llevada también con éxito a la política.
Por su enorme acierto, esta idea ha sido usada hasta como un concepto económico en la segmentación del mercado para sacar el máximo provecho en un mercado competitivo e incluso como estrategia electoral por Oxford Analytica con la segmentación de los mensajes dirigidos a captar la atención del electorado de acuerdo a sus particulares intereses.
El reciente alarde del capitán Diosdado Cabello en su tribuna política, pagada por todos los venezolanos (“Con el mazo dando”), en el que se regodea al decir : «Ellos (oposición) hacen sus planes, pensando que Nicolás y yo estamos peleados. Y les voy a decir algo, mientras ustedes están peleados, nosotros estamos viendo cómo los jodemos. Esa papaya de esa oposición peleada, ¿quién no la va a agarrar?”, dejó al desnudo que la estrategia del Gobierno es exactamente la misma resumida por el emperador romano en su «Divide et impera»
Al fanfarroneo del capitán se le pudiera repicar con un refrán al estilo del presidente Luis HerreraCampins: «dime de qué te ufanas y te diré de qué adoleces». Como una forma de recordarle que un ejemplo de su disputa con Maduro está contenido en una frase que dijera en ese mismo programa, con la cual pretende cerrarle cualquier posibilidad de negociación política en México que implique habilitación de candidatos opositores: «Él (Henrique Capriles) sabe que está inhabilitado, ¿a quién quiere engañar?, ¿a quién quiere presionar?. Él fue notificado (2017) que está inhabilitado hasta el año 2032, nada más y nada menos».
Y hay más. Es un secreto a voces que la columna vertebral de la estrategia madurista para perpetuarse en el poder no es otra que promover la abstención y dividir a la oposición. Pero haberla rebelado de manera tan grotesca no ha debido ser del agrado de Nicolás. Simplemente porque una cosa es cometer un error y otra admitirlo tan olímpicamente pretendiendo matar varios pájaros de un solo tiro desestimando las consecuencias.
Veremos si del otro lado de la acera se advierte el desliz del capitán y hay la inteligencia y la madurez política suficientes para de una vez por todas «tomar el rábano por las hojas» e identificar y aislar las voces de la división, entendiendo cabalmente las palabras de Jesús sobre el reino de Bercebú, interpretadas en la estrategia del César, y recogidas con elocuencia por el apóstol Mateo el Evangelista: «Él, conociendo sus pensamientos, les dijo: Todo reino dividido contra sí mismo queda asolado, y toda ciudad o casa dividida contra sí misma no podrá subsistir».