Quiten o no las sanciones, no habrá elecciones libres

Opinión | diciembre 2, 2022 | 6:28 am.

Aún quedan ilusos que creen que lo comentado por Maduro, o anteriormente por Diosdado, son tretas para auspiciar la abstención y así ir a unas presidenciales más sencillas. Quienes compran esas tesis parecen olvidar lo ocurrido en 23 años de elecciones en condiciones mínimas, que se trasmutaron a absurdas, veamos.

Aburre tener que aclarar estas cosas a estas alturas, pero no hay remedio.

El principal error es creer se realizarán primarias limpias y justas, las cuales generarán un candidato ungido celestialmente por la voluntad de los venezolanos, que ganará casi automáticamente la presidencia haciendo retornar la democracia y la constitucionalidad, obligando al chavismo desaparecer de la esfera política nacional… quienes creen esta falacia están atribuyéndole al chavismo cualidades democráticas inexistentes.

Maduro ha dicho que para permitir elecciones libres deben eliminar las sanciones ¿Por qué lo hace? Honestamente no es su culpa. Usted o cualquier otra persona en su lugar también hubiese exigido cualquier capricho, pues en la forma como lo trata la comunidad internacional, que está esquizofrénica por petróleo, y la “oposición” venezolana, que apoya todo lo que propone (deberían llamarse apoyación), pues es entendible que realice semejante petitorio.

Pero detrás de su petición se refleja una otra verdad. Todo el ámbito electoral está dominado por el régimen, por su partido. Ha sido una confesión que ha dejado más sin sabores al régimen que buenos sabores, sí es que ese era su fin.

No hay que demostrar nada. Es consabido que desde 2015 el régimen se vacunó contra lo electoral: es quien impone partidos, sus directivas, candidatos, electores y resultados, sí por cualquier evento sobrevenido tiene que entregar alguna plaza de poder, como la AN 2015 o Barinas 2021, sencillamente la (des)institucionalidad roja rojita hace su trabajo.

Pronto, aprovechando las fechas, el desespero energético de occidente, la apatía política del venezolano, las fechas decembrinas, la oposición que no se opone, entre otros factores, el régimen comenzará a jugar. Inhabilitará las figuras políticas más incomodas como por ejemplo María Corina Machado y Andrés Velásquez quienes han demostrado rebeldía y claridad ante él. Crearán nuevos partidos, apoyarán nuevos candidatos, así como apoyará a sus cómplices denominados “alacranes” (prácticamente desechados) y a sus cofrades del G4 que andan juntos por México, entre otras tantas estratagemas, para que al final en las primarias solo queden quienes hayan pactado con él.

Todo está repugnantemente claro. Quienes siguen la agenda del régimen no pueden ser opositores, sino sus cohabitantes, sobre todo porque en el peor momento de popularidad le han obsequiado más de 2 años de paz y tranquilidad política a la espera, nada más y nada menos, de otro proceso electoral absurdo, su escenario favorito.

Al final, ese pacto de no agresión busca evitar la revuelta social, las protestas, que en definitiva son la criptonita del régimen, hoy más que nunca cuando por su condición de ilegalidad, ilegitimidad, en el centro del huracán mundial por las acusaciones en su contra en la Corte Penal Internacional, no puede reprimir como lo ha hecho.

De este modo, transó con sus cómplices criollos con cuotas de poder/recursos de campaña y cede ante la Estados Unidos y Europa, en cuanto a sus exigencias energéticas. Un ganar-ganar para todos ellos y un único perdedor que lo pierde todo, los venezolanos ¡Urge una oposición real que se oponga!

@leandrotango