Chaparral de Carabobo sin agua
El acceso al agua potable es un derecho humano. El disfrute de ese derecho es interdependiente con el resto de los derechos, es decir, que el satisfacer los requerimientos del vital líquido en la población permite hacer viable el disfrute de otros derechos como la educación, la salud y la vida. Sin embargo, el 70% del municipio Libertador del estado Caracas se encuentra sin acceso al agua debido a la falta de mantenimiento del sistema de bombeo.
Ambos datos han sido tan persistentemente repetidos en este espacio que tal vez sea necesario expresar la denuncia en un tono diferente, uno que vaya más allá de las normativas y las cifras y desnude el drama humano de la falta de agua, por tanto, hablaremos de la comunidad Chaparral de Carabobo.
Chaparral de Carabobo es una comunidad que se encuentra a solo metros del monumento del Arco de Carabobo, “donde nació Venezuela”, un lugar tan histórico que en cada cuadra puede encontrarse un hito de la Batalla de Carabobo.
Tal parece que ese lugar tiene la mala suerte. Sus 480 habitantes no tienen agua desde hace 9 meses y as alternativas son tres: 1) surtirse con un camión cisterna que cobra por cada mil litros entre 5 y 8 dólares (una cantidad de agua que puede acabarse en menos de una semana en un hogar de 5 integrantes), 2) acarrear agua en tobitos desde otras comunidades aledañas, atravesando la riesgosa autopista, y 3) sacar agua cruda de una quebrada cercana.
La escuela del sector solo puede dar clases por 2 horas diarias dado que, por falta de agua, no pueden elaborar los alimentos ni usar los baños. Las actividades académicas no se podrán desarrollar de la forma esperada y los estudiantes verán limitadas sus oportunidades por reducir tan dramáticamente la calidad de su formación, eso sin mencionar el obvio incentivo a la deserción escolar que tal contexto ofrece.
Imaginemos las dificultades que puede tener una madre con un bebé de pocos meses de nacido, ¿Cómo podría realizar su aseo diario?, imaginemos a alguna persona enferma o con los achaques propios de la vejez que se encuentre bajo el cuidado de algún familiar, ¿Cómo pueden atenderlo o limpiarlo? Imaginemos que, dada la falla crónica de agua, los vecinos se ven obligados a almacenarla en pipotes, eso puede implicar la contaminación o la proliferación de ciertos vectores de enfermedades. ¿Acaso no es esperable que la misma dificultad que tienen en la escuela para la limpieza de los baños se repita en cada hogar?
¿Cómo podemos creer que pasarán una feliz navidad? ¿Cómo podremos decirles a los vecinos de Chaparral de Carabobo que “Venezuela se arregló”?, considerando que llevan 9 meses esperando la restitución del servicio, ¿Cómo podremos pedirles paciencia, que tengan calma y que no se molesten?. ¿Podría ir el alcalde o el gobernador a decirles a los vecinos que todo lo que sucede es culpa del capitalismo, del imperio, de la derecha apátrida o de los medios de comunicación?.
Supongamos que la alcaldía y la gobernación se quedaron sin recursos tras la imprescindible y estratégica inversión en luces de navidad y la inauguración del “Café Libertador” o alguna Plaza Drácula. Pues bien, es momento de solicitar ayuda y colaboración internacional, quizá organizaciones como la ONU, que se encuentran efectuando labores de mitigación de la Crisis Humanitaria Compleja en el país, puedan ser de ayuda, mucho más tras la firma de los acuerdos de México. No obstante, el primer requisito para ofrecer soluciones es tener ganas de hacerlo. Un buen regalo de navidad para Chaparral de Carabobo sería restituir el servicio del agua potable, ¿Qué piensa señor alcalde? ¿Se puede o es mucho pedir?
@rockypolitica