Gentilicio venezolano

Opinión | noviembre 21, 2022 | 6:24 am.

Recientemente recibí un tiktok de una señora que se identifica como @MaríaAdela, aparentemente es venezolana y su contenido me produjo un malestar, un sinsabor muy grande, porque en su mensaje, que transmite con una aparente sabiduría y propiedad y a manera de consejo, narra la noticia de un venezolano puesto preso en Florida por estafador e identifica a su video con el siguiente título: “Gentilicio venezolano”.

La referida señora dice “se los dije, EEUU no es Perú, no es Sudamérica”, en EEUU no vale el “cuánto hay pa’ eso” o “yo me rebusco la vida”, “Se los dije, les estaba dando consejos, allá no se va a jugar carritos, a querer hacerse el vivo y aplicar la viveza venezolana”, “Así los voy a ver a todos, no van a aguantar la mecha porque EEUU es otra cosa”. Identifica al estafador como “orgullo del tricolor venezolano”.

Para escribir este artículo vuelvo a ver el tiktok de @MariaAdela y me provoca dialogar con ella, porque esos estereotipos donde se generaliza y todos los emigrantes venezolanos caen en un mismo saco, dañan la imagen y reputación de nuestros compatriotas, y es sumamente injusta frente a la realidad que los ha obligado a huir de su país y que los enfrenta a retos inesperados, donde la “ruleta rusa” gira y no sabemos quien saldrá bien de esta odisea que implica emigrar.

En todos los países hay delincuentes. Veámoslo en cifras, Estados Unidos tiene más de 350 millones de habitantes, es la primera economía del mundo y un buen índice de calidad de vida, lo que constituye un imán para quienes no la tienen en su país sobre todo para los centro americanos y sudamericanos. Pero, de acuerdo al Centro de Estudios de Inmigración (CSI, sus siglas en inglés), hay 47 millones de extranjeros residenciados en ese país, con una mayoría de nacionalidad mexicana. De la cifra de emigrantes que se encuentran en el país del Norte, más de 500 mil son venezolanos.

Pero, ¿cómo está la delincuencia en EEUU? en ese país se cometen al año casi 400 delitos por cada 100 mil habitantes y su capital Washington es la que presenta el más alto índice. Y el delito contra la propiedad y los robos son los que tienen mayor ocurrencia. Aunque nos resulte sorprendente, por el manejo de la imagen pública de la inmigración, estudios de universidades norteamericanas demuestran que, a mayor inmigración, disminuyen los delitos.

Pero a donde voy con estas cifras es para demostrarle a @MariaAdela y a todos los que denigran de nuestro gentilicio venezolano, asociándolo a conductas negativas, que en la primera potencia del mundo hay un alto índice de criminalidad, que los delitos son cometidos en su mayoría por ciudadanos norteamericanos y un bajo porcentaje por inmigrantes. La mayoría de los inmigrantes detenidos en las cárceles son juzgados por estar ilegales en el país y no por otro tipo de delito.

Pero vayamos a lo que llama la mencionada dama “Gentilicio venezolano” y al significado que le asigna el diccionario de la Real Academia Española (RAE) a este adjetivo. “La palabra «gentilicio» proviene del latín gentilitius, sustantivo que proviene a su vez de la palabra, también latina, gens. Para los antiguos romanos, la gens era la cepa, la estirpe, el linaje, se podría decir incluso que es lo que corresponde a nuestros modernos apellidos. Así la gens Iulia era la gente Julia, o la familia a la que perteneció, por ejemplo, Julio César. Gens era también para los romanos una manera de llamar lo que hoy en día designan palabras como «nación», «pueblo» o «raza». De ahí que gens evolucionara hacia «gentilicio», palabra referente a los habitantes de un pueblo, una ciudad, una región, un país, una nación o un estado”. Si tomamos literalmente esta acepción, los nacidos en Venezuela tienen el gentilicio venezolano.

Pero si ahondamos más en lo que representa la palabra gentilicio, vemos que está asociada al linaje y este a la nobleza de donde desciende la persona. Por lo que la connotación y la percepción del común del gentilicio va más allá de haber nacido en un país, porque se asocia a la cultura y costumbres de la persona. En este sentido, el comportamiento del venezolano se asocia a su gentilicio.

La emigración del venezolano alcanza cifras sorprendentes, más de seis millones de personas, y se le considera una de las mayores del mundo. Esta huida del país: consecuencia de la terrible crisis que vive nuestra patria, se ha producido por etapas y se ha distinguido por los aportes que nuestros connacionales han brindado a los países donde se han establecido, desde el punto de vista profesional, cultural, deportivo y de trabajo digno.

Desde una Gabriela Montero brindando conciertos alrededor del mundo, con reconocimiento internacional por sus magistrales ejecuciones al piano, pasando por un José Altuve “AstroBoy”, jugador de los Astros de Houston y ganador del Guante de oro y en este año del bate de plata, como segunda base de la Liga Americana,  prosiguiendo con el presidente del reconocido Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) un científico maracucho-estadounidense, Leo Rafael Leif Grossman, quien se hizo profesional en la Universidad de Carabobo, para aterrizar en los venezolanos anónimos, médicos, trabajadores petroleros, docentes y otros que a pesar de sus títulos u oficios, se desempeñan cocinando, limpiando, cuidando enfermos, dedicados a un trabajo honesto para ganarse la vida, y que constituyen una pequeña muestra del venezolano de bien, porque hay muchísimos más para ejemplificar.

Entonces señora del tictok, no se equivoque con su exaltada calificación, porque la realidad nos demuestra que nuestro gentilicio venezolano está representado por esa gran mayoría de trabajadores que destacan por su dedicación y honestidad, lo cual nos llena de orgullo.