¡Venezuela corriendo al precipicio!
Nadie en su sano juicio invierte en un país donde no existe constitucionalidad ni democracia, por ello, más allá de comprender los oscuros intereses que lo motivan, es risible aquello de “Venezuela está mejorando”… ¿Cómo?
El que se haya inyectado determinada cantidad de recursos para que el comercio nacional se dinamizara en época electoral, a través de numerosas importaciones (lo que evidencia que no hay bloqueo sino sanciones) es una burbuja que al estallar nos hará tropezar con el país real, cada vez peor.
Por si fuera poco, el apoyo del régimen a Rusia, en la abominable y cobarde invasión rusa a Ucrania, echa al traste de la basura cualquier indicio de apoyo inversor en el país. De hecho, los aliados zurdos del chavismo se encuentran a la expectativa de lo que ocurra en ese conflicto porque, de ser necesario, las “ayudas” dadas al régimen chavista pudieran ahora dirigirse a Rusia en la odisea de “Putler”, Venezuela posiblemente verá empeorar su ya trágica situación.
La desconexión es total. La inmensa mayoría de los venezolanos no solo repudia la invasión rusa, sino que apoya a la nación ucraniana quienes, su presidente, los ciudadanos y fuerza armada nacional, están librando una batalla admirable y sobre todo digna en la defensa de su territorio ante fuerzas extranjeras, en verdad se aguan los ojos al ver semejante estoicismo ante la disparidad del poderío militar.
Maduro acaba de aumentar el salario mínimo en una cuantía desproporcionada. Obviamente en las primeras de cambio resulta necesario, pero en la forma como se maneja la economía nacional, extremadamente dependiente de importaciones, con controles corruptos que encarecen todo, en medio de una crisis mundial por el virus chino y ahora por la antesala de lo que pudiera ser la tercera guerra mundial, así como la ausencia de un Banco Central autónomo y profesional, veremos la hiperinflación revitalizarse, además, porque el chavismo acabó con la producción nacional, misma que hoy, ante este escenario, es casi imposible reactivar.
Con bombos y platillos hace más de un año se dijo la nueva Asamblea Nacional iba arreglar al país, causó el efecto contrario como todos lo procesos electorales inconstitucionales e ilegítimos. En diciembre se realizaron las regionales con misma promesa, mismo efecto devastador. Hacía tiempo no se aumentaba el salario mínimo porque sus efectos en la inflación eran perversos, con gran pesar veremos tampoco será distinto.
A diferencia de lo que muchos opinan, Venezuela no anda a la deriva. Se sabe muy bien hacia donde se dirige; al sostenimiento del caos donde solo la élite ligada al poder (y sus allegados) mantienen esperanzas de vida, la inmensa mayoría continuará con la prédica novelesca “cómo vaya viniendo, vamos viendo”.
El conflicto Rusia – Ucrania afecta particularmente a Venezuela. En primer lugar, porque el régimen venezolano decidió apostar al lado equivocado de la historia y se cuenta entre el puñado de dictaduras que apoyan a “Putler”, da temor qué nos puede ocurrir como aliado de Rusia sí el conflicto bélico escala mucho más. En segundo lugar, porque los apoyos económicos y de otras índoles, que llegan a Venezuela provenientes de Rusia (y de ese berenjenal de gobiernos con mismo pedigree) muy probablemente no continúen llegando a raíz de la guerra, privilegiarían a “Putler”.
Todo esto nos ocurre porque la dependencia al exterior, por toxicidad ideológica, se ha elevado a la enésima potencia mientras el chavismo ha gobernado, nuestros socios no son los que le convienen a la república sino políticamente al régimen. También nos arropó el oscurantismo por culpa de la corrupción, desidia y la ruptura del hilo constitucional/democrático. Vamos a donde nos llevan, atados, a la fuerza, debilitados… una dura realidad.
@leandrotango