Por un gran cambio para Venezuela

Opinión | noviembre 17, 2021 | 6:26 am.

Intervención en el Foro Carabobo Refundación Nacional
15 de Noviembre de 2021

Buenas tardes,

Mi nombre es Luis Manuel Aguana y pertenezco a la Dirección de la Alianza Nacional Constituyente Originaria (ANCO), y les hablare en los próximos minutos acerca de nuestra propuesta El Gran Cambio.

Fue a la Dra. Rosa María Zulueta, Psicólogo Social y extraordinaria venezolana a quien escuché por primera vez el término “El Gran Cambio”. La Dra. Zulueta nos acompaño en ANCO por el país en los últimos años de su vida, en nuestra cruzada educativa, como maestra que fue, en nuestro intento permanente de plantearle a quien nos quisiera escuchar acerca de las transformaciones que Venezuela necesita en toda su extensión; decía que Venezuela no necesitaba solo un cambio en lo político sino un Gran Cambio, el más importante de todos y requisito fundamental para un país del futuro: un cambio en los mismos venezolanos y el esfuerzo necesario para convertirnos en ciudadanos. Honro hoy su recuerdo después de más de 4 años de su partida.

La especialidad de la Dra. Zulueta le obligaba a explicar permanentemente la afectación a la que ha sido sometida la población a causa de una “revolución” que, de acuerdo a su diagnostico, enfermó a Venezuela. Rosa María decía que el régimen nos había aplicado deliberadamente una estrategia conformada –en sus propias palabras- de “discursos violentos, intolerancia, chantajes y manipulaciones, engaños y rebotes de culpa, violaciones de derechos humanos, discriminación política, ineficiencia, corrupción y pobreza”.

De acuerdo a la Dra. Zulueta esa estrategia de dominación nos había producido “quiebres de lógica, desesperanza, inermidad, incertidumbre, frustración, resentimiento, rabia tóxica, paranoia y reactividad”. Y como una consecuencia de todo eso, los venezolanos enfermos sentíamos los efectos más perversos: la “evasión, postergación, habituación, resignación y paralización”. Y que eso hacía que nosotros mismos nos saboteáramos con estas tres armas de destrucción: “El miedo, la resistencia psicológica al cambio y la desconfianza”.

Y me voy a detener en eso último. Esos tres elementos están presentes más que nunca en la Venezuela de hoy, en especial la resistencia psicológica al cambio. Nos damos miles de excusas para seguir creyendo que las soluciones que se siguen proponiendo a la grave crisis que padecemos pasa por seguir haciendo lo mismo: elecciones, diálogos y cohabitación política, cerrando de manera natural la puerta y el entendimiento a cualquier otra solución.

¿Cuál es el fundamento de El Gran Cambio? El que asomó la Dra. Zulueta: Convertir a los venezolanos en ciudadanos. Y de acuerdo a nuestro criterio estudiado eso pasa en lo político por empoderarlos, esto es darles el poder y la responsabilidad plena de su propio destino. ¿Y qué significa eso? Veamos:

Si el paradigma imperante en nuestro Pacto Social fundamental, la Constitución, está estructurado de forma tal que sea el Estado quien distribuya y reparta, y quien decida cuanto y de qué forma darle a los ciudadanos su parte de la renta del país, conceptualmente lo que estamos haciendo es creando un país de mantenidos.

Ese paradigma condiciona un Pacto donde existe alguien que da y otro que recibe, independientemente de las porciones que se repartan. Ese esquema genera de por sí una lucha feroz por el poder –léase de los partidos políticos que conocemos- quienes se sienten con el derecho a repartir, y generalmente terminan haciéndolo en su propio beneficio. De esta manera queda en las manos de quien reparte proveer el bienestar ciudadano, y el ejercicio de la administración del Estado, pervirtiendo el objeto fundamental de su propia razón de ser, que no es otro que el de proveer calidad de vida a los ciudadanos, generando corrupción y elites corruptas. Un esquema como ese solo puede funcionar en tanto y en cuanto haya suficiente para repartir, y como sabemos, ya eso dejó de ser en Venezuela. Ese paradigma es estructuralmente tóxico y destructivo, e insostenible en el largo plazo para cualquier sociedad. Los venezolanos somos la prueba viviente de eso.

Y eso es lo que está estructurado en la Constitución vigente y en la anterior, y la anterior a esa. Venezuela ya dejó de ser un país petrolero. Dejamos de vivir de la venta de un bien transable internacionalmente. Ahora vivimos de las remesas de los más de 6 millones de venezolanos que han migrado forzosamente. Nadie podría vivir en este país de los sueldos devaluados en bolívares de este o cualquier gobierno que venga. La edad de piedra no se acabó porque dejaran de existir las piedras.

El venezolano jamás podrá empoderarse si no existe un Gran Cambio en el Pacto Social vigente que ya de por si está completamente desactualizado y no se corresponde con la realidad que estamos viviendo desde hace muchos años. Y a estas alturas ustedes se preguntarán, ¿de cuales cambios estamos hablando? De construir un nuevo paradigma que sustituya al actual y que de un giro fundamental hacia una Venezuela productiva. ¿Y cuál sería ese paradigma? Describiré brevemente algunas características que se deberán tener en cuenta como una referencia. Esta lista no es exhaustiva y menos aun limitativa:

Deberán existir cambios importantes en el control legislativo del Poder Ejecutivo. No se puede seguir tolerando que cualquier Presidente de la República haga lo que le venga en gana con los venezolanos y la Hacienda Pública. Ningún Presidente puede crear o eliminar Ministerios ni manejar presupuestos a su antojo, ni sacarnos de Acuerdos internacionales sin el consentimiento de la representación del pueblo establecida en un Parlamento. Su poder debe ser reducido, despiezado y entregado a los Municipios y Estados estableciéndose un nuevo Pacto Federal. Se requiere un giro de 180 grados en la reasignación del poder político, las finanzas y la generación de riqueza;

Se debe restablecer la representación de los Estados en el Parlamento. Esto es, restituir el Senado de la República y darle pleno control de los ascensos de las Fuerzas Armadas y la aprobación final de las leyes. Eso no puede seguir estando en manos de ningún Presidente de la República del signo político que sea;

Los Municipios y los Estados deben tener la capacidad económica y política para dar la calidad de vida que demandan sus ciudadanos. El poder debe acercarse lo más posible al ciudadano y esto solo es posible invirtiendo la pirámide del poder establecida en la estructura constitucional. Hay que establecer a la brevedad las autonomías de los Estados y Municipios, para que los ciudadanos tomen el control de su destino en cada rincón de Venezuela, y la creación de un Pacto Federal de los Estados;

Los Estados deben replantear a través de sus propias Constituciones cuantos Municipios deben tener de acuerdo a su realidad poblacional, comenzando por convertir inmediatamente las Parroquias actuales en Municipios. No se puede seguir viviendo con una realidad ciudadana de 335 Municipios en todo el país y esperar buenos servicios públicos o una mejor administración de ellos con calidad de vida. Por ejemplo Carabobo debe replantear urgentemente su realidad poblacional interna. La Parroquia Miguel Peña, perteneciente al Municipio Valencia tenía para el Censo 2011 371.087 habitantes, mucho más que el Estado Cojedes (323.165) y dos veces más que el Delta (165.525). La Parroquia Mariara del Municipio Diego Ibarra (66.084) tenía para ese Censo 2011 más habitantes que el Municipio Chacao de Caracas (61.213). Solamente Valencia tenía para el Censo 2011 más habitantes que el Estado Barinas (816.264): 829.856. Con esta realidad de un país territorialmente distorsionado ¿qué Alcalde o que Gobernador del signo político que sea puede resolver algo con el presupuesto que se le asigna a los municipios y los Estados?

Al rehacer el papel de los Estados y Municipios, debe como consecuencia desaparecer la decimonónica figura del Situado Constitucional porque cada Estado deberá aportar, no que le aporten, a un fondo federal establecido en un Pacto que sostenga servicios comunes a toda la República como las Fuerzas Armadas y el Servicio Exterior. Sabían ustedes que en el año 2016 solo el 3,67% del presupuesto Nacional fue para los Municipios del país, y el 14,71% fue para la administración de los Estados, reservándose el Ejecutivo Nacional el 81,61%? Y que unas cifras semejantes se han repetido durante más de 60 años, los 40 del Pacto de Punto Fijo y los 20 del castro-chavismo-madurismo? Díganme que Alcalde puede hacer algo con eso para mejorar la vida cotidiana de sus ciudadanos? De acuerdo a Artículo 167.4 Constitucional: “… El Situado es una Partida equivalente a un máximo del Veinte por ciento del total de los Ingresos Estimados anualmente por el Fisco Nacional…”. Esta es una situación que los Estados no pueden seguir tolerando;

Hay que repensar a fondo la industria petrolera y nuevos términos para el reparto de la renta, que sean completamente distintos a los actuales. La industria debe ser de Energía y cada Estado debe controlar a todo nivel sus propios recursos, incluyendo los petroleros y mineros, estableciendo sus aportes a un fondo federal. Si tiene más aportara más al Pacto Federal;

Se requiere de un cambio urgente de los criterios de la representación ciudadana en el Parlamento. Los Diputados deben ser reales representantes de sus Estados, no de los partidos en los que militan. Que la representación de los Estados en el Parlamento salga de las Asambleas Legislativas y se roten durante todo el periodo legislativo. Se debe quebrar la dictadura de los partidos sobre nuestros representantes populares. Los partidos solo tendrían opción de cargos de representación popular para puestos de Diputados, Gobernadores y Presidentes de la Republica. Se propone que Alcaldes y Concejales sean exclusivamente del ámbito de la Sociedad Civil;

La Educación, la Justicia, la Salud y la seguridad pública deben estar al nivel de los Estados y Municipios, con lineamientos nacionales comunes. El agua y la electricidad deben ser servicios controlados y garantizados localmente;

Estas son solo algunas de las características de un nuevo paradigma que se debe establecer para empoderar a los ciudadanos y se constituya en la base fundamental de un nuevo Pacto Social. Solo así el ciudadano podría controlar el poder desde la base, dejando que el país en las 23 entidades federales desarrollen de manera independiente sus propias potencialidades productivas. Claramente aquí no están todos los cambios propuestos y algunos de ellos son ideas que deben discutirse y mejorarse en ese repensar del país entre todos y los invitamos a hacerlo en el documento que hemos publicado.

Para finalizar, ¿han notado ustedes que algún factor político en Venezuela haya planteado siquiera estos temas trascendentales que incidirían sobre nuestras vidas en un futuro, en esta hora trágica cuando todos estamos llorando porque el país está destruido, nuestros hijos han muerto o han huido de esta realidad? No, ¿verdad? Todos están pidiendo volver al pasado, a través de un “programa de gobierno” y que Maduro se vaya como sea para ir a elecciones inmediatamente, esperando volver al “business as usual” de un “quítate tu para ponerme yo” después de una Venezuela devastada. Eso no es un cambio, es más de lo mismo pero con otros protagonistas, y lo peor de todo, para no resolverles absolutamente nada a los venezolanos. Acompáñennos y ayúdennos a hacer esta cruzada ciudadana de El Gran Cambio para Venezuela. Dios sabe que nos conviene a todos…“Tenemos que Repensar a Venezuela. Tenemos que entre todos reinventar la democracia. Tenemos que refundar el país”…

Muchísimas gracias….

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