La nueva política internacional de EEUU

Opinión | septiembre 21, 2021 | 6:18 am.

Es evidente el cambio de la estrategia internacional de Estados Unidos. Como ejemplos están el fin de la guerra de Afganistán y la incorporación de la oposición venezolana en las negociaciones con el Gobierno de Maduro.

El primero de los casos refleja la nueva agenda internacional resumida por el propio presidente Biden con la frase de «Estados Unidos ha regresado» a la arena internacional – en contraposición al «Make America Great Again¨ de Trump – lo que hace suponer que hay un anhelo generalizado en ese este país en recuperar el terreno perdido en el tablero mundial. Les queda por ahora superar el grave conflicto interno de polarización política/social que seguramente con una política de Estado pactada en su fortalecido sistema bipartidista y sus instituciones podrán lograrlo. De no hacerlo verán comprometido su futuro. Recientemente Francis Fukuyama escribió sobre el fin de la hegemonía norteamericana enfocando su tesis en la profunda polarización de esta sociedad en el que le resulta difícil encontrar un consenso prácticamente en todo.

La decisión de salir de Afganistán fue firmada en la administración republicana de Trump, pero fueron en definitiva los demócratas encabezados por Biden en ejecutarla. La situación se complicó debido al inesperado avance en tiempo récord de los talibanes. Estados Unidos a través de su presidente no dio marcha atrás. En un decidido discurso dirigido a sus ciudadanos y al mundo Biden dejó claro que esa guerra había terminado y que los intereses de Estados Unidos están enfocados ahora en los desafíos de Rusia y China, declaraciones que desnudan la estrategia norteamericana de esta nueva era. Una evidencia de esta nueva estrategia ha sido el pacto de defensa firmado por Estados Unidos, Reino Unido y Australia y el anuncio de la cumbre indo-pacífico (Australia, India y Japón) para contrarrestar el poderío chino en el surestes asiático.

En el caso venezolano, la administración demócrata decidió cerrar la oficina especial sobre Venezuela en la oficina de asuntos para América Latina, cortando el acceso directo entre el Departamento de Estado y el Congreso con el representante especial para Venezuela Carlos Vecchio. Todo este panorama deja claro que la nueva administración demócrata ha desistido de la estrategia del “cese de la usurpación” y la ha sustituido por la del diálogo para que se logre una transición electoral, pacífica y democrática que le permita no seguir distrayendo esfuerzos y recursos en un conflicto estéril parecido al de Afganistán.

Básicamente, en ambos casos, le ha dejado a sus nacionales que resuelva sus propios problemas.

La nueva administración demócrata se ha reinsertado en lo que inició el expresidente Obama: reducir conflictos internacionales y centrar la atención en sus grandes competidores Rusia/China quienes han ganado terreno en el área económica y armamentista, vital para que Estados Unidos pueda seguir siendo el primer y más importante imperio de esta época.

Queda mucha tela que cortar pero sin dudas Estados Unidos ha abierto los ojos. Ahora le quedan tareas por hacer, especialmente la de contribuir a un mundo más justo en donde el sistema democrático vuelva a ser confiable y detenga el avance de sistemas autoritarios que comprometen la dignidad humana.

@lombardijose