«El infinito en un Junco»

Opinión | agosto 27, 2021 | 6:30 am.

Termino de leer un libro que no vacilo en calificar de maravilloso. Se trata de “El infinito en un Junco”. Lleva como subtítulo: La invención de los libros en el mundo antiguo. Escrito por Irene Vallejo y publicado por la editorial Siruela en la colección Biblioteca de Ensayo.

Es uno de esos libros cuya lectura engancha y te impone un ritmo de seguimiento. Es una literatura contra el stress, que te eleva por encima de toda la mediocridad que nos rodea. La autora se libera del estilo académico y asume el grato estilo de una magnífica contadora de cuentos. La historia entendida como fábula. Mario Vargas Llosa, nuestro premio Nobel de literatura, ha dicho de esta obra: “El amor a los libros y a la lectura son la atmósfera en la que transcurren las páginas de esta obra maestra. Tengo la seguridad absoluta, agrega, de que se seguirá leyendo cuando sus lectores de ahora estén ya en la otra vida”.

Es un libro de filología admirable y narrado en un estilo que enamora. Una divulgación de la literatura seria y deliciosa que se deja llevar por el placer de la narración. Una admirable indagación sobre los orígenes del mayor instrumento de libertad que ha producido el ser humano: el libro.

La primera edición de esta obra data de septiembre del año 2019. Ya para julio del año 2020 habían aparecido quince ediciones y había sido proclamado como uno de los libros del año. Un libro claro e inteligente que invita a pensar en la mejor tradición humanista. Como dice Jordi Carrión, crítico literario del New York Times, se trata de un libro “genial, universal, único”.

Es un libro sobre la historia de los libros. Un recorrido por la historia de ese fascinante instrumento inventado para que las palabras pudieran viajar en el espacio y en el tiempo. Pero, además, es un libro de viajes. Recorre toda la historia y toda la geografía universales. Desde los campos de batalla de Alejandro, pasando por los palacios de Cleopatra, hasta el internet y la página web.

Irene Vallejo, ningún parentesco con el poeta peruano del mismo apellido, nació en Zaragoza, España en 1979. Estudió filología clásica y se doctoró en las universidades de Florencia y de su ciudad natal. La lectura de su libro representó para mí un refrescante paréntesis y una muy grata invitación para reconciliarnos con la humanidad.

Seguiremos conversando.

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