¿Se desplomará el Muro de Berlín en América Latina?

Opinión | julio 22, 2021 | 6:24 am.

En noviembre se cumplirán 32 años del derrumbe del muro que dividía a los alemanes, y a Alemania del mundo. Con su caída cambió el equilibrio de la política internacional al caer, como un dominó, una a una las repúblicas europeas firmantes del Pacto de Varsovia, gobernadas todas por atroces dictaduras mangoneadas a imagen y semejanza de la llamada Patria del Socialismo Real, la URSS. En lo ideológico el efecto fue devastador ya que la humanidad pudo conocer la estafa histórica de la barbarie estalinista.

Pero eso no impidió al castrismo tomar el testigo del devaluado socialismo soviético, en América Latina, y así continuar difundiendo una redención social bajo la pose antimperialista, que en realidad no aportó calidad de vida ni en Cuba, ni a ninguno de los pueblos y países del continente.

Entre tanto el castrismo puso las barbas en remojo y como fiel copia de la satrapía soviética y de la extinta RDA, reforzó su aparato de represión, el G-2, y sus bandas de soplones, forjados bajo el modelo de la Stasi la policía política más tenebrosa de Europa Oriental, donde los padres espiaban a los hijos, los hijos a los padres, los carceleros a los presos y viceversa, en fin, un gigantesco mundo orwelliano donde el miedo y el terror se confundían con la fidelidad incondicional a la revolución.

El régimen farsante creyó que era suficiente con el culto a la personalidad a Fidel, y en menor grado a su hermano Raúl, creyendo tener eternamente asegurada la noble paciencia del pueblo cubano, sin percatarse que los tiempos en política son diferentes a los de la gramática española, a tal extremo que terminaron emboscándolos en el estallido social del 11/07, por cierto no esperado por nadie ante sus dimensiones.

Hoy en Cuba hay una rebelión en las entrañas de la sociedad capaz de manifestarse en frases como “De tanta hambre que pasamos nos comimos el miedo”, o “ellos tienen el poder y nosotros el pueblo” o los alaridos anónimos en esquinas de calles y pueblos de la Isla al son de “abajo la dictadura”, con un himno la canción Patria y Vida contrapuesta a la consigna incondicional de Patria o Muerte fidelista.

El sacudón de este julio es protagonizado por nuevos héroes, artistas, jóvenes, periodistas, trabajadores, pueblo en general quienes crecieron con el relato del bloqueo y del imperialismo como el lobo feroz del norte. Argumento al que recurrió de nuevo Díaz Canel para justificar la implacable represión policial de las avispas negras, hoy rechazada por la población en silencio, como lo manifiesta un joven artista que participó en las movilizaciones, ante el desprestigiado discurso del devaluado mandatario cubano el 12/07 «Lo siento, señores dirigentes de este país, si no saben reconocer sus errores y tratar de arreglar todo lo mal que han hecho por años van a tener que matarnos”.

¿Cuánto tardará en verse el tan esperado cambio? No sabemos. Lo cierto es que luego de la caída del Muro de Berlín en un lapso de 2 años surgió una nueva Europa, se disolvió la URSS, se reunificó Alemania, se formaron gobiernos independientes en todas las antiguas repúblicas satélites del mundo soviético, desde Polonia hasta el Báltico, pasando por Rumanía y llegando a los Balcanes.

La historia es caprichosa y en el caso cubano la liebre puede saltar en cualquier momento, para bien de una Latinoamérica que necesita derribar ese muro, que ideológicamente ha generado falsas expectativas y consumadas estafas en beneficio de elites políticas, cuya gestión en diferentes países ha usufructuado la riqueza nacional en nombre de revoluciones ficticias que solo han dejado hambre, miseria y represión.

El derrumbe del muro de Berlín latinoamericano tendrá un impacto continental. No solo será libre Cuba de elegir democráticamente sus gobernantes, en el mismo termino significará libertad y democracia para Venezuela, Nicaragua y para todos los países que vean amenazados sus derechos humanos y la aspiración de vivir en paz y prosperidad sin el chantaje ideológico de los gobiernos de corte dictatorial. Es cuestión de tiempo no hay marcha atrás la guagua no va en reverso.

Movimiento Laborista