Rúben Blades: Ni en Cuba ni en Venezuela hay democracia
El cantautor panameño Rubén Blades afirmó que el presidente salvadoreño, Nayib Bukele, lucha contra un sistema de alianzas «corrupto» parecido al que existe en Panamá y en otros países latinoamericanos.
«Lo que ocurre en El Salvador, corrupción en el poder administrativo, es parecido a lo que ocurre en Panamá y en muchos países latinoamericanos», señaló el también exministro panameño de Turismo en un extenso escrito difundido en sus redes sociales este domingo.
En Panamá, dijo el autor de «Pedro Navaja», «la percepción nacional es que el Poder Legislativo y el Poder Judicial están, o en manos y al servicio de la corrupción, o la toleran», y la «impunidad de los actos dolosos está garantizada» porque solo los jueces del Supremo pueden investigar a los diputados y viceversa y «ninguno investiga al otro».
«A pesar de esta evidencia de alianza corrupta, en Panamá y otros países se continúa defendiendo el mito de una supuesta separación de poderes y negando su efecto nocivo en la institucionalidad, como si efectivamente no estuviesen el pueblo y la estructura administrativa rehenes de la corrupción de los que ocupan y dirigen al país», expresó.
Blades (1948) refutó las denuncias de sectores salvadoreños, de representantes de organismo internacionales y de algunos Gobiernos de que Bukele ha socavado la democracia y roto la separación de poderes en El Salvador tras la destitución de los jueces del Supremo y del fiscal general por el nuevo Parlamento del país, de amplia mayoría oficialista.
«La ‘separación de poderes’ no existe en un país controlado por la corrupción», afirmó, y recalcó que «fue un Congreso debidamente electo democráticamente el que expidió la orden destituyendo a los magistrados».
Argumentó que, en el caso de El Salvador, hay pruebas de que la corrupción es un problema «institucional y no se limita a un solo grupo ideológico», ya que ha envuelto tanto a funcionarios del partido Alianza Republicana Nacionalista (Arena, derecha) como del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMNL, izquierda) que dominaron el poder político tras el fin de la guerra interna en 1992.
Blades también rechazó que se compare a Bukele con el mandatario venezolano, Nicolás Maduro, quien «desconoció a un Órgano Legislativo electo por el voto popular, porque ese poder era contrario a su ambición dictatorial», y «creó una nueva Asamblea con el apoyo de una Corte Suprema plegada a su interés y alcahueta de sus intenciones antidemocráticas».
Ese, aseguró Blades, «no es el caso, por lo menos al momento, del presidente Nayib Bukele de El Salvador. Fue una Asamblea democráticamente electa la que decreto la remoción de los Magistrados, acto que hoy cuenta con el apoyo de más del 70 % de la población del país».
«Y si el pueblo que vota es el pueblo que apoya a su presidente o presidenta cuando ordena la depuración de sus corruptos órganos de administración, no invoquen a Cuba, o a Maduro. Ni en Cuba ni en Venezuela hay democracia. En El Salvador la gente rechazó a los partidos ARENA (derecha) y Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (izquierda), y voto por Bukele, (independiente). Esa fue la voz de un pueblo cabreado de la corrupción institucionalizada».
«No sé qué va a hacer Bukele en el futuro. No sé si se convertirá en otra versión de Maduro, otro dictador más para una Centroamérica que ha visto más dictaduras que tranquilidades. Solo sé que en el 2021, salir de un corrupto sistema judicial es un imperativo para la mayoría de los países latinoamericanos, Panamá incluido», afirmó Blades. EFE