Mini refinerías, ¿Negocio viable?
Luego de nacionalizarse la industria petrolera a partir de 1976 y gracias a una política de refinación muy acertada se inició lo que se llamó “el cambio del patrón de refinación”.
Las refinerías heredadas de las concesionarias extranjeras operaban básicamente por procesos de destilación atmosférica así como al vacío. Se requirió una fuerte inversión (casi US$ 40.000 MM) a lo largo de varios años para agregar conversión profunda de manera de sacar mayor provecho a los crudos pesados nacionales: extraer más y mejores productos livianos y disminuir la cantidad de residual.
Las refinerías de Amuay, Cardón, El Palito, Puerto La Cruz, San Roque y Bajo Grande, adquirieron capacidad para producir 1,3 millones de barriles diarios de refinados. Años después, en un paso estratégico de avanzada, Venezuela, gracias a Pablo Reimpell, Director de Finanzas de Pdvsa, visionario que promovió la estrategia de “Internacionalización Petrolera”, se logró que Pdvsa fuera la compañía de mayor capacidad de refinación del mundo.
La estatal petrolera venezolana se hizo dueña total, o en forma apreciable, de refinerías en USA y en Europa. Citgo, Lake Charles, Lemont, Chalmette, Corpus Christi, Sweeny, Savannah y Paulsboro, en EEUU; 4 refinerías que eran de la Ruhr Oel en Alemania, 3 refinerías de Nynas en Suecia y 2 refinerías del Reino Unido. Toda esta infraestructura se adquirió sin que el país desembolsara efectivo, sino mediante el suministro de petróleo.
Buena parte de ese patrimonio productivo externo que dejó la democracia fue malbaratado por el malandraje chavista; sin embargo, en el ámbito interno la destrucción fue mayor hasta el punto que hoy lo que queda de las refinerías venezolanas acaso produce a 15% de su capacidad instalada. Venezuela carece de gasolina, al punto que el combustible tiene que importarse de Irán y casi llegan a cero las reservas de diésel, con la grave consecuencia que ello tiene para el transporte de alimentos y la operatividad agrícola.
En este escenario Fedecámaras le formula una propuesta al régimen que ha sido muy publicitada en los medios y las redes y que consiste en construir mini refinerías; tal proposición fue acogida por la directiva de Fedecámaras para incorporarla al documento Propuestas para la Comisión Especial para el Diálogo, la Paz y la Reconciliación Nacional y enviado al presidente de la Asamblea Nacional. El organismo empresarial propone que se le deje construir mini refinerías en el Zulia y en Oriente, aunque también asoma otra en Barinas. Con esto los empresarios harían su aporte para solucionar la grave carestía que aqueja al país en materia de productos refinados.
Para ello los empresarios proponen que la instalación se ubique en áreas con disponibilidad de condiciones propicias para el suministro de crudo, almacenamiento y llenaderos, cerca de campos maduros de petróleo liviano y mediano en el oriente y occidente de Venezuela, aprovechando los ductos y las instalaciones de almacenamiento existentes; piden el suministro de un inventario de las instalaciones e infraestructura petrolera que requieran participación de la empresa privada; solicitan el otorgamiento de concesiones operativas a largo plazo que incluirían la autoridad legal para refinar, almacenar, distribuir y comercializar el combustible “en condiciones transparentes que incluirían el derecho a contratar libremente personal calificado” para operar los emprendimientos; e instan al levantamiento de las restricciones asociadas con el esquema 7×7 de confinamiento por el Covid-19, así como a la supresión de los mercados negros de combustible y de los incentivos para el arbitraje o corrupción en la venta de gasolina.
Dice Fedecámaras: las mini refinerías son viables con crudos livianos y cercanas a yacimientos. Se necesitarían al menos seis a un costo proyectado de alrededor de 200 millones de dólares cada una, sin incluir inspecciones para garantizar que las tuberías y otra infraestructura intermedia estén en condiciones operativas seguras.
Esta propuesta fue analizada por un panel de expertos petroleros con resultados adversos para la propuesta de la cúpula empresarial.