Golpe a las juventudes

Opinión | diciembre 22, 2020 | 6:28 am.

Esta larga dictadura se ha cebado contra todas las generaciones, pero las más jóvenes son asediada psicológicamente con la marcada intención de infundirles, prematuramente, todo el peso de la desilusión, el desencanto, la debilidad física y la decepción. Esta generación no conoció el «otro» país que, aunque con muchos defectos, era de crecimiento gracias a los esplendores petroleros y los gobiernos democráticos; era el país de las libertades públicas y la realización puntual de sus elecciones, por mencionar dos aspectos políticos.

¿Cómo se destruye una generación? Por una parte, tenemos el dato demográfico, pues, reducidas las expectativas de vida de la población, los jóvenes padecen el dolor de los seres queridos que prematuramente mueren por hambre, por mengua y ahora por pandemia; sin mencionar que los accesos a la atención médica y médico-odontológica son lujos exquisitos reservados para los privilegiados. En este momento, los jóvenes tienen por única opción quedarse en el país porque, a estas alturas, ya no pueden emigrar, como ha ocurrido masivamente en los últimos años que es desplazarse y refugiarse en otros países, soportando la crisis humanitaria, y adecuándose a un sistema ya viciado y pervertido, generado por este ateo modelo político

Por la otra, sus integrantes constituyen y constituirán las generaciones menos saludables y menos educadas de los últimos cien años, con las obvias consecuencias que ello acarreará para el resto de la vida: sufrir de enfermedades antes perfectamente previsibles y curables y, por supuesto, sin oportunidades para realizarse personal y profesionalmente. Desde el punto de vista educativo, sus niveles de formación son bajos. La universidad, los institutos educativos de distintos propósitos, añadidos los de adiestramiento técnico, resultan francamente inalcanzable para el ciudadano común, que en otra época podía estudiar. Todos estas fuentes y recursos de educación están solos destinados a la élite mafiosa que gobierna.

Luego, nutricionalmente, por ejemplo, esas generaciones no tienen oportunidad siquiera de acceder al vaso de leche escolar que, gratuitamente, se distribuía antes de Chávez en todas las escuelas llegando a las barriadas populares y hasta los confines de la Venezuela rural. La supervivencia está pintada en los rostros demacrados, en la pérdida paulatina de las habilidades físicas, en la aparición – incluso – de severos traumas que incluyen la desmembración de la familia y la escasa posibilidad futura de fundar establemente la propia; negada, además, toda sana recreación, diversión, entretenimiento, práctica deportiva disciplinada y sistemática.

Por ello, la urgencia de revertir el proceso que golpea a los más jóvenes de la población, superando al régimen de inauditas aspiraciones: la más importante, la de garantizarse, a largo plazo, una juventud resignada, en patológico trance de rendirle culto a la personalidad de Chávez de la que se ha aprovechado Maduro o puede aprovecharse cualquier otro personaje que lo quite del medio, manteniendo las mismas condiciones, estructuras y organización criminal que ha hundido al país que fuese una potencia petrolera mundial.

La única forma de revertir esta situación es cambiando el modelo político, deslastrando los vicios y las malas costumbres adquiridas, para renacer como un ave fénix en la construcción de una nueva unidad, que resuelva el presente y mire hacia un mejor futuro para la Venezuela libre que espera, puesto que en algún lugar de cada uno de nosotros ella existe, persiste y resiste.

@freddyamarcano