Teniente fue castigado tras conversar con comisión de Bachelet en el Dgcim: Barráez

Política | octubre 7, 2020 | 11:37 am | .

La comisión de la oficina de la Alta Comisionada de la ONU, Michelle Bachelet ingresó a la Dgcim el 12 de septiembre, para reunirse con 12 presos políticos. La comisión no consideró que la Dgcim los estaba grabando. Tras la visita, el teniente Richard Alemán fue brutalmente torturado, relató Sebastiána Barráez para Infobae.

Barráez informó que solo por un día, le permitieron a la comisión que ingresara a la Dgcim, lo que le bastó a Bachelet resaltar en su informe oral del 14 de septiembre los avances que ha tenido con el gobierno de Maduro. «Esa comisión se reunió con 12 de los más de 200 detenidos que hay en los sótanos de la Dgcim. Citaron a cada uno por separado a una oficina. La comisión de la Alta Comisionada dijo que podían hablar abiertamente, lo cual hicieron. Pero no se entiende cómo delegados que se suponen experimentados en el trato a víctimas, no consideraron que la DGCIM los estaba grabando.

Al día siguiente mandaron para celdas de castigo a De La Sotta y a Hernández Da Costa, que fueron quienes detallaron explícitamente y de manera más cruda las torturas que han sufrido, tanto física como psicológicamente, los presos en Dgcim desde el año 2018. Después ordenaron el traslado de De La Sotta para la cárcel de máxima seguridad que hay en Fuerte Tiuna a cargo de la Dgcim», escribió Barráez.

Condenó que hasta ahora la Comisión de Bachelet no se ha pronunciado sobre los testimonios que recibieron de los detenidos y guarda silencio de las consecuencias que tuvo para los oficiales que declararon. Asimismo, indicó que una de esas víctimas es el teniente Richard Alemán que fue brutalmente torturado. “Ese teniente, durante las 2 primeras semanas, después de su llegada a la Casa de Los Sueños, sangraba constantemente. Varios custodios y presos dicen que los gritos del teniente se oían en el sótano mientras era torturado. Lo amenazaron con atentar contra sus hermanas, también presas aquí”.

“Después se supo que se llamaba Richard Alemán, que lo trajeron por el caso de Puerta Morocha. A esos muchachos los trataron muy duro. La familia de Alemán no sabe lo cerca que él estuvo de morir; aun está mal, aunque ya no habla tanto de suicidarse como antes”.

Según Barráez, las familias guardan silencio porque las amenazas por parte de los funcionarios son brutales. «Muchos abogados les recomiendan no denunciar porque suponen que así van a facilitar un mejor trato, cuando en realidad están ocultando la tortura».

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