Del atroz silencio universitario
“… El resultado de la simulación no suele ser nunca de un efecto instantáneo sino diferido, e incluso a veces deviene simplemente aleatorio, en el sentido de que el daño no es una consecuencia necesaria sino contingente de la acción” Luis Muñoz Sabaté (“La prueba de la simulación”)
La autonomía ha dado ocasión para actos grandilocuentes de sentimiento universitario. Y también para sendos tweets de ocasión.
Distinto sería que realmente cada actor de la vida universitaria hiciera lo propio. Ya ni lo fingen para sumergirse y recrearse en un silencio atroz.
Jamás había pasado esto en Venezuela con las instituciones públicas y autónomas. Nada diferente puede esperarnos de tocarle a las universidades privadas de cualquier coto y cabotaje.
En la bajadita esperan cautelosamente a Guaidó o a Maduro para celebrarlos en nombre de la estoica supervivencia de la universidad de acuerdo a los dados. Desde hace mucho tiempo andan en eso.
Tan empantanados están los atacantes como los pretendidos defensores de la autonomía. Callan estruendosamente aún los más noveles dirigentes gremiales.