El “milagro” que fue Isaías Medina Angarita

Opinión | julio 11, 2020 | 6:16 am.

El Ejército gomecista lo fundó el tirano Juan Vicente Gómez en 1909 para afianzar su larga, corrupta y sanguinaria dictadura (1908-1935) y a su muerte, este Ejército “heredó” el poder. Eleazar López Contreras gobernó desde la muerte de Gómez hasta 1941, cuando le entregó el poder a quien escogió como “sucesor”, su protegido y “mano derecha” Isaías Medina Angarita, su ministro de guerra y marina.

Hablamos de “herencia”, “sucesión” y “herederos”, como en las monarquías, porque al pueblo venezolano le fue arrebatada la soberanía nacional por el dictador Cipriano Castro quien eliminó en su dictadura (1899-1908) la elección popular del presidente de la República.

“El milagro” es que el ex presidente Isaías Medina Angarita, expresión del neogomecismo junto a López Contreras y Pérez Jiménez, aunque no era un verdadero demócrata, en su truncado gobierno (1941-1945) pudo decir con orgullo y en cada mensaje anual ante el Congreso que no existía ningún venezolano preso o desterrado, tampoco torturado ni asesinado por motivos políticos. Ni partidos políticos proscritos ni periódicos clausurados.

Enorme mérito para un presidente en la Venezuela del violento siglo XX, mayor aún, porque Medina era un “oficial gomecista”, formado en el Ejército gomecista que contó con “oficiales gomecistas” que reprimieron, encarcelaron, torturaron y mataron a indefensos opositores en la larga dictadura de Gómez; porque eran “coroneles o generales gomecistas” casi todos los presidentes (actuales gobernadores) de los estados, los jefes de las “policías gomecistas” y los alcaides de las “prisiones militares gomecistas”: “La Rotunda” en Caracas, “El Castillo Libertador” en Puerto Cabello, “El Castillo San Carlos” en el Zulia, “Las Tres Torres” en Barquisimeto.

Hasta el hijo mayor del tirano fue un “general” y un torturador. José Vicente Gómez fue inspector general del Ejército gomecista desde 1914 hasta 1928 cuando perdió la confianza de su padre. Violando la antigüedad y jerarquía militar, a sus 26 años fue hecho “coronel”, sin carrera militar previa, después de ser diputado al Congreso por Aragua, e impuesto como segundo al mando del Ejército gomecista.

Los “oficiales gomecistas” ascendían al capricho del tirano y su círculo; y muchos de éstos, de baja graduación, eran utilizados como “mayordomos o caporales” en las haciendas gomecistas y muchos “soldados gomecistas” “servían” como “siervos o peones”.

Es motivo de vergüenza para Venezuela esas historias de persecuciones, encarcelamientos, torturas y asesinatos de venezolanos que solo pedían libertad, democracia. Simples opositores desarmados en una Venezuela sometida a la más cruel, sanguinaria y brutal represión dictatorial.

El ex presidente Medina está libre de esa infamia. De esos terribles crímenes. En su gobierno no ordenó encarcelar, torturar ni matar a ningún venezolano por sus ideas políticas; tampoco desterró a nadie ni forzó al exilio a ningún venezolano; y respetó las libertades de expresión y de prensa. Todo esto enaltecerá siempre su figura histórica. No fue jefe de torturadores y asesinos, mancha imborrable para quienes cometieron esos crímenes. Se calcula que su tiranía mató en las cárceles y carreteras a cerca de 10 mil venezolanos y a su muerte existían cerca de 20 mil presos políticos y miles de exiliados.

Después, en 1948, ascendería al poder el “general ” Marcos Pérez Jiménez, el último dictador formado en la tiranía gomecista (graduado de “subteniente gomecista” en 1934), cuyo derrocamiento en la insurrección cívico-militar de enero de 1958 marcó el fin del Ejército gomecista (1909-1958).

Quizá Medina conoció estos versos populares, inspirados en La Rotunda gomecista, padecida por tantos poetas:

“Dios santo, si no eres amigo imaginario,
Sí también te espanta y aborreces,
La crueldad del Bagre y sus acólitos,
Conduélete de estos presos inocentes,
Líbralos de tortura y muerte
Y obra el milagro de la Libertad.

Y recuerda Dios, a los criminales castigar,
A los carceleros, torturadores y asesinos,
No les permitas al Cielo entrar.

Que nunca se olvide en Venezuela,
La diferencia entre el bien y el mal”