Mascarillas en la Ciudad de Carlos Raúl Villanueva

Opinión | junio 22, 2020 | 6:24 am.

Desmoronada visiblemente la UCV. El techo de la caminería cae y queda cual desplegada ala de concreto imposibilitada de alzar vuelo. Pensamos en las cenizas de la biblioteca de la UDO y en los laboratorios de Sartenejas.

El ministro de la usurpación se pasea por la ciudad villanoviana. Él y su jefe tienen los reales para remendar el espacio. Prometen la concesión graciosa para otra universidad a la que le niegan un presupuesto justo.

Pérez Jiménez se paseó orondo al inaugurar la ciudadela. Materializó un viejo y ajeno proyecto. E hizo del Aula Magna la sede de un congreso interamericano en una más ligera dictadura.

Los de ahora acaban con un patrimonio reconocido por la Unesco. En el poder traicionan las antiguas banderas que les sirvieron de pretexto. Financian por allá al Foro de Sao Paulo para mostrarse acá criminalmente indiferentes ante la masiva deserción de alumnos y profesores.

Al ministro le agradecen la molestia del traslado en medio de la pandemia. Ni con el pétalo de una rosa les recuerdan sus responsabilidades. Usan mascarillas para que no les dé alcance las cenizas del oriente.

Esequibo

La audiencia de La Haya está fijada para el último día del presente mes. Será la única virtual de las que tiene pendiente la instancia internacional para casos similares.

No suscribimos el tratado que le dio origen a la Corte Internacional de Justicia. Está vigente el Acuerdo de Ginebra.

Pero el asunto estriba en que el caso esequibano merece un poco más de orden y de concierto. Desde el parlamento hemos hecho todo lo posible.

Será con el cese de la usurpación que las cosas ocuparán su adecuado. Pero hace falta que se nombre a un funcionario ejecutivo como coordinador de todas las tareas a las que obliga la reclamación del Esequibo y la defensa de la Fachada Atlántica.

Luce urgente que la encargaduría presidencial nombre a un comisionado exclusivo en la materia. Guaidó ya debe saber que hay un nuevo gobierno en la Guyana a la que también llegan a refugiarse no pocos venezolanos.