María Corina Machado, auxilio

Opinión | mayo 15, 2020 | 6:26 am.

Muchos no entienden realmente lo que ocurre en la política venezolana.Es un problema complejo que arrastramos desde nuestras constituciones anteriores. No hemos podido aprender que el presidencialismo y todo sistema de gobierno que concentre competencias y facultades del Estado en una sola persona es sinónimo de atraso, de abuso, de corrupción. Por el contrario, los sistemas que distribuyen equitativamente esas atribuciones, reposando las más determinantes en cuerpos colegiados como los parlamentos, son una vía más segura al desarrollo sustentable.

Nuestras cartas magnas han sido una oda al personalismo. Nos han encarcelados en dictaduras constitucionales a merced de un déspota disfrazado de demócrata, con partidos políticos que terminan consumiendo las instituciones del Estado. En la denominada cuarta república ello fue una realidad que se disputaba en el mundo partidista. En esta “quinta república” esa disputa cesó engendrando un super partido dueño de todo, hasta llegar a una ANC dizque supraconstitucional, por encima de Dios y del pueblo, conformada por más de 500 militantes del Psuv escogidos sigilosamente por la cúpula de esa maquiavélica organización.

Los líderes opositores que han abanderado la lucha nacional contra el chavismo no llegaron a comprender que Chávez (su asesoramiento cubano) había descifrado ese vital punto débil en nuestro andamiaje jurídico, aunado a la inescrupulosa explotación de la autodestructiva viveza criolla.

Así, Chávez se autoengrandeció corriendo con la suerte casual del boom petrolero más alto y sostenido de la historia. Sin embargo, desde 2007, la suerte le dio la espalda ante el rezago de sus “brillantes promesas de cambios” y, sobre todo, porque el proyecto cubanizador quedó al descubierto en la popularmente rechazada reforma constitucional de ese año.

La imposición de ese modelo, vía leyes habilitantes y parlamentos rojos rojitos, hicieron que la vía electoral le fuera adversa en lo sucesivo. Perdió alcaldías y gobernaciones determinantes. Perdió en votos la Asamblea Nacional de 2010. En 2012, según el propio Jorge Giordani, tuvo que malversar el erario para ganar con tan solo un millón y medio de votos sobre Capriles. Con Maduro se repitió la fórmula en 2013, además de la aplastante paliza de las parlamentarias 2015. Desde ese momento el régimen decidió expropiar definitivamente los procesos electorales convirtiéndolos en fiestas del Psuv.

¿Por qué el título de este artículo? A lo largo de todo este tiempo, María Corina Machado ha sabido no entremezclarse axiomáticamente con la oposición orgánica. Nunca cayó en aquello de la solidaridad automática, sobre todo desde el 2015. Fue la primera que supo descifrar al chavismo desde que Chávez estaba vivo, llamando las cosas por sus nombres. Recibió grandes críticas al oponerse a los procesos electorales post 2015, a los diálogos, negociaciones y todo aquello que demandase buena fe por parte del chavismo… sencillamente la “buena fe” es antónimo del castrismo venezolano.

Su postura vertical le ha sumado enemigos acérrimos del lado del chavismo y del lado opositor. Sin embargo, utilizaremos una frase que enerva a sus críticos, “el tiempo le dio la razón”.

Todos los esfuerzos dizque electorales o de acercamiento con el régimen únicamente ayudaron al chavismo en coyunturas peliagudas. Por otra parte, en sus discursos jamás ha existido populismo ni ofertas engañosas. Al contrario, ha dejado saber que superar al chavismo es una lucha muy dura, que implica grandes esfuerzos, que amerita inexorablemente el concurso de la comunidad internacional, el régimen hizo frenéticamente propios los recursos, instituciones y armas del Estado porque “debe demasiado a muchos”.

María Corina Machado es una figura política con trayectoria y reconocimiento internacional. Aceptada por el mundo democrático, con visión de Estado, con entendimiento real de economía, de las debilidades y fortalezas de la nación. Lejos de mesianismos inexistentes, se encuentra un liderazgo de carne y huesos acertado, preparado, con los pies sobre la tierra, ideal para este trágico periodo de nuestra historia.

@leandrotango