Volver a la Constitución

Opinión | abril 30, 2020 | 6:18 am.

La vida política no puede hacerse sino donde hay libertad y donde impera una Constitución”. Leandro N. Alem (1842 – 1896) Abogado, político, revolucionario, estadista y masón argentino.

La Constitución de la República Bolivariana, luego que fue aprobada en un accidentado referéndum por el deslave de La Guaira – se convirtió en nuestro pacto social. Todos los ciudadanos estamos obligados a cumplirla y hacerla cumplir. Los que ejercen los poderes públicos tienen la máxima responsabilidad y, deben ser celosos en su estricta obediencia. Es un deber y una obligación colectiva. No hay excusas.


La solución a la pavorosa crisis que vive el país pasa por volver al marco de la Constitución.

Ella contempla la elección libre, democrática y transparente del Presidente de la República cada seis años. Eso debió suceder en diciembre 2018. Hubo una pantomima de proceso electoral, nadie interna e internacionalmente lo reconoció y, de hecho y de derecho, salimos del mandato constitucional profundizando el deterioro institucional de la patria. Es el fondo del abismo.

La trepidación en el fondo del abismo de la crisis no puede ser permanente. La pobreza extrema y el hambre invaden todos los sectores sociales. El país requiere con urgencia que volvamos a la Constitución. Eso indefectiblemente pasa en nombramiento consensuado de un nuevo CNE, que garantice la celebración de elecciones libres, democráticas, competitivas, creíbles y con observación internacional calificada. Es el primer paso.

Luego hay que nombrar nuevos poderes públicos con respetabilidad y credibilidad, que permitan rescatar el prestigio del país en el concierto de la comunidad mundial y, podamos, no sólo acceder al crédito internacional y, regrese la inversión extranjera que potencie la inversión doméstica e inicien juntos la reconstrucción de la destruida economía nacional. Es tarea urgente.

Para que ese necesario e indispensable escenario se pueda establecer, tiene que cesar la usurpación, nombrarse un gobierno de transición que puede llamarse de emergencia o salvación nacional, con hombres y mujeres cuyo único partido político sea Venezuela, pero que se dedique con premura y sentido patriótico a trabajar en los puntos ya anotados y, sobre todo, a atender la catástrofe social que vivimos. No hay tiempo que perder.

La soberbia y la intransigencia nunca han estado a la altura de la gallardía y espíritu de grandeza que se requiere para entender que por encima de los intereses individuales, grupales y partidistas, están los supremos intereses colectivos y de la patria. Hay que abrir el camino para volver a la Constitución. Es la salvación.

Twitter: @Cheotigre
[email protected]