¿Y el cese de la usurpación?

Opinión | marzo 14, 2020 | 6:15 am.

Sólo pensar en traicionar es ya una traición consumadaCesare Cantù (1804-1895) Historiador italiano

En el año 2018 el gobierno de Maduro, con la complicidad de un sector de colaboracionistas que se hacían llamar de oposición, montó una farsa electoral consumada el 20 de mayo. Nadie reconoció la legitimidad de ese sainete y mucho menos la reelección del Presidente en ejercicio. El 10 de enero de 2019 llegó la fecha de la juramentación del mandatario electo, en las elecciones que debieron celebrarse el diciembre del 2018. Y Maduro, con el apoyo de las Fuerza Armada, se juramentó y desde ese momento comenzó a usurpar el poder. Es historia reciente.


La comunidad nacional e internacional nunca ha reconocido la legitimidad de ese sainete electoral y mucho menos que Maduro tenga legalidad para ejercer el poder en el país. Es más, los colaboracionistas que se prestaron a la farsa electoral, el mismo 20M, durante el desarrollo del proceso, denunciaron el fraude. La clase política en general, tampoco reconoció la legalidad de lo que a todas luces fue un gran fraude. La conclusión es obvia. La elección que está pendiente, de acuerdo, es la presidencial. El que ejerce el poder desde el 10E2019 es usurpador. No hay un ápice de dudas.

Una vez que se consumó la usurpación del poder con el apoyo de la FANB, más de 60 países reconocieron, ante la ausencia de Presidente electo, tal como lo establece la Constitución, al Presidente de la Asamblea Nacional como Presidente interino de la República, hasta tanto se realice, en elecciones libres, democráticas, transparentes y con observación internacional calificada la elección presidencial. Hasta la fecha nada ha cambiado. Y nuestras demandas en las luchas de calle se mantienen inalterable: cese de la usurpación, gobierno de transición y elecciones libres. Nadie se llame a engaños.

Los que pretenden ahora saltar con garrocha la elección del Presidente de la República con el argumento de que las elecciones de la AN son las que corresponden a final de año, tal como lo establece la Constitución, intentan traicionar al pueblo, obviando que está pendiente la elección presidencial. ¿O no?

El pueblo no es tonto y conoce las motivaciones y ambiciones individuales y de grupos, dejando de lado los supremos intereses de la patria y la voluntad popular. El bojote se les ve de lejos.

Hay que ser coherente. Convalidar y participar en una elección sin el cese de la usurpación, es traición. Y callar ante la evidente intención de traición también es traición. No sólo lo piensan. Lo dicen. Es la consumación de la traición. ¿O no?

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