Tommaso

Opinión | noviembre 8, 2022 | 6:26 am.

Tomás de Aquino (Tommaso d´Aquino) fue uno de los más grandes intelectuales de la Iglesia, pero también uno de los colosales filósofos de todos los tiempos. Se hizo famoso por sus razonamientos que lograron la compatibilidad entre el pensamiento aristotélico (el papá de los helados en el mundo occidental) y la fe católica.

Tenía de buen sobrenombre “el buey” por lo gordo. Nacido en 1224, desde joven mostró gran inclinación a unirse con un grupo de poco prestigio en aquellos tiempos de nombre los dominicos. Sus hermanos lo secuestraron y lo retuvieron durante más de un año en los castillos familiares en un intento de evitar que asumiera el hábito y se hiciera cura.  En un algún momento, dos de sus hermanos hasta contrataron una prostituta para seducirlo a ver si se le quitaba la vaina. La cosa se hizo muy notoria y hay un exquisito cuadro de Velázquez que imagina esa escena (La tentación de Santo Tomás). Al fin, Tomás logró huir del castillo, supuestamente célibe, y se trasladó a París para alejarse de la familia.

Tomás murió a los 49 años y es difícil entender cómo pudo escribir tanto y tan requetebueno en tan poco tiempo. Umberto Eco, un buen pensador de nuestro tiempo, dice que «Tomás no aristoteliza el cristianismo, sino que cristianiza a Aristóteles».

Quizá una de las mejores cosas de “el buey” es su acercamiento a la ética y se le ocurrió formular algo así como 4 “leyes” 1- La ley divina conocida solo por revelación; 2- La ley eterna que rige los movimientos; 3- La ley humana que son las leyes y 4-La ley natural que son principios conocidos mediante la razón.

Esta última, la ley natural, manda hacer y la razón sabe lo que es objetivamente bueno.  Porque el bien es naturalmente benéfico y el mal es lo contrario. Tomás de Aquino lo muestra en varias facetas, bienes sustanciales de autopreservación como la procreación y educación de la descendencia, como buscar bienes propios, como vivir en comunidad y buscar la verdad. Querer tales bienes naturales para uno mismo y para los demás es amar. En consecuencia, Santo Tomás de Aquino afirma que el precepto del amor que obliga a amar a Dios y al prójimo son los primeros y los universales.

Y ahora copio a Tomás textualmente: “Todos los seres se sienten naturalmente inclinados a realizar las operaciones que les corresponden en consonancia con su forma, por ejemplo, el fuego se inclina por naturaleza a calentar. Y como la forma propia del hombre es el alma racional, todo hombre se siente naturalmente inclinado a obrar de acuerdo con la razón. Y esto es obrar virtuosamente”.

Y por qué tanto de Tomás de Aquino, se preguntarán ya mis lectores. Pues porque el bicho se las trae y tiene espuelas por todos lados.  Así dice. “La ley humana es ley positiva. La ley natural aplicada por los gobiernos a las sociedades es consecuencia, la ley positiva, si es contraria a la ley natural, es injusta pues atenta contra el bien del hombre. De este modo, la ley natural expresa la libertad del hombre y exige una ordenación racional de su conducta. Esto explica que, para Tomás de Aquino, la peor forma de gobierno es la tiranía.

Toma tu tomate Nicolás, hace sopotocientos años ya un cura te delataba. Arregla ya las maletas porque te vas pronto y bien lejos. Aquí estamos preparándonos para unas elecciones primarias y el o la que resulte ganador lo vamos a apoyar hasta la muerte, Ese o esa va a ser el presidente de Venezuela y va a contar con toda la fuerza de los ciudadanos.

La tiranía hay que terminarla y lograr que el pueblo vuelva al mando, Para allá vamos. Un grupo sólido que se llama Frente Amplio Venezuela Libre que está en todos los estados de Venezuela, pero que el en Zulia es el más arrecho, decimos que vamos a salir de estos rufianes rojos a punta de votos y luego vamos a reconstruir un País honesto, inmenso y con un horizonte hermoso.

Y así va a ser.

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