Un proyecto de transformación como oferta electoral

Opinión | junio 17, 2022 | 6:24 am.

He visto con mucho interés que ha surgido una precandidatura a las primarias opositoras que presenta como oferta electoral un “proyecto de transformación para Venezuela” (ver El Impulso, Cesar Pérez Vivas presenta proyecto de transformación para Venezuela).

Dado que este “proyecto de transformación” que sostiene un precandidato como su plataforma electoral plantea algunos de los cambios constitucionales que consideramos fundamentales para llevar adelante un proceso constituyente de carácter originario, considero muy importante abordar esta discusión ya que podría prestarse a confusiones con el planteamiento que la Alianza Nacional Constituyente Originaria, ANCO, le está haciendo al país con el proyecto El Gran Cambio (ver El Gran Cambio, Una propuesta para la Refundación de Venezuela), en contraposición a la oferta electoralista del régimen y aquellos que creen que es posible un cambio significativo de la situación del país por la vía de la contienda electoral con unos delincuentes.

De acuerdo a la noticia publicada, el precandidato César Pérez Vivas plantea:

Primero, reducir el período constitucional de seis años a cinco años.

Segundo,  establecimiento de la no reelección absoluta del presidente de la República.

Tercero, consagración de la segunda vuelta para escoger al presidente  del país.

Cuarto, establecimiento del Congreso bicameral.

Quinto, establecimiento del Estado federal para que se pueda garantizar las competencias de los estados y municipios, de modo que éstos puedan contar con los recursos para que las autoridades puedan resolver las necesidades de las poblaciones y no estar dependiendo de un mandatario que está en Caracas y que no responde a sus obligaciones”.

No podríamos estar en desacuerdo con ese planteamiento. De hecho, como anteriormente mencioné, el planteamiento forma parte de la propuesta que ANCO le ha hecho al país para ser debatida por unos Constituyentes legítimamente electos de todas las regiones del país, en el seno de una Asamblea Nacional Constituyente Originaria.

Lamentablemente, en la noticia publicada, el precandidato no aborda cómo propone llevar a cabo esos importantes cambios constitucionales en el marco de una situación de secuestro de todos los poderes públicos del Estado.

Y aun en el caso de que ganara la candidatura y además la Presidencia de la República, con una oposición completamente entregada al régimen, faltaría conocer la manera en que el Presidente podría llevar a cabo tales promesas electorales con un Tribunal Supremo de Justicia completamente renovado y forrado de rojo, un Consejo Nacional Electoral convertido en una ruleta trampeada a favor del régimen y una Asamblea Nacional ilegítima.

Los cambios arriba propuestos no pueden ser aplicados sin la redefinición Constitucional del Pacto que nos hemos dado todos los venezolanos, a través de una Asamblea Nacional Constituyente. Es decir, no pueden ser abordados con una Enmienda o una Reforma porque implican cambios importantes en la estructura y principios fundamentales de la Constitución, como lo establecen los Artículos 340 y 342 Constitucionales. En consecuencia, mal podrían formar parte de la promesa electoral de ningún candidato.

Si los cambios constitucionales mencionados son sacados fuera de un contexto, donde además deben redefinirse las funciones y atribuciones de todos los Poderes Públicos del Estado (Municipales, Estadales y Nacionales), su solo enunciado puede ser utilizado de una manera indebida como promesas electorales muy atractivas, pero imposibles de cumplir sin convocar al Poder Originario. No es suficiente con decir que hay que establecer un Estado Federal, hay que decir también como, y que funciones tendrían los Poderes Públicos del Estado dentro de una distribución político-territorial diferente, proponiendo una nueva. Eso forma parte del constructo que ANCO recomienda debatir en una Constituyente.

Si Venezuela no estuviera en la situación de secuestro por parte de un narco-régimen, esta propuesta electoral se parecería a la que hizo Hugo Chávez Frías al país en 1998, cuando el entonces candidato a la presidencia ofreció “Constituyente” para acabar con todos los males de Venezuela. Y los venezolanos se la compraron, no porque supieran lo que implicaba un proceso como ese, sino porque todos los partidos –incluyendo aquel donde militaba Pérez Vivas- habían perdido, como ahora, toda la credibilidad de los electores, y no votaron a favor de Chávez sino en contra de ellos. Ya no estamos en esa situación, por lo que ahora ofrecer cambios constitucionales descontextualizados de la situación política de Venezuela, podría interpretarse en el mejor de los casos como una oferta electoral engañosa a la población.

Los cambios estructurales a la Constitución no pueden ser parte de una consigna electoral. Y si en verdad se cree en ellos, deben ser planteados desde la perspectiva global de un cambio, un Gran Cambio, que hay que plantearle al país y a la Comunidad Internacional para solucionar estructuralmente el grave daño que el régimen le ha infligido a nuestras instituciones, y como el vehículo fundamental para Refundar la Nación entre todos los actores políticos del país, incluyendo al partido del régimen.

Se trata de establecer con ello una propuesta de Refundación y Reconciliación de todos los factores. Y debe ser posicionada por encima de toda la diatriba política electorera a la que nos está llevando el régimen y los dirigentes políticos de una oposición que no ha entendido todavía la gravedad del problema en que nos encontramos.

Si toda la oposición política del país entendiera que el camino de la Refundación Constituyente, es la única oferta que se le puede plantear a un país donde todos los Poderes Públicos están secuestrados y distorsionados, la Comunidad Internacional, con los EEUU a la cabeza, no dudaría ni un segundo en apoyar ese proceso, realizando las presiones correspondientes al régimen de Nicolás Maduro Moros y su oposición política, para poder convocar al pueblo al margen de los poderes públicos venezolanos, con el arbitraje de un Tribunal Electoral Constituyente independiente, en el que todos los actores puedan confiar. El Constituyente electo desmontaría inmediatamente a los Poderes Ejecutivo, Legislativo, Judicial, Electoral y Ciudadano, completamente ilegítimos y corrompidos de Venezuela, restableciendo así el cauce constitucional de la República.

Como verán ustedes, hay una diferencia sustantiva entre la propuesta de ANCO y cualquier proyecto de transformación que se haga como una oferta electoral en el marco de una tiranía, utilizando de manera indebida los cambios que el país requiere para su Refundación. Los venezolanos debemos decidir nuestro destino sin confusiones, y con la conciencia muy clara del camino que debe transitar el país para el restablecimiento en paz de la democracia y la libertad.

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