Venezuela, un barco en una tormenta perfecta

Opinión | marzo 18, 2022 | 6:22 am.

Se dice que una situación negativa llega a un límite extremo denominado “tormenta perfecta” cuando la combinación de los factores que la producen se dan de una manera espontánea que nadie puede prever, causando una destrucción de magnitudes imposibles de medir.

Este término se acuñó por primera vez cuando una combinación de eventos generaron la borrasca más potente del siglo XX en la costa este de los EEUU, causando que una tormenta se transformara en un temporal indetenible que ocasionó muertes, miles de viviendas destrozadas, playas desaparecidas, muelles destruidos, y cierre de aeropuertos y carreteras. Incluso este fue el argumento de la película titulada con ese nombre “La tormenta perfecta” protagonizada por Goorge Clooney, acerca de la odisea de los tripulantes del barco Andrea Gail que fue destruido al encontrarse en el medio de algo completamente imprevisible para ellos.

Se podría decir que en Venezuela se están configurando factores semejantes a los de una tormenta perfecta con la invasión de Rusia a Ucrania; y que los venezolanos, de la misma manera que la tripulación del barco Andrea Gail -completamente ajenos a esa realidad- terminaremos siendo las víctimas de la destrucción que vendrá después.

La guerra desatada por Rusia en Ucrania ha generado un sinfín de comentarios en la prensa mundial. Es imposible prever el resultado de esa acción de Rusia, pero los mejores entendidos del mundo ya comienzan a indicar que Rusia no sobrevivirá a esa acción bélica, así logre deponer el gobierno en Ucrania.

Son determinantes las opiniones como las de Francis Fukuyama, politólogo y famoso autor del “Fin de la historia y el último hombre”, quien hace pocos días en su página “American Purpose”, publicó un artículo titulado “Preparándose para la derrota” (Preparing for defeat): “Rusia se dirige a una derrota total en Ucrania. La planificación rusa fue incompetente y se basó en la suposición errónea de que los ucranianos eran favorables a Rusia y que su ejército se derrumbaría inmediatamente después de una invasión”.

En la misma dirección opina para China el Dr. Hu Wei, Vicepresidente del Centro de Investigación de Políticas Públicas de la Consejería del Consejo de Estado, Presidente de la Asociación de Investigación de Políticas Públicas de Shanghái: “Vladimir Putin puede ser incapaz de lograr sus objetivos previstos, lo que pone a Rusia en un aprieto. El propósito del ataque de Putin era resolver por completo el problema ucraniano y desviar la atención de la crisis interna de Rusia derrotando a Ucrania con una blitzkrieg, sustituyendo a sus dirigentes y cultivando un gobierno prorruso. Sin embargo, la blitzkrieg fracasó y Rusia es incapaz de soportar una guerra prolongada y sus altos costes asociados”.

Estas opiniones autorizadas apuntan a que la guerra en Ucrania terminará muy mal para Rusia, con todas las consecuencias políticas y económicas asociadas. Las sanciones impuestas a Rusia, siendo una de las más importantes el corte de los envíos de crudo a Europa y EEUU, pone a Venezuela en el ojo del huracán internacional para el suministro urgente de petróleo.

Por esa razón vinieron los enviados del gobierno norteamericano a negociar con Maduro una salida urgente a la situación de Venezuela, con un adelanto de elecciones con la oposición oficial, tal y como lo ha solicitado la Comunidad Internacional. Y aunque Venezuela no esté en la posición actual de proveedor, por las razones por todos conocidas de la destrucción de Pdvsa, eso no implica necesariamente que no lo sea en un futuro próximo inmediato con las asociaciones e inversiones correspondientes, con la contraprestación del ablandamiento correspondiente de las sanciones.

Rusia no estará en las condiciones, ni militares ni financieras, para sostener al régimen de Miraflores, por lo que la oferta norteamericana puede resultar muy atractiva para la claque de corruptos del régimen, aún más por los precios actuales superiores a los USD 100 en que se cotiza el barril de petróleo. El barril Brent, llego a USD 137,00 hace pocos días.

La oposición oficial está más que feliz con esta nueva situación y hará lo que diga el gobierno norteamericano, sin percatarse que jamás habían estado más bajos sus niveles de aceptación entre los venezolanos. Cualquiera que pongan de candidato en el G4, incluyendo a Guaidó, será rechazado por la población. Y ellos aceptarán como -lo han hecho hasta ahora- las condiciones electorales que ponga el régimen de Maduro. En este momento el régimen arrasaría en cualquier elección que se haga controlada por el CNE de Maduro.

El primer factor de la tormenta perfecta, la guerra en Ucrania. El segundo, la necesidad de crudo en el mercado internacional. El tercero, una oposición disminuida, doblada, corrupta y sedienta de poder y dinero. Y el cuarto factor, y tal vez el más importante, una Comunidad Internacional dispuesta a lo que sea para lograr cambiar la ecuación de poder en Venezuela que le permita normalizar la situación política y entenderse con un solo mando, sea quien sea, Maduro o los bates quebrados del G4. ¿Y los venezolanos? Bien gracias. Nosotros no contamos allí.

Con tan solo la primera visita oficial de la delegación norteamericana, Maduro ya soltó dos presos de la Directiva de Citgo, bajaron los niveles de confrontación con los EEUU, están ahora abogando por la paz en Ucrania cuando antes apoyaron incondicionalmente a Putin en su guerra, y se retomaron las conversaciones con la oposición oficial para ir a México, en un nuevo “reformateo del diálogo”  con la oposición oficial. Ni siquiera me imagino que saldrá de las próximas reuniones.

Ya está entonces montada la olla para los anuncios oficiales de elecciones presidenciales adelantadas en México, con la bendición de la Comunidad Internacional, con EEUU a la cabeza. Y ustedes me preguntarán: ¿Y cuál es el problema? ¿No era eso lo que queríamos, salir lo antes posible del régimen con unas elecciones adelantadas con ellos?

Y mi respuesta no sería una, sino dos: a) no, no saldríamos del régimen, lo afianzaríamos. No existe en la oposición oficial actual nadie capaz de inspirar a los venezolanos lo suficiente para enfrentar un fraude electoral como el que el régimen planeará para esas elecciones; y b) El régimen se legitimaría ante una Comunidad Internacional que avaló ese mecanismo electoral, por lo que las sanciones más importantes desaparecerían después de esa elección, permitiéndole al régimen comenzar una nueva era de negocios petroleros, intermediarios corruptos incluidos.

Todo esto puede parecerles apocalíptico. La solución que ANCO le ha propuesto a los venezolanos pasa porque exista una Comunidad Internacional convencida de que las elecciones presidenciales no son la respuesta al sufrimiento de los venezolanos, sino un cambio radical del paradigma del poder y comencemos ya la Refundación de la Nación a través de un proceso Constituyente de carácter Originario, negociado entre todas las partes involucradas en esta crisis, como lo he puntualizado en innumerables ocasiones.

Si la Comunidad Internacional ya decidió que las elecciones son el rumbo, como al parecer ya ha hecho, vamos entonces en la dirección de una tormenta perfecta, como George Clooney en la película. Si no pensamos en una solución inmediata, lo que nos quedará es recoger los muertos de entre los escombros de lo que quede después, o rezar por no desaparecer en las profundidades del océano, como el barco Andrea Gail.

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