Educarse en Venezuela es un privilegio para muchos: BBC Mundo

Nacionales | enero 4, 2022 | 5:50 pm | .

Yolbenis es un niño de 14 años de edad que vive junto a su madre Kiara y hermanita Yiovara, en un sector vulnerable en la ciudad de Maracaibo, estado Zulia. Él dejó de estudiar luego de la muerte de su padre hace cuatro años porque mantener a su mamá y hermana se convirtió en la prioridad.

Practica boxeo y es una de los pocos entretenimientos que tiene, mostró un reportaje realizado por la cadena BBC Mundo, aunque no especifica en qué trabaja Yolbenis, quien expresa que su madre quiere que él estudie y que no fume más (hecho que confesó haberlo realizado en algunas oportunidades). La educación en Venezuela sigue siendo un privilegio inalcanzable para muchos, pese a que el país “se enorgullece de ofrecer educación gratuita cuando sus escuelas también están en crisis” destaca el medio.

Manifestó que comen una vez al día, o no comen. Su hermanita ha perdido cabello ante la falta de proteínas y está falla de peso al igual que la progenitora de ambos. Yiovara quizá esté en la lista de los 120 mil niños que podrían sufrir desnutrición severa para este año, según Unicef.

De acuerdo al reportaje, en un colegio cercano, la directora Daniela confiesa que su trabajo como educadora se convirtió en su vida y que ante la escasez de gasolina y la alta inflación por la que atraviesa Venezuela, se vio en la necesidad de pernoctar en la escuela porque para ella eso representa su compromiso por el trabajo y es una manera de ayudar a los niños que asisten a las clases que a su vez son cada vez más reducidas por diversos factores, entre ellos, la migración.

Adicional a esto, la pandemia agravó la situación educativa en el país.

En el caso de Alejandra, una maestra que vive en el sector Petare, considerado como uno de los barrios más grandes y peligrosos, simplemente ella decidió impartir “tareas dirigidas” desde su hogar, oficio  de vieja data pero que muchos docentes multiplicaron durante el contexto de pandemia y, sobre todo, los bajos salarios.

“Les cobro dos dólares. A otros niños no les cobro porque los padres no trabajan y no tienen cómo pagar unas tareas dirigidas. Otros se van del país y quedan en manos de los abuelos y son personas mayores que no saben qué hacer con esos niños”, le expresó a BBC Mundo.