CNE: ¿Pasito tun tun?

Opinión | mayo 11, 2021 | 6:30 am.

¿Qué ha cambiado con el cuestionado CNE y con las declaraciones de Capriles, de Aveledo y de varios portavoces de gobiernos democráticos? ¿Cambió la situación política? ¿Fue un paso atrás, hacia la democracia, hacia el abismo o un pasito tun tun, es decir pa’ cá y pa’ lla?

El CNE: Sin duda el CNE fue nombrado por un grupo de ciudadanos a los que no reconocemos como diputados. Además, varios de ellos no cumplen con lo establecido en la Constitución. Sin embargo, algunos compatriotas, demócratas bien intencionados, consideran que es preferible explorar si con este CNE es posible iniciar una salida no traumática. A veces hay que tragar grueso para evitar males mayores.

Está claro que las elecciones regionales no resuelven nuestros problemas. También que Márquez y Picón estarán en minoría, con voz, pero sin que su voto cuente en las instancias del CNE. Desde que el chavismo-madurismo está en el poder ha controlado al CNE y este ha permitido trampas, entre ellas la instalación de mesas de votación clandestinas y el abuso del voto asistido. La trampa no está en las máquinas, sino cuando estas se dejan sin testigos y se extienden las horas de votación. El Registro Electoral no es confiable, pero no es allí donde está la trampa decisiva. Los militares del Plan República a veces han interferido en la votación, pero han sido casos aislados. A pesar de lo señalado, es preferible contar con dos rectores no afectos al régimen, que quizá no puedan impedir las trampas, pero que sí pueden denunciarlas. Descalificarlos es injusto y torpe. Habrá que esperar su actuación, que ojalá no sea timorata.

Capriles y otros voceros: Henrique Capriles reconoció a este CNE, considerándolo “un primer paso indispensable para abrir camino de cara a la democracia” . Añadió que “es una forma de empezar a abrir caminos… los cambios requieren mucho más que un árbitro electoral con contrapeso, pero esta es una oportunidad que ocurre en medio de una crisis política que permanece estancada». Capriles no es un colaboracionista. Su pecado es distanciarse del resto de la dirigencia opositora, con lo que debilita las negociaciones que esperamos continúen. Quiere volver a la palestra para ganar los puntos que ha perdido.

Citamos también a Ramón Guillermo Aveledo porque es un político de trayectoria impecable. Al respecto declaró que “el nuevo CNE abre una rendija de esperanza”, agregando que no está rebozando de optimismo, pero cree es un pequeño paso importante. Añadió que “hay que resolver otros puntos y que los estándares internacionales son muy claros para que haya elecciones libres, competitivas y justas”.

Varios voceros internacionales democráticos han saludado la designación del CNE, pero también han recalcado que eso no es suficiente, mencionando la necesidad de un Poder Judicial independiente, la necesidad de observación internacional y que “un CNE escasamente más equilibrado no sustituye a un proceso integral que conduzca a elecciones presidenciales y parlamentarias”.

Plataforma Unitaria Venezolana: Esta Plataforma, al frente de la cual está el presidente Guaidó e integrada por 38 partidos políticos, manifestó que “Reiteramos que, ante la gravísima tragedia humanitaria y el sufrimiento del pueblo venezolano, la verdadera solución de fondo, consiste en construir un Acuerdo Político, Social y Humanitario que sea producto de una negociación integral con facilitación y mediación internacional. No debe imponerse unilateralmente al árbitro electoral. El CNE, así como el resto de las condiciones electorales, deben acordarse para que todos podamos tener elecciones libres, justas y competitivas”.

Situación política: No es la misma que hace algunos meses. El apoyo internacional pareciera haberse entibiado, las sanciones no han surtido todo el efecto deseado, aunque es evidente que Maduro se ha debilitado y pudiese estar dispuesto a ceder en algunos puntos. La oposición ha perdido cohesión. Los activistas de los partidos están deseosos de lograr una cuota del poder regional. Sin ese poder difícilmente podrán subsistir y los partidos se debilitarán aún más. No es lo mismo una elección parlamentaria que una regional. La población de los estados y municipios seguramente preferirá gobernadores y alcaldes que no sean rojos. Desde luego que el régimen hará lo posible por no reconocer a las autoridades electas de la oposición, como hizo con Andrés Velásquez y Guanipa, a través del sumiso TSJ, y en otros casos impondrá los llamados Protectores Por otra parte, hay que considerar que nos expresamos masivamente en la reciente Consulta Popular, exigiendo el cese de la usurpación de Maduro ¿Podrán los que decidan participar convencer a sus electores de acudir a las urnas?

Personalmente preferiría una intervención de la Fuerza Armada en respaldo a la Constitución. Descarto ese temor de algunos del peligro de que se queden con el coroto. Sus integrantes están conscientes de que están desprestigiados y que la comunidad internacional y los venezolanos no aceptaríamos otra dictadura. Ojalá se produjera un 18 de octubre de 1945 o un 23 de enero de 1958, pero como eso no depende de nosotros, no queda sino apostar a otras opciones. Por lo pronto, pareciera que lo prudente es no descalificar a los dos demócratas designados rectores del CNE, presionar por un frente unitario al que se incorporen Capriles, María Corina y Ledezma y que continúen las negociaciones para lograr mejores condiciones. Si se consiguen, y a falta de otras opciones reales, quizá lo procedente sería votar, a sabiendas de que solo la salida de Maduro y sus acólitos permitirá la recuperación del país y el establecimiento de la democracia.

Demos tiempo al tiempo y confiemos que la presión internacional y la unidad obligue a Maduro a ceder. Por ahora, ni remotamente hemos dado un paso como el de Neil Amstrong, sino más bien un pasito tun tun o como el de la canción del mexicano Bruno de Jesús: dos pasitos para un lado, uno para adelante y otro para atrás. Pero hay que perseverar.

Como (había) en botica: Maduro es directamente responsable por la muerte de cientos de venezolanos por falta de vacunas y de servicios hospitalarios adecuados. También por la escasez de combustibles, medicamentos y otros productos. ¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!

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