Guerra Fría de Estados Unidos contra China

Opinión | abril 22, 2021 | 6:20 am.

El 22 de marzo de 2021 el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, autorizó sanciones contra Wang Junzheng, secretario del Comité del Cuerpo de Producción y Construcción de Xinjiang (XPCC) del Partido Comunista de China, y Chen Mingguo, director de la Oficina de Seguridad Pública de Xinjiang (XPSB). ). Estas sanciones, dijo Blinken, se han aplicado contra Wang Junzheng y Chen Mingguo porque están acusados ​​de ser parte de «genocidio y crímenes de lesa humanidad en Xinjiang». El Departamento del Tesoro de Estados Unidos hizo lo mismo con sus propias sanciones. (Vijay Prashad y Jie Xiong, editores de Peoples Dispatch).

Xinjiang es una región autónoma de la República Popular China (PRC), ubicada en el noroeste del país cerca de Asia Central. Siendo la división provincial más grande de China y la octava subdivisión de país más grande del mundo, Xinjiang se extiende por más de 1,6 millones de kilómetros cuadrados (620.000 millas cuadradas) y tiene alrededor de 25 millones de habitantes.

Human Rights Watch ha documentado la denegación del debido proceso legal y juicios justos y la imposibilidad de celebrar juicios genuinamente abiertos como lo exige la ley a los “sospechosos” arrestados a raíz de la violencia étnica en la ciudad capital Ürümqi. El mayor problema de esa provincia y del gobierno chino en general, no es Hong Kong sino que la violación a los Derechos Humanos en Xinjiang, en especial a la minoría musulmana.

Según Radio Free Asia y Human Rights Watch, “al menos 120.000 miembros de la minoría musulmana Uigur de Kashgar han sido detenidos en los campos de reeducación de Xinjiang, con el objetivo de cambiar el pensamiento político de los detenidos, sus identidades y sus creencias religiosas”. Los informes del Congreso Mundial Uigur presentados a las Naciones Unidas en julio de 2018 sugieren que actualmente hay 1 millón de uigures en los campos de reeducación. Los campamentos fueron establecidos bajo la administración del secretario general del PCCh, Xi Jinping.

Los uigures, uygures o uighures son un grupo étnico que vive en las regiones del noroeste de la República Popular China, principalmente en la Región Autónoma Uigur de Sinkiang. También se encuentran miembros de este pueblo en Kazajistán, Kirguistán y Uzbekistán. Otro grupo habita en la zona de Hunan. En octubre de 2018 de la BBC News informó, que cientos de miles de uigures fueron internados en los campos de concentración y que se esto se está expandiendo rápidamente En 2019, The Art Newspaper informó que «cientos» de escritores, artistas y académicos habían sido encarcelados, en lo que la revista calificó como un intento de «castigar cualquier forma de expresión religiosa o cultural» entre los uigures.

A estas sanciones de Estados Unidos se sumaron importantes países como Canadá, Reino Unido e incluso la Unión Europea, a lo cual Wang Junzheng como Chen Mingguo condenaron por estas sanciones que no solo fueron impuestas por Estados Unidos; Wang Junzheng dijo que las sanciones «son una calumnia grave», mientras que Chen Mingguo dijo que estaba «muy orgulloso de haber sido sancionado por estos países», en otras palabras uno de ellos, en realidad, no negó sus crímenes de lesa humanidad.

Pero, ya en julio de 2019, 22 países: Australia, Austria, Bélgica, Canadá, Dinamarca, Estonia, Finlandia, Francia, Alemania, Islandia, Irlanda, Japón, Letonia, Lituania, Luxemburgo, Países Bajos, Nueva Zelanda, Noruega, España, Suecia, Suiza y el Reino Unido, enviaron una carta al Consejo de Derechos Humanos de la ONU, criticando a China por sus detenciones arbitrarias masivas y otras violaciones contra los musulmanes en la región china de Xinjiang.

Lamentablemente el 12 de julio, un grupo de 37 países presentaron una carta similar pero en defensa de las políticas de China: Argelia, Angola, Bahréin, Bielorrusia, Bolivia, Burkina Faso, Burundi, Camboya, Camerún, Comoras, Congo, Cuba, República Democrática del Congo, Egipto, Eritrea, Gabón, Kuwait, Laos, Myanmar, Nigeria, Corea del Norte, Omán, Pakistán, Filipinas, Qatar, Rusia, Arabia Saudita, Somalia, Sudán del Sur, Sudán, Siria, Tayikistán, Togo, Turkmenistán, Emiratos Árabes Unidos, Venezuela y Zimbabwe mayoría de países poco democráticos y dictaduras con fuertes lazos económicos y militares con China. El otro problema es que muchas economías como las de Argelia, Angola, Corea del Norte, Laos, Myanmar, Somalia, Sudán, Tayikistán, Venezuela, y Zimbabwe, dependen de los préstamos, inversiones y ayuda militar china.

Sin embargo, en agosto de 2019, Qatar retiró su firma de la carta del 12 de julio, y el embajador de Qatar en la ONU, Ali Al-Mansouri, citó lo siguiente: «la coautorización de la carta antes mencionada comprometería nuestras prioridades clave de política exterior».

En 2011 Hillary Clinton la entonces secretaria de Estado de Estados Unidos, anunció un “giro hacia Asia”, centrando sus políticas en China. Clinton había dicho en numerosas ocasiones, que la administración de Barack Obama quería desarrollar «una relación positiva y de cooperación con China», no dijo nada de que la concentración militar estadounidense a lo largo de la costa de Asia contaba una historia totalmente diferente. Avalando esta presencia militar en Asia, en 2016, el almirante de la Armada de Estados Unidos Harry Harris, jefe del Comando del Pacífico, dijo que Estados Unidos estaba listo para «enfrentar a China».

Estados Unidos ha estado luchando por mantenerse al día con los rápidos avances científicos y tecnológicos de China y tiene pocas herramientas intelectuales o industriales para competir. Por esta razón ha tratado de detener los avances de China utilizando el poder diplomático y político, y mediante la guerra de información; estos elementos comprenden lo que se llama una «guerra híbrida». Trump y Biden han seguido en gran medida la política de «pivotar hacia Asia», con las innovaciones de China que estarían pronto sobrepasando a las de Estado Unidos de América (EE.UU.); para evitar eso el gobierno del presidente Joe Biden está implementando grandes planes para ampliar masivamente la National Sciencie Foundation, (NSF) que es, sin duda, la institución científica más importante del país. En estos momentos, la idea de Biden estaría ganando un importante impulso político en Washington D.C. con énfasis especial en China.

Antes de un evento de marzo de 2019 coorganizado por la Misión de Estados Unidos ante Organizaciones Internacionales en Ginebra, la mayoría de las personas en países como Estados Unidos desconocían en gran medida la existencia de la región de Xinjiang en China, y mucho menos de los 13 millones de uigures, son una de las 55 minorías étnicas reconocidas de China. Dado que los uigures son la mayoría demográfica en esta provincia más occidental de China, el nombre oficial de la unidad administrativa es Región Autónoma Uigur de Xinjiang. El evento de marzo de 2019 contó con la participación de Adrian Zenz, un investigador alemán e investigador principal en estudios de China en la Victims of Communism Memorial Foundation, una organización fundada en 1993 por el gobierno de EE. UU. Para promover puntos de vista anticomunistas.

Zenz y Ethan Gutmann, otro investigador de la Victims of Communism Memorial Foundation, continuarían repitiendo sus conclusiones sobre el genocidio en Xinjiang en el Congreso de los Estados Unidos y en una variedad de publicaciones principales. Organizado por la BBC y Democracy Now, Zenz proporcionó lo que parecía ser documentación de las atrocidades cometidas por las «autoridades chinas» contra la población uigur y en especial en contra de los musulmanes. Zenz y Gutmann se unirían a organizaciones financiadas por gobiernos occidentales pero que, como ONG, se hacen pasar por grupos independientes de investigación y defensa (como el Centro Global para la Responsabilidad de Proteger y el Proyecto Uyghur de Derechos Humanos; el primero es financiado por gobiernos occidentales y el último por la Fundación Nacional para la Democracia del gobierno de Estados Unidos).

En junio de 2020, el entonces secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, atacó al gobierno chino, basando sus declaraciones sobre Xinjiang en «las impactantes revelaciones del investigador alemán Adrian Zenz». La guerra de información del gobierno de Estados Unidos contra China ha producido el «hecho» de que hay un genocidio en Xinjiang. Una vez que esto se ha establecido, ayuda a desarrollar la guerra diplomática y económica. Por eso, hace poco, Consejo de la Unión Europea impuso unilateralmente congelaciones de activos y prohibiciones de viaje a cuatro funcionarios del gobierno chino, incluidos Wang Junzheng y Chen Mingguo, así como a Wang Mingshan y Zhu Hailun.

Lo que más llama la atención sobre estos hechos es que muchos países y naciones islámicas no condenan, al menos públicamente, el genocidio contra los musulmanes que ocurre en China; al parecer a muchos líderes musulmanes y cristianos le interesa más el dinero que reparte China que el valor de los Derechos Humanos.

PhD – Docente – Chile

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