Douglas Bravo perdió la última batalla

Opinión | febrero 1, 2021 | 6:20 am.

En la madrugada de este domingo 31 de enero se conoció la muerte del ex guerrillero venezolano Douglas Bravo. Tenía 88 años de edad.

Fue el líder guerrillero más buscado y más famoso de Venezuela. Su cabeza tuvo precio, pero los cuerpos policiales nunca pudieron agarrarlo: ni la Seguridad Nacional, ni el Ejército, ni la Digepol, ni la Disip, ni el Dim. Douglas, como buen estratega y escurridizo cuando lo tenían rodeado en las montañas o en el área urbana, se les iba. Los conocía, sabía de sus métodos. Sabía con quién peleaba.

Desde hace unas semanas le tocó dar una pelea con un enemigo invisible. Hizo todo para zafarse pero se quedaba en el aire, no sabía con quién peleaba, los golpes eran al aire y los tiros eran de salva. Lo único que se conoce de este contendor es su nombre, Covid 19. Por eso perdió esta última batalla.

Con él se va toda una leyenda de guerras y conspiraciones. Fue un luchador incansable en la defensa de las ideas que abrazó, convirtiéndose en una referencia para los movimientos de izquierda y liberales en América Latina.

“El Che” Guevara, en su conocido documento de octubre de 1966, poco antes de salir de Cuba a la campaña en Bolivia nombra seis dirigentes guerrilleros, y en toda la campaña en Bolivia al único dirigente revolucionario que el “Che” nombra en su Diario es a Douglas Bravo. Mantuvo una relación directa con Fidel Castro y Ernesto “Che” Guevara, así como con otros líderes políticos.

Estudió Derecho en la Universidad del Zulia (LUZ) en 1953. Divorciado de la doctora Argelia Melet de Bravo, un día le escuché decir: “Argelia sigue siendo la mujer de mi vida”. Tuvieron dos hijos: Argelia y Federico (+).

Después de la cárcel y las torturas sale en libertad y se viene a Caracas. Se convierte en líder obrero y sindical en cementos La Vega. El 21 de enero de 1958 encabeza con los obreros la gran manifestación contra la dictadura y el 23 de enero está en primera fila cuando el dictador Pérez Jiménez huye del país en la Vaca Sagrada, así le decían al avión presidencial.

En los años de 1960 fue el jefe militar del Partido Comunista. Ese si era un hombre de armas tomar.

Douglas fue el último guerrillero en bajar de las montañas y abandonar las armas. Lo conocí a mediados de la década 1980 en la “Casa Monagas” de Los Chaguaramos con mis amigos Diego Salazar Luongo, Omar Gutiérrez y Agustín Calzadilla, desde ese momento entablamos una gran amistad. Converse el viernes con Omar sobre Douglas, me dijo: “El Curraco’, así le decían los amigos, ha perdido la voz. Le pegó muy duro ese virus”.

Omar Gutiérrez me comenta que en un programa de televisión dirigido por el periodista Carlos Fernández, quien entrevistaba a Douglas Bravo y a Diego Salazar (+), en una de esas salidas ingeniosas que tenía Diego, dice “Carlos: mi compadre Douglas Bravo tiene pasado, tiene presente, pero lo que no tiene es futuro”. Todos largaron la risa. Eso tiene una explicación. Ambos fueron comandantes guerrilleros. Diego Salazar se fugó del Cuartel San Carlos y fue diputado chavista. Douglas fue opositor a Hugo Chávez.

El poeta Pablo Neruda lo llamó “El insurgente a tiempo completo”.

Nació en Cabure, pueblo de leyendas e historias

En el pueblo de Cabure, zona montañosa de la Sierra de San Luis, entre cardones y tunas del Estado Falcón, el 11 de marzo de 1932, sintió los primeros rayos del sol una criatura a quien bautizaron Douglas Ignacio Bravo Mora.

En ese entonces Cabure era un caserío rural lleno de leyendas y de historias de las luchas revolucionarias que se libraron en esas comarcas. Douglas nació en el seno de una familia del campo pero sin problemas económicos. Su madre, doña Leonor Mora de Bravo. Su padre, Ignacio Bravo (fue medinista, luego urredista), ambos de la Sierra de Coro. Ella de Cabure y él de la Cruz de Taratara. Con su abuela materna Petronila tuvo una gran relación de primera. Vivió un tiempo en su casa y sus cercanos dicen que cuando habla de ella, los ojos se le hacen agua. Douglas es el hijo único del matrimonio. Tiene dos hermanos por parte de padre. Sus padrinos fueron el Obispo de Coro y el Secretario de Gobierno del Estado Falcón, León Jurado, Presidente de Coro.

Douglas Bravo: los adecos mataron a mi Padre

Corría el año 1947, a las siete de la mañana con el sol caliente coriano, el señor Ignacio Bravo, un influyente personaje de Cabure, salía de la casa del doctor Pedro Curiel Ramírez, a quien había ido a visitar. Al pasar frente al Liceo de Coro, se confió, no se percató del acecho y la persecución que le tenían sus enemigos. “Le tendieron una emboscada: desde una patrulla policial salió un grupo de hombres armados y lo baleó con el apoyo de gente del partido Acción democrática“. “En una emboscada los adecos mataron a mi Padre”, ha dicho Douglas.

El joven con apenas 14 años, se apersonó al sitio donde estaba tirado en el suelo su padre, bañado en un charco de sangre. Viviendo en carne propia la consecuencia de las viejas rencillas que por razones políticas o personales sucedían y aún hoy, suceden entre familias falconianas, siendo la Sierra de Coro la más teñida de sangre. En el sitio del suceso se encontraba el doctor Arístides Beaujon, quien en aquellos momentos de indignación y dolor, lo agarró del brazo y le dijo: “Douglas, vente conmigo a mi casa”.

Ante el asesinato de su padre, Douglas juró venganza y su amigo Cheyo Hidalgo lo llevó a hablar con el viejo Hidalgo (un cacique guerrero de la Sierra), quien le entregó 40 fusiles que estaban enterrados. Douglas comentó que tenía dudas, de si ese era el mejor plan para la venganza. Se reúne con su camarada Chirinos quien le dijo: “Ese no es el camino, nada resuelves abordando la muerte de tu Papá desde un punto de vista personal. Se trata de un problema social y político“. Sin embargo Douglas obstinado como siempre, continuó en su plan con otro primo militar que lo acompañaba en la operación.

La noche escogida para la venganza, el Viejo Hidalgo ordena recoger los fusiles. Diciéndole: “Una acción aislada en Coro no es lo más prudente. Es necesario organizar un levantamiento nacional contra AD“. Douglas suspendió el plan de ataque. Me comenta Omar Gutiérrez, su amigo y compañero de guerra, que: “Douglas con el correr de los años buscó a ‘Los Hernández’ y los perdonó: diciéndoles esta guerra entre familias no puede continuar, yo pudiera hacer uso de mi fuerza, pero no resuelvo nada”.

La política le nació en su casa

Don Ignacio y su casa eran una referencia obligada. Él porque era un hombre versado e informado de los acontecimientos que sucedían en el país y en el mundo. El único aparato de radio y la única planta eléctrica que había en el pueblito y los alrededores estaba en su casa. Todos concurran a ella, a conversar de política, a enterarse de cómo iban los acontecimientos ligados a la Segunda Guerra Mundial.

La política corría en la sangre de su familia. Sus abuelos estuvieron vinculados a las luchas y montoneras corianas. En la década de 1940, los jóvenes que habían salido a estudiar a Coro, el Zulia o Caracas regresaban de vacaciones. Casi todos eran izquierdistas y asiduos visitantes de la casa de don Ignacio, porque era allí donde se nutrían. Era el centro de la información. El niño Douglas, ya a los nueve años, era un asistente y observador de esas reuniones que improvisadamente se hacían en su casa. Uno de los que más influyó en su vida para la política fue Ibrahim López. Al respecto ha dicho: “…Ibrahim nos llevaba de excursiones, nos leía poemas y novelas de contenido social y deslizaba agudos comentarios políticos, siempre con marcada tendencia de izquierda… A las reuniones asistían el Cura del pueblo, los estudiantes Víctor Manuel López García, Ibrahim López García, Chicha García Mora”.

Al estudiar todas esas referencias no tengo dudas que ese niño que tuvo una infancia igual a la de todos los muchachos del pueblo, que bailaba trompos y zarandas, que gustaba bañarse en el río, salir de cacería, que ordeñaba y arreaba los chivos, que aprendió las cosas del campo. Que le gustaba escuchar las historias de los indios que en la Sierra de Coro lucharon contra los españoles en la guerra de la independencia; de la rebelión de José Leonardo Chirinos. Por todos estos hechos estoy convencido que en su casa la política lo atrapó desde niño, la política le nació en su casa.

De niño buscaba los mayores para aprender de ellos

A los 13 años de edad ya sostenía conversaciones y buen trato con los revolucionarios amigos de su papá como Raúl Henríquez, Ernesto Silva Telleria, quien fue el primer dirigente comunista que visitó Cabure y pasó muchos años prisionero en la Rotunda gomecista, fue de los estudiantes de la generación del 28, junto a Jóvito Villalba, Rómulo Betancourt, Pio Tamayo, otros.

Douglas termina la primaria y va a continuar los estudios de bachillerato en Coro. Ahí se incorpora a la Confederación de Jóvenes de Venezuela, una organización influenciada por los comunistas. En la ciudad capital no desperdició su tiempo. Gustaba codearse (relacionarse) con las personas mayores que él para aprender de sus experiencias. Visitaba a las familias influyentes, a los Jurado, los Hidalgo, los Arcaya. Era un muchacho avispado y también visitaba a los Capriles, a Virgilio Medina que eran comunistas; a los Beaujón que eran copeyanos.

En 1946 Douglas Bravo tiene 14 años de edad, y junto a un grupo de mozos fundan la juventud comunista en su pueblo natal, Cabure.

Siete meses torturado, desnudo y esposado sobre el ring

En 1952, se realizan las elecciones para elegir una Asamblea Nacional Constituyente, Unión Republicana Democrática (URD) el partido de Jovito Villalba, ganó con una gran mayoría a los dirigentes del FEI, partido político del general Marcos Pérez Jiménez, y este desconoció los resultados. Jovito Villalba y URD denunciaron el fraude, los hicieron presos y salieron al exilio. Douglas Bravo se encontraba en Maracaibo organizando unas acciones contra ese fraude electoral que le había ordenado Héctor Rodríguez Bauza, secretario nacional de la Juventud Comunista. Bravo estaba enconchado (escondido) con el abogado Luis Cedeño López, evadiendo la persecución que le tenía la policía política. A los días fueron descubiertos y los detienen, se los llevan personalmente a Miguel Silvio Sanz “El Negro”, Jefe de la Seguridad Nacional (SN) en el Zulia, considerado uno de los más feroces y duros torturadores de la dictadura. Comenta Douglas que el recibimiento fue a patadas y «golpes en pleno estómago y perdí el conocimiento. También a Cedeño lo torturaron brutalmente, y le fracturaron un brazo“.

En las noches lo sacaban del calabozo y se lo llevaban a la orilla del lago de Maracaibo y le metían la cabeza al agua, casi hasta asfixiarlo a punto de ahogarse. El objetivo era obligarlo a delatar. Pasó siete días sin comida a pan y agua. Un custodio que lo conocía le informó que se encontraban presos Simón Sáez Mérida y Arístides Beaujon. Las torturas continuaron en el ring (consistía en montarlos en el filo del ring del caucho de un vehículo hasta que las plantas del pie le sangraban) esa dosis iba acompañada con planazos y azotes. Pasó siete meses desnudo y esposado.

Un primo de Douglas que era oficial de las Fuerzas Armadas hace las gestiones para su libertad condicional directamente con Pérez Jiménez, para que fuera confinado a Cabure. Douglas no acepta, pero el primo le aclara: “Voy a firmar diciendo que salgo de fiador tuyo y tú haces lo que quieras”. Es así como sale en libertad, llega a Cabure, huye a la Sierra de San Luis y después sale a Caracas, aquí lo nombran responsable político de la parroquia San Juan.

Funda los primeros Frentes Guerrilleros

El 15 de marzo de 1962, en la Sierra de Falcón, en una hacienda de de los Bravos, fundan el Frente Guerrillero José Leonardo Chirinos. Su comandante es Douglas Bravo, fogueado en la lucha anti Pérez Jimenista, con siete campesinos, el negro Bravo, Miguel Noguera. A los pocos días se incorporan de Caracas y Coro, el primero fue Teodoro Petkoff, luego el Chema Saher, Domingo Urbina, Alí Rodríguez Araque, Baltazar Ojeda Negretti “Elias”. El 20 de septiembre el ejército les monta una emboscada y Douglas es herido con una bala en una nalga.

El 18 de marzo de 1963 fueron creadas las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN), el comandante supremo es el capitán de navío Manuel Ponte Rodríguez. Douglas Bravo forma parte del cuartel general.

En marzo de 1966, Douglas está al frente del PRV, que nace como partido político a raíz de su expulsión del PCV, con la finalidad de darle continuidad a la lucha armada con los Frentes Guerrilleros José Leonardo Chirinos en Falcón y Simón Bolívar en Lara. El brazo armado del PRV eran las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN). Es allí donde se origina la fusión con el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), y ambas organizaciones políticas conforman el Frente de Liberación Nacional, con las siglas FALN-FLN.

“En esta mesa nadie se mete la mano en el bolsillo ni para sacar un revólver, la cuenta es mía, esta noche brinda la casa”

En junio del año 2000, me encuentro en Barcelona, estado Anzoátegui, atendiendo la defensa penal de mi amigo el comandante Hugo Negretti. Una tarde llegó en compañía de Leonel Cárdenas a cenar en el restaurant El Picador, de Lechería, se acercan a la mesa los ex comandantes guerrilleros Douglas Bravo, Diego Salazar, Eder Puerta Aponte, Gabriel Puerta Aponte, Omar Gutiérrez y dos combatientes más que escapan a mi memoria.

La noche se acomodó con los cuentos y las anécdotas vividas por estos buenos verbiadores. No faltó la comida y el buen beber. El dueño del negocio era Conrado Rocchetta, quien entusiasmado por tan selecta visita se sentó a la mesa con nosotros. Douglas narrando las anécdotas guerrilleras, cuando le dieron un tiro en la nalga; cuando una noche lluviosa en un enfrentamiento con el ejército en la Sierra de San Luis, el enemigo los sorprendió, ya que habían capturado a un campesino y en las torturas dijo el sitio donde estaba Douglas, y les dio el santo y seña. Esa noche montañosa en esa oscurana, sus seguidores le hacen el santo y seña, Douglas se confía y les responde, la respuesta fue una ráfaga de ametralladora que le hicieron a tres metros de distancia, cayó muerto el campesino que iba con él, Douglas se lanzó al suelo, se hizo el muerto, no lo vieron y en un descuido se les fue por un voladero. Puerta Aponte contaba cómo lograban evadir los cercos policiales, burlando la cacería que le tenían los enemigos. En fin tantos cuentos, que narrados por estos legendarios hombres tenían cautivado a los otros comensales que pasaban por nuestra mesa a saludarlos y conocerlos.

A las tres de la madrugada pido la cuenta y Conrado, el dueño del local, dice: “En esta mesa nadie se mete la mano en el bolsillo, ni para sacar un revolver. La cuenta es mía, esta noche brinda la casa”. Se escucharon los aplausos, la cuenta era larga. En eso le digo al anfitrión: “Como será este negocio que la casa paga y se ríe”.

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