Se acabó el rentismo, tiempo de planificar

Opinión | enero 21, 2021 | 6:24 am.

El momento es propicio para revisar las premisas bajo las cuales hemos manejado las empresas y organizaciones en Venezuela porque el país atraviesa un cambio sistémico; y no me refiero a la pandemia, que es grave, pero pasajera; sino a la necesidad de cambiar el modelo económico – político autoritario-rentista debido a la crisis de Pdvsa.

Esta crisis empezó con la colonización partidista de Pdvsa, seguida por la caída de la producción, de los precios del petróleo y las sanciones, que se tradujeron en el empobrecimiento de Venezuela. Pero el gobierno, en vez de aprovechar la oportunidad para cambiar las políticas económicas, se aferró a su ideología anti empresarial, a los subsidios, al adoctrinamiento y a la misma pobreza como modelo de sumisión.

Estos desaciertos nos conducían hacia lo que podemos llamar el Escenario Cubano. Pero una segunda caída de la producción y de los precios del petróleo, el default, más el recrudecimiento de las sanciones debido al cuestionamiento a las condiciones electorales, terminaron de poner al modelo contra la pared. Ahora el gobierno no tiene fuentes de recursos ni de crédito que le permitan seguir operando como antes y parece haber interpretado que necesita una alternativa: Dejar de ser un país rentista para convertirnos en un país de producción diversificada. Esta transformación comenzó en 2019 con la liberación de precios y del cambio, medidas a las que se le están sumando el uso progresivo del dólar y la asociación de las empresas privadas en las empresas del Estado.

Todo esto daría nacimiento a una economía diversificada, basada en la inversión privada y mixta, empleo nacional, la sustitución del sesgo importador por el de “Compra Venezolano” y la diversificación de la producción, de las fuentes fiscales, de exportaciones y de divisas.

Ante estos cambios, necesitamos tomar en serio el análisis del entorno para planificar y formular nuevas estrategias mediante tres funciones corporativas:

Monitorear la sobrevivencia del rentismo: Conocer cuánto petróleo se produce y se exporta, cuántos taladros activos operan; cuánto oro, coltán, hierro, bauxita, etc. se produce y exporta. En la medida que estas actividades rentistas sigan bajas, se mantendrá la oportunidad de salir del Escenario Rentista Autoritario.

Monitorear la otra cara de la moneda, o sea, las políticas económicas que el gobierno aplique como respuesta al colapso del rentismo: Libertad de precios, de cambio, la dolarización creciente, la participación privada en las empresas del Estado y la creación de mecanismos de negociación gobierno-empresa. Si estas premisas se cumplen, nos dirigiríamos hacia el Escenario Chino; en caso contrario, y sin lograr la recuperación de las fuentes rentistas, regresaríamos al Escenario Cubano.

La tercera función es pasar de otear el entorno a trazar estrategias para adaptarse a las nuevas circunstancias: En el Escenario Cubano, las estrategias serían vender o cerrar a tiempo para evitar mayores pérdidas. En el Escenario Chino, hay que arrancarse de la mente seguir aspirando al reparto rentista de créditos blandos, dólares baratos, grandes márgenes de ganancia, subsidios y decisiones privilegiadas y meterse en la cabeza que la libertad de precios supone mucha más competencia; que la libertad de cambio y el fin de la sobrevaluación del bolívar suponen, para los productores, asumir el reto de exportar o languidecer; que la privatización va a hacer que aparezcan una gran cantidad de jugadores de distintas nacionalidades, costumbres y redes de interacción que complicarán una competencia a la que nos estamos acostumbrados.

En estas circunstancias, es necesario considerar ciertas verdades poco conocidas en cuanto a cómo competir y en qué entornos trazar estrategias; como muestro en detalle en mi más reciente libro, Gánale a la Incertidumbre (Amazon Books).

Las principales estrategias ya no se ubican en el entorno macro económico-político, como conseguir dólares baratos, créditos blandos o privilegios; ahora se ubican en el entorno de mercado.

En el mercado, ya se sabe que no se trata de ser el mejor sino de diferenciarse. Para ello, se necesita identificar los atributos relevantes de cada mercado, qué competidores relacionan los consumidores con cada atributo, y hasta crear nuevos atributos, como Amazon y el Cirque du Soleil. En las estrategias hacia el entorno sectorial se destacan las alianzas con fuentes de tecnología, proveedores, distribuidores y hasta con los propios competidores.

En el entorno interno de la organización, para ser mejores y diferentes, se necesita un equipo alineado alrededor de un Plan. Para lo cual la principal herramienta es la planificación estratégica participativa de manera que lo que se vaya a construir sea de todos y que ello guíe y motive al equipo a asumir el ajuste permanente del rumbo de la organización en un océano de sorpresas.

@joseagilyepes