El problema de las Fuerzas Armadas

Opinión | enero 6, 2021 | 6:18 am.

Gran parte de la población venezolana exige una acción decisiva por parte de las Fuerzas Armadas Nacionales para poner fin a la tiranía socialista del régimen chavista. Sin embargo, existen emociones encontradas en torno a este tema tan controversial y delicado, porque por una parte nos hallamos con una representación de oficiales de la “más alta graduación” que fungen como pretorianos para resguardar los intereses de la tiranía y al mismo tiempo lucrarse de negocios ilícitos que en muchas ocasiones van en detrimento de la colectividad nacional.

En lo que se refiere a los negocios ilícitos sería muy ingenuo pensar que la motivación es por los míseros sueldos exclusivamente. Aunque descriptivamente esa sería la razón, al ir más allá de las apariencias nos damos cuenta que la complejidad de este terrible mal data de mucho antes del advenimiento del régimen tiránico. Desde que se derrocó al Nuevo Ideal Nacional el 23 de enero de 1958, o para ser más precisos, desde que derrocaron a Venezuela, los artífices de la socialdemocracia entendieron perfectamente que para abonar el camino al socialismo revolucionario tenían que socavar la institución modélica de toda Hispanoamérica; ¡Si señores! ¡La institución militar!

Esa institución que tuvo un papel determinante contra la insurgencia armada derrotando a la guerrilla castrocomunista, se vio permeada por los partidos socialdemócratas y si bien es cierto que el proselitismo no era abierto, también es cierto que en algunos casos los ascensos eran determinados por la simpatía al partido gobernante. Paralelamente mientras esto ocurría, la infiltración socialista en el seno de las Fuerzas Armadas no se hizo esperar.

Ahora bien, en los últimos años del período democrático durante la década de los 90 era un secreto a voces que algunos oficiales de las Fuerzas Armadas de entonces estuvieran involucrados en actividades ilícitas como el contrabando de gasolina a Colombia, los coloquialmente denominados chanchullos en las aduanas y en ocasiones con acciones asociadas al narcotráfico. Esta incipiente actividad consistió en un principio en ignorar los traslados de drogas desde Colombia hasta el territorio nacional aceptando sobornos hasta involucrarse directamente en ese negocio; según el fallecido periodista de investigación Héctor Landaeta esto tiene precedente en 1993 donde estaban vinculados algunos oficiales generales. De ahí que desde esa época se denominara el muy nombrado en la actualidad Cartel de los Soles.

El chavismo, al llegar al poder, masifica el trabajo que iniciaron sus predecesores; desmoralizó la institución militar degenerándola en una montonera para hacerla socia de la decadencia tapando mutuamente los actos de corrupción, y de esa manera se adjudicara el asco y el desprecio del Pueblo, como en efecto y lastimosamente ocurre en la actualidad.

Frente a estos nefastos antecedentes caben las preguntas ¿Todo está perdido? ¿Todos los militares son así?, aunque existan oficiales despreciables por hechos flagrantes la respuesta es ¡No! Sin embargo, si observamos con atención podemos darnos cuenta de la gran cantidad de oficiales alzados contra la tiranía, oficiales que no vendieron su dignidad que se encuentran presos, torturados o exiliados. Alguno de los casos más icónicos, sin menoscabo del merito y heroísmo de los demás oficiales, son el Capitán de la Patria Caguaripano alzado en armas por la libertad; el Capitán de la Patria Acosta Arevalo. No menos importante y de una gran reserva moral el Gran de la Patria Ángel Vivas y muchos oficiales que presos y torturados permanecen bajo el anonimato.

Quizás mi amigo lector se pregunte: ¿Y por qué ahora no hacen nada? La respuesta es muy simple: La dirigencia política actual es de una estirpe de serpientes venenosas que han traicionado a quienes han dado el paso al frente ante el llamado de la Nación, en consecuencia, el sector militar al no encontrar eco en una “dirigencia política” se mantiene al margen de las circunstancias para evitar más delaciones y entregas. Recordemos tres actos de traición al sector militar de la mal llamada oposición:

• La entrega del Capitán Caguaripano a la tiranía por parte de autoridades municipales (Sucre).

• Tres mil tropas abandonadas a su suerte en la frontera por parte del “interinato” tras el eufórico anuncio: “La ayuda humanitaria entra a Venezuela si o si”.

• Oficiales dejados a su suerte después del espectáculo del 30 de abril de 2019.

Estos actos demuestran no solo la complicidad con el régimen que sostienen todos los factores de la “oposición” encarnados en la MUD / FA / G4 / Interinato / etc., etc., sino también el profundo desprecio que sienten y manifiestan en reiteradas declaraciones públicas hacia nuestras Fuerzas Armadas.

Siendo sincero amigo lector, si usted fuese un oficial de las Fuerzas Armadas Nacionales ante tales evidencias ¿Daría un paso al frente?, estoy seguro que su respuesta sería No. Del mismo modo, me da la impresión que me increparía ¿Entonces, que vamos hacer?, ¡Sencillo! apoyar y dar fuerza a los movimientos emergentes que traen consigo nuevas narrativas y visiones del mundo completamente opuestas al socialismo. Movimientos emergentes como el Movimiento Nacionalista ORDEN que entiende la importancia de las Fuerzas Armadas Nacionales en estos momentos tan críticos para la Nación.

Es imperante que los que aman a la Nación junten fuerza y energía para que sus voces sean un solo eco.

¡Venezuela quiere ORDEN!

@NelsonRZVen
@OrdenVzla