Chinatización

Opinión | enero 5, 2021 | 6:14 am.

Se habla mucho, sobre todo en las redes sociales, de la «chinatización» de Venezuela. Sin embargo veo aún mucho desconocimiento sobre este término. Por eso creo que es un deber social el aclarar algunos tópicos.

Cuando hablamos de «chinatización» nos referimos a la inclinación de un Estado a copiar el modelo económico y político adoptado por la República Popular China en los últimos años.

China es un titán económico en el mundo y sin embargo es una nación dominada por el sistema comunista y, la pregunta es ¿cómo lo lograron?

Los chinos entendieron que la receta marxista no funciona. Tras muchísimos décadas de intentos se convencieron que había que aplicar métodos capitalistas para hacer reflotar la economía de su nación sin querer deshacerse el modelo político del partido único y de la hegemonía político-social y comunicacional del status quo del Partido Comunista Chino, fue entonces cuando idearon un plan expresado en la frase: «Un país, dos modelos».

Hoy China es un régimen comunista en el plano político e institucional, mientras se entregó al capitalismo en el aspecto económico. Hoy el Ejército rojo comunista de China marcha frente a locales como McDonald’s y beben Coca-Cola como si fueran efectivos de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos.

China logró unir dos sistemas, fortaleciéndose en el aspecto económico al asumir políticas capitalistas y – en cierto modo de libre mercado – mientras fortalecía el dominio del Partido Comunista en el control del Estado. Ahora, pareciera que los actores políticos en Venezuela quieren girar su accionar hacia este derrotero.

Se habla mucho que la cúspide del poder venezolano ya no solo se sopesa la opción de la «chinatización» de Venezuela sino que se dan los primero pasos hacia esa dirección; hipótesis que toma más fuerza cuando observamos pequeños indicios como la aceptación de cuentas en dólares en la banca privada venezolana y otros coqueteos con el capitalismo tradicional.

Lo que sí es cierto, y de esto no cabe duda, es que el modelo ejecutado en Venezuela se agotó hace mucho tiempo. Ya no se puede seguir con la sobrevivencia de la bonanza petrolera, porque ya no hay bonanza, se acabó.

La posible decisión de seguir los pasos de China en el aspecto económico-financiero es un avance con relación a las prácticas de expropiación, cercenamiento de derechos económicos e inflación galopante que ha caracterizado el sistema que ha regido la economía venezolana en los últimos 20 años; sin embargo, en el tema político es un tema muy diferente.

Solo espero – sobre el punto económico – que la «chinatización» no implique que Caracas se siga arrodillando ante Pekín, elevando más la deuda con el gigante asiático y generando más dependencia alrededor de las políticas económicas chinas; pues sería un gravísimo error, ya que seguiríamos pendiendo de un hilo y sin autonomía de movimiento real. ¡Una situación peligrosísima!

Y, lo digo sin miedo, frente a la receta china sigo prefiriendo 1000 veces al mecanismo y a la visión norteamericana.

Se tenía que decir y se dijo…