El parto de una lombriz
Pesan más las sanciones personales en la órbita internacional. Pero prefieren hablar de un bloqueo estadounidense.
Al artificio ideológico desean convertirlo en una ley. Y emplean la tal constituyente para parirla.
Por supuesto que subyace el relato cubano de los tiempos de la guerra fría. E intentarán ponerle otros ingredientes.
Quien termina auto-bloqueándose es el propio régimen. No desea interesadamente entender que prolonga neciamente una agonía insólita.
Los más afectados por las sanciones arrastran a quienes aún pueden salvarse de las acusaciones que se multiplican. El llamado anti-bloqueo deviene auto-bloqueo.