Proyecto «new face»

Opinión | agosto 20, 2020 | 6:18 am.

Llama la atención de los militantes que de la noche a la mañana los directivos del partido se infectaran con el Covid-19. Entre los afectados se encontraban el presidente, uno que otro ministro, algunos gobernadores y alcaldes. Todos ellos declaraban muy sonrientes a los medios de comunicación que procederían de inmediato a recogerse en su «cuarentena radical» particular para someterse al tratamiento adecuado.

De inmediato, los comentarios y especulaciones al respecto no se hicieron esperar:

-Los camaradas afectados, dijo uno, discriminaron nuestro sistema de salud al acudir a las clínicas privadas para su tratamiento, dejando por fuera a nuestros eficientes CDI.

-Dígame esa vaina, uno de los ministros dijo que en 72 horas se había curado por un milagro de José Gregorio Hernández.

-Otro militante señaló que todos los días invocaba a los poderes de Yemaay y Ochum para la pronta recuperación de los camaradas.

-Uno de los integrantes del grupo de inteligencia y de la Sala Situacional le hizo un llamado a la calma al resto de sus camaradas. Tranquilos. No se precipiten en su análisis que todo está bajo control.

-Explícate, danos luz sobre este problema, pidieron todos al enigmático camarada.

Bueno, déjenme decirles que desde hace tiempo, mas específicamente, desde la muerte de nuestro Comandante Eterno, hemos diseñado un Proyecto al que hemos denominado ‘New Face», para dar seguridad de continuidad a nuestros principales líderes con las herramientas necesarias para evadir los cercos que sobre ellos mantiene, permanentemente, el imperialismo y los secuaces oligarcas de la oposición golpista.

-Ahora estamos mas enredados. Aterriza y explícate mejor.

El proyecto es sencillo. Aprovechamos la pandemia para recoger y alejar a los líderes del partido del escenario político, escudándonos en el coronavirus y lo sometemos a la clandestinidad total. Solo su familia y nosotros los del GI (grupo de inteligencia) podemos tener contactos con los camaradas.

-Aja, !y eso pa qué?! preguntaron los militantes que lo escuchaban.

Para ganar tiempo mientras poníamos en práctica el proyecto que implica una transformación total de la imagen del camarada que forma parte del proyecto.

-Danos un ejemplo de cómo sería eso.

Ok. Tomemos el caso del presidente del partido: Chiquito, cabezón, medio calvo, ojos claros y voz chillona. Lo sometemos a un proceso de renovación integral con nuestros especialistas en cirugía plástica y estilistas profesionales y en menos de lo que canta un gallo tenemos a nuestro personaje con un nuevo look. Con zapatos que ocultan un especial grosor en sus zuelas lo elevamos entre 10 y 15 centímetros, aumentamos su mentón y reducimos sus pómulos para alargar su rostro, con lentes de contacto le cambiamos el color de sus ojos y con una simple corrección de sus cuerdas vocales mejoramos su chillona voz …. en fin le damos una «new face» a nuestro líder.

El siguiente paso es anunciar su muerte por infección de coronavirus, para que nadie pueda ver su cuerpo y cremarlo inmediatamente (claro eso se hará con el cuerpo de otro muerto) y listo. El camarada puede iniciar su nueva vida en cualquier país del mundo y disfrutar de las grandes sumas de dinero obtenidas en el ejercicio de gobierno. Es más, puede residenciarse en el imperio sin que las autoridades se den cuenta de ello.

Todo esto nos permitiría asegurar la continuidad en el tiempo y espacio de nuestra sagrada revolución en caso de una invasión imperialista o que se produzca la unidad de la oposición y nos den una “pela” en la elección presidencial.

-Sin poder creer lo que acababan de escuchar, los militantes se preguntaban e increpaban al ponente por ese descabellado proyecto que, además, era solo para los dirigentes mientras las bases del partido quedaban colgadas de la brocha.

Al intentar responder las preguntas todos se dieron cuenta de la noticia que circulaba en las redes: «Acaba de fallecer por coronavirus el presidente del Partido Revolucionario». Coño, la vaina como que es en serio, dijeron todos…

Acto seguido, hizo entrada al salón de un personaje alto, ojos oscuros, cara larga, pelo afro, diciendo en alta voz: «¿A que no me conocen» ….. !Era el presidente!, lo que dio por terminada la reunión.