El modelo Lukashenko

Opinión | agosto 17, 2020 | 6:16 am.

Nuevas semejanzas encuentran acomodo en la cruda realidad que padecemos

La incautación del poder en Venezuela, copia letra a letra, los procedimientos desafiantes de la cruel tiranía que mancilla a los bielorrusos, con el apoyo descarado de Putin, director de orquesta también de su Bielorrusia tropical y de su particular Lukashenko, tiranos arropados al comienzo por un origen rural el primero, mientras su copia de estos lares es la suma de las cofradías parapoliciales cubanas, que aprovecharon las tenebrosas andadas del estalinismo, con el bien agregado gen criminal del castrismo, mas la suma trasnochada del egoísmo chavista: un coctel explosivo maligno, que acabo con un país bombardeando sus instituciones.

Los Lukashenkos han sido diseñados por su fórmula originaria rusa, sumándole aquí la zaga criminal del colonizador caribeño. La receta es muy sencilla:

1.- Elecciones con Instituciones ilegítimas. Asaltando las que de verdad ha generado la soberanía popular.

2.- Disolviendo allá el parlamento, asaltándolo aquí.

3.- Falsos referendos para eliminar todos los vestigios democráticos e instituir poderes alternos a la Constitución, como la grosera constituyente. Así es el modelo Lukashenko para suprimir la clásica separación de poderes.

4.- Ambos tiranos no poseen valores ni morales, ni éticos. A decir verdad, se inscriben pragmáticamente en el mundo de la izquierda, que ha derivado a tiranías, que se sustentan en base a la creación de un aparato delincuencial organizado internacionalmente.

5.- La subsistencia de estos regímenes se basa en la organización de un fuerte aparato represivo que se traduce en:

• Control social In extremis.

• Opresión de la oposición.

• Control de los cuerpos armados, dirigidos por expertos en el crimen, formados en Rusia, Cuba y en los criaderos internacionales del terrorismo. Las agencias de seguridad e Inteligencia dependen directamente de manos extranjeras.

• Desmantelamiento de las organizaciones políticas y ciudadanas, sindicatos, ONG, medios de comunicación y todo grupo que se organice en torno a demandas sociales.

• Forzar al exilio o al encarcelamiento a cualquiera que muestre un mínimo disentimiento con el régimen.

• Aplicación de la pena de muerte-legalmente allá, consuetudinariamente en Venezuela, donde la vida depende de los sabuesos del régimen, registrándose todos los días crímenes ordenados por colectivos y turbas chavistas.

• Ataques permanentes a la libertad de prensa; o destruyen los medios o los compran, con dineros provenientes del narcotráfico y el asalto a las arcas públicas.

• En Bielorrusia tampoco hay elecciones justas y libres. Son un parapeto donde Lukashenko arrasa en los comicios desde 1994, mediante descaradas maniobras que entretejen un sistema fraudulento.

• Son enclaves: uno en Europa, otro en América del Sur. Lukashenko actúa bajo los designios de la federación rusa. La tiranía venezolana obedece a múltiples mandatos, cuyo punto de coincidencia es la criminalidad extraterritorial, de allí que se responda a la conveniencia del escenario geopolítico, como a los intereses pragmáticos de las organizaciones ilícitas nacionales e internacionales.

Buscar la libertad es la tarea de los dos pueblos subyugados por los dos Lukashenko. Ambos nativos de oscuras fronteras, donde fueron captados para hacer el mal, en estos arrinconados extremos del mundo.