Los muertos que vos matasteis…

Opinión | mayo 12, 2020 | 6:24 am.

Cuando los regímenes totalitarios obtienen el poder hay que ir preparando los ataúdes. Paulatinamente el sonido de hombres interviniendo la madera, se hará cada vez más ostensible ante la vista de todos. Una de las primeras víctimas que tratarán de colocar en un catafalco es a la libertad, ella siempre será un hueso duro de roer, su constitución de un noble principio eterno, es un huésped incómodo para quienes persiguen la perpetuidad de sus múltiples horrores.

Tener un ciudadano amputado en sus derechos, convertido en un náufrago, en su propio océano nacional, es el recetario que imponen las dictaduras. Un ser humano con derechos conculcados; tendrá que imponerse a las cadenas de sometimiento progresivo que vendrán como manadas de lobos, aparece allí el estado todo poderoso para ir enterrando cada sueño de la gente y cambiarlos por hambre. Lo acontecido en Guanare en donde víctimas de un podrido sistema judicial, fueron acribillados al exigir un plato de comida es una prueba irrefutable.

Los son también los miles de sacrificados todos estos años, no solo la vida de ciudadanos probos, también el vil asesinato de la libre empresa, al igual que el brutal mazazo en contra de los productores del campo, quienes son sometidos por el abuso de un régimen que auspicia la corrupción. La Venezuela actual es un cúmulo de abusos a lo largo de más de dos décadas de un enfermizo populismo. En un tiempo brevemente imperceptible volvieron trizas el porvenir.

Magnificaron una epopeya renacentista del poder para enclaustrarnos en el averno que pretendieron en sus horas de rencor contra la democracia. Han logrado que el abismo sea el espejo en donde millones nos reconozcamos, nada de ofrecernos un futuro promisor. Cuando abrimos las ventanas las mismas tienen las cortinas del hierro totalitario. Los tapices no se agitan con la brisa que viene de lejos; son férreos huesos metálicos de mentira. Sólidos gendarmes que vigilan la poca libertad posible, hasta hacerla el rehén eterno sin derecho a vida.

La revolución bolivariana ha sabido robarnos este trecho histórico, para llevar su idea pegada al espinazo de las necesidades más sentidas de la población. Venezuela tiene años con esta pesadilla atragantada en su alma, hemos perdido un buen tiempo de nuestra historia; viéndolos como nos arruinaron absolutamente.

La prosperidad deseada se fue a pique, los descomunales recursos que genera la renta petrolera la hicieron suya. Lo concibieron ante la vista de un país que terminará metiendo al régimen criminal en el ataúd de la historia…

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