El periodismo “fáctico” del gobierno

Opinión | marzo 10, 2020 | 6:18 am.

La descalificación del periodismo ha sido una constante en este gobierno socialista, marxista y mal llamado bolivariano. A lo largo de estos 20 años ha emitido juicios peyorativos en contra de quienes ejercemos dignamente esta noble profesión


Y justamente el mentor de estos agravios fue el fallecido Presidente Chávez, quien en más de una ocasión tuvo desatinados encuentros con periodistas nacionales y extranjeros. Solo por hacerle preguntas que no eran de su agrado, fueron objeto de incómodas situaciones que trascendieron las fronteras.

Chávez ignoró que el periodismo tiene, además de su fuerza social como medio de comunicación, otros aspectos: convertir la información en noticia. Ignoró también que el periodismo crítico significa no solo el afloramiento y análisis de la verdad, sino el enjuiciamiento de todo testimonio con valor colectivo.

Por esto, a quienes ejercemos el periodismo en el marco de la ética y moral que requiere su desempeño, nos tomó de sorpresa que al extinto presidente Chávez el jurado integrado por miembros del sector oficial le otorgó por unanimidad el Premio Nacional de Periodismo, por cuanto en vida persiguió a los medios de comunicación críticos, hecho que fue denunciado por organizaciones internacionales como Human Watch y la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP).

El jurado hizo caso omiso del cierre de emisoras radiales y de RCTV a la que Chávez acusó de apoyar un golpe de Estado. E igualmente desestimó el enfrentamiento que Chávez tuvo con algunos medios de comunicación críticos de su gobierno, y que enfrentaron presiones por vía de la eliminación de las pautas publicitarias de empresas y organismos estatales. Además de que se les abrió procesos judiciales y administrativos, entre otros de los tantos abusos que desde el poder se ejerció y ahora con Maduro peor todavía, a pesar de que el líder de la revolución socialista, marxista y bolivariana abandonó este mundo terrenal.

Afirmar, como refiere la Fundación que le otorgó esta distinción a Chávez, que el galardón le fue conferido porque “él le devolvió la palabra a los oprimidos del mundo en su rol de comunicador social, por su constante batalla contra la mentira mediática”, es una bofetada a los genuinos profesionales de la comunicación social y una burla al pueblo venezolano.

Por eso rechazamos en aquella ocasión que dicho Premio le fue concedido a quien en vida fustigó acremente a los periodistas, y se ensañó contra la prensa crítica, a la que asfixió económicamente, pues tenían que adquirir el papel, escaso por cierto hasta los actuales momentos, con divisas de Cadivi, y muchas de ellas claudicaron ante tamaño y desproporcionado abuso de poder.

El premio nacional de periodismo es un reconocimiento que se otorga a los mejores profesionales desde la década de los 70. Con la llegada de Chávez al poder, se cambiaron sus reglas y su nombre a premio nacional de periodismo Simón Bolívar, y su dirección pasó a manos del Ministerio de Comunicación, organismo oficial que elige el jurado, que como coloquialmente se suele decir, se despachan y se dan el vuelto. Sin duda alguna, una bofetada a los profesionales delperiodismo, una burla a la nación y abuso de poder en todas sus manifestaciones.

En las últimas semanas, la libertad de expresión en Venezuela ha registrado severas restricciones con medidas sancionatorias y acciones de intimidación del régimen, las cuales afectan la labor de periodistas y medios de comunicación social, llegando hasta la agresión física como ocurrió en Barquisimeto. Todo esto restringe la labor de los comunicadores y de los medios, al extremo de que hasta el pasado año 2019, 43 diarios han dejado de circular, de los cuales 24 han salido de circulación de manera definitiva y otros 21 temporalmente.

El legado de Chávez lo ha asumido el régimen de Maduro al pie de la letra. Pues utiliza descarnadamente el poder mediático de que dispone con medios oficiales (televisión, diarios y emisoras), para dar a conocer informaciones tendenciosas, subjetivas, insultantes y difamatorias, en su pretensión de convertir la mentira en verdad. Pero lo que sí es cierto es que el periodismo cuestionador e incómodo para el régimen no desmayará jamás.

La primera de todas las fuerzas es la opinión públicaSimón Bolívar

Miembro fundador del Colegio Nacional de Periodistas (CNP-122)

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@_toquedediana