Gracias Cayetana Alvarez

Opinión | febrero 19, 2020 | 6:16 am.

Los venezolanos tenemos que estar muy agradecidos con la intervención de la diputada Cayetana Alvarez en el parlamento español, a propósito de la interpelación de la que fue objeto el ministro socialista José Luis Abalos por el Delcygate.


Y porque se dirigió a nuestro pueblo, según dijo la diputada, y no a este señor; que no valía la pena ni de tratar; salvo para sacarle en cara lo que había dicho para justificar su encuentro a hurtadillas con la segunda de a bordo del régimen de Nicolás Maduro, y que no eran más que una escalada de mentiras. Que si Delcy Eloína no pisó suelo hispánico. Que sí lo pisó, no fue sino en la zona de tránsito del aeropuerto de Barajas.

El hecho es que, con independencia de la burla que supone, de una decisión de la Unión Europea donde se le declara a Delcy Eloina persona no grata en cualquier territorio del viejo continente; lo que más genera crispación es que su viaje respondía a intenciones ocultas. Siendo además de carácter urgente, hasta obligar al gobierno español a moverse de esa manera clandestina; pensando que el asunto iba a pasar por debajo de la mesa.

Por supuesto, toda esta movida se debe a Rodríguez Zapatero, y al pago de jugosas comisiones, lo más probable, y que recibe por concepto del lobby que le hace al régimen de Maduro a nivel internacional. Además de la afinidad ideológica de Pablo Iglesias; quien también estaría detrás, y su influencia en el gobierno de Sánchez. El hecho cierto es que esto es lo que activa las alarmas en la dirigencia política española. La diputada Alvarez en pocas palabras planteó la tragedia que estamos arrastrando; mientras tenía al frente a un funcionario que se veía tan impotente, que no hacía más que esbozar una cínica sonrisa.

No olvidemos ese siglo de oro español en el mundo de las letras, y lo que sale de esa prosa es la gran picaresca de este pueblo pero que sigue siendo el mismo “buscón”, como lo llamaba Francisco de Quevedo, y quien partía del principio, de que si robaban en la Corte, por qué él no tenía también derecho a hacerlo.

Era verdad lo que aquella señora le echaba en cara. He allí le pena que paga una burocracia estatal muy aviesa, y quien le da la estocada final cuando le dice que no le pide la renuncia, porque no cree que tenga la suficiente dignidad como para llegar hasta allá. Pues, de otro modo, de inmediato la hubiera puesto; ya que había dejado en entredicho el derecho europeo, Tratado de Schengen; pero, además, para prestarse a una irregularidad administrativa; un acto de corrupción, puesto que la opinión pública internacional se llenó de malicia con motivo de este viaje de la segunda de abordo; rodando por estas días en las redes sociales la especie de que del avión que transportaba a Delcy Eloína bajaron una cuarentena de maletas repletas de billetes de dólares. Y que fueron conducidas a la embajada de Venezuela en España sin haber pasado por un proceso de revisión. Que pudiera ser verdad; como pudiera ser una de esas bolas que echa a correr el G-2 cubano por esas redes. Quizás en un intento de banalizar las situaciones; pensando en aquello de que tantas manos en un caldo terminan poniéndolo morado; cuando por lo demás, en un principio se dijo que su intención era lavar dinero o de llevar un oro a Turquía.

¿Estuvo allí con la intención de solicitarle al gobierno español que no se dignara recibir a Juan Guaidó en su condición de diputado-presidente de Venezuela? He allí la tesis política que se maneja, y que también pudiera ser verdad; teniendo presente los compromisos que ha venido adquiriendo Rodríguez Zapatero con el gobierno venezolano, y quien no dejó de ser mencionado por la diputada Alvarez durante su intervención.

Lo que daría lugar a pensar que el propio Rodríguez Zapatero fue el que le hizo dicha solicitud, y la cual se ve que fue acatada; pues obligó a Pedro Sánchez a tragarse las palabras que pronunció el lunes 4 de febrero de 2019 en las cuales señalaba que, en vista de que el gobierno de Nicolás Maduro no había convocado a unas elecciones presidenciales, como la comunidad internacional se lo sugería, desconocía su régimen, y que se pronunciaba a favor de Guaidó.

¿Qué sucedió para que en un año cambiara Sánchez de puntos de vista? ¿La llegada de Iglesias al gobierno? La circunstancia es que no se tomó la molestia de recibir a Guaidó como sí lo hicieron los primeros ministros inglés y canadiense, la cancillera alemana; los presidentes de Francia y EEUU, y esto sin contar su estrellato en el Foro de Davos (Suiza).

He allí lo que la opinión pública internacional define como el Delcygate, y que le ha sacudido el piso al gobierno de Sánchez; algo equivalente a aquella mentira que lanzó el gobierno de José María Aznar, a raíz del atentado terrorista de Atocha; cuando se lo adjudicó a la ETA; una mentira que no se la perdonó el pueblo español y el que terminó castigándolo en las urnas electorales, que fue lo que permitió que Rodríguez Zapatero llegara a la presidencia; es decir, más que por méritos propios, por un descarte a partir de un acto de mala fe, que es justo con lo que le ha venido jugando este señor a Venezuela.

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