Bolívar traicionado por el régimen

Opinión | diciembre 12, 2019 | 6:26 am.

El 10 de diciembre se llevó a cabo la última proclama del Libertador, dictada una semana antes de morir. Ese día también firmó el testamento y recibió los Santos óleos de los enfermos de manos del cura de Mamatoco, quien llegó en la noche con acólitos e indígenas. En el evento Bolívar estuvo entre amigos y edecanes.

Es oportuno recordar el texto del documento histórico: “Colombianos: habéis presenciado mis esfuerzos para plantear la libertad donde reinaba antes la tiranía. He trabajado con desinterés, abandonando mi fortuna y aún mi tranquilidad. Me separé del mando al persuadirme que desconfiaban de mi desprendimiento. Mis enemigos abusaron de vuestra credulidad y hollaron lo que me es más sagrado, mi reputación y mi amor a la libertad. He sido víctima de mis perseguidores que me han conducido a las puertas del sepulcro. Yo los perdono. Al desaparecer de en medio de vosotros, mi cariño me dice que debo hacer la manifestación de mis últimos deseos. No aspiro a otra gloria que a la consolidación de Colombia. Todos debéis trabajar por el bien inestimable de la unión: los pueblos obedeciendo al actual gobierno, para libertarse de la anarquía; los ministros del santuario dirigiendo sus oraciones al cielo; y los militares empleando su espada en defender las garantías sociales. ¡Compatriotas! Mis últimos votos son por la felicidad de la patria. Si mi muerte contribuye para que cesen los partidos y se consolide la unión, yo bajaré tranquilamente al sepulcro”.

Los últimos deseos del Libertador quedaron establecidos. Su hijo político el mariscal Sucre fue asesinado meses antes. Para que la patria grande no se desintegre, en la proclama final pidió apoyo para los gobernantes. Un año antes, el 12 de diciembre de 1829, le había vuelto a proponer a Páez la presidencia de Colombia con estas palabras: “En este caso, tendría Colombia dos grandes apoyos: el gobierno sería tan fuerte como el ejército y ambos se apoyarían mutuamente en beneficio del Estado”. De haber aceptado Páez la sucesión propuesta por Bolívar, hoy lo más probable seríamos parte de la Gran Colombia.

Paradójicamente, el actual régimen tiene las peores relaciones de la historia con nuestros vecinos y Venezuela se salió del Pacto Andino, donde nos encontrábamos todos los países libertados por Bolívar.

En la cristiandad el ejemplo fue siempre dejar a un sucesor para preservar el proyecto. Jesucristo dejó a Pedro y hoy la institución es una realidad de más de dos mil años, debido a que hay un sumo pontífice, siguiendo la línea del predecesor.

Los positivistas venezolanos también se expresaron en la misma dirección. Para evitar caer en el caos y la desintegración es fundamental el hilo conductor. Mantener la institucionalidad, el orden y lo que se ha hecho necesita del paso de la antorcha a un relevo. ¡Es y será siempre lo que hay que hacer!

@OscarArnal